- El programa de software israelí Pegasus, diseñado para perseguir a criminales y terroristas, fue usado para infiltrarse al menos en 37 teléfonos móviles que pertenecían a reporteros y activistas de derechos humanos. Las revelaciones sobre el alcance del espionaje en algunos países a través del programa Pegasus muestran cómo los gobiernos podrían utilizar métodos excepcionales de defensa de la seguridad nacional para atacar la libertad de prensa y los derechos humanos.

La publicación ayer de una investigación de un consorcio de medios internacionales, coordinados por la organización francesa Forbidden Stories y con apoyo técnico de Amnistía Internacional, puso en evidencia que esos países seleccionaron más de 50.000 números de móviles para espiarlos. Como clientes de la firma tecnológica israelí NSO Group, enviaban los números que querían que fueran espiados, según la investigación, realizada por 17 medios de comunicación de diez países.

Arabia Saudí, Marruecos, México, Hungría, la India y Azerbaiyán figuran entre los que habrían recurrido a esta práctica, según los autores de la investigación.

Los medios buscaron quiénes estaban tras esos números y encontraron a 189 periodistas, a 65 altos cargos de empresas, a 85 activistas de derechos humanos y a más de 600 políticos y funcionarios gubernamentales, incluidos jefes de Estado y de Gobierno, ministros y diplomáticos.

Al menos 37 de esos números fueron infiltrados, entre ellos periodistas y activistas de derechos humanos, así como la primera esposa y la prometida del periodista saudí Jamal Khashoggi, asesinado en 2018 en Estambul.

El programa espía de la empresa israelí NSO Group se utilizó para “facilitar la comisión de violaciones de derechos humanos a gran escala en todo el mundo”, aseguró Amnistía Internacional.

El análisis evidencia que la mayor cantidad de números de la lista corresponde a México (15.000), y que pertenecían sobre todo a periodistas, sindicalistas y políticos.

La divulgación de la trama generó reacciones de indignación en gobiernos y organizaciones occidentales, mientras que los países nombrados como clientes intentaron restarle importancia o negar las informaciones.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, consideró “absolutamente inaceptable” el uso de esa herramienta tal como se ha denunciado, ya que “está en contradicción con cualquier regla de la Unión Europea”.

Por si parte, la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF), con sede en París, pidió que los gobiernos de países democráticos emprendan medidas ante la Justicia por el espionaje a periodistas y dijo que ella misma se sumaría a las iniciativas legales que puedan iniciarse.

¿Qué es Candiru?

Candiru es una empresa, también con sede en Israel, que vende software espía exclusivamente a los gobiernos. Literalmente unos ciber mercenarios espías a sueldo del mejor postor y rivales, por tanto, de Pegasus. Sus servicios consisten en una batería de software espías que puede ser usado en todo tipo de dispositivos: iPhone, Android, Mac, PC y cuentas en la nube.

Denuncia en 2020.

En septiembre de 2020, una demanda de un empleado de Candiru contra su compañía reveló algunas operaciones por un valor de 30 millones de dólares. y que entre sus clientes se encontraban países en Europa, de la ex Unión Soviética, el Golfo Pérsico, Asia y América Latina. Concretamente, en 2019 en una presentación se mencionaban entre estos países como Arabia Saudí, Qatar, Singapur o Uzbekistán.