- La Policía rusa registró ayer el domicilio del líder opositor Alexéi Navalni y las oficinas de su Fondo Contra la Corrupción en Moscú en el marco de un caso penal por incumplir las normas sanitarias de la covid durante las protestas antigubernamentales del pasado sábado.

La esposa de Navalni, Yulia, intentó impedir la entrada de los agentes de seguridad llamando a su abogado, pero estos derribaron la puerta, según el director del fondo, Iván Zhdánov.

La Policía también se personó en el apartamento del hermano del opositor, Oleg, y en los domicilios de varios de los organizadores de las multitudinarias protestas del 23 de enero, incluidos miembros del Partido Libertario.

Según el periódico Nóvaya Gazeta, dos de los ayudantes más cercanos de Navalni, entre los que figura su jefa de prensa, Kira Yarmish, fueron trasladados desde el centro de reclusión donde se encontraban a sus domicilios para proceder al registro.

Las autoridades incoaron un caso penal contra Navalni y sus aliados por llamar a manifestarse a un “número indeterminado de personas”, lo que representó “una amenaza de infección masiva” por el coronavirus.

Rusia anunció ayer que multará a las redes sociales Facebook, Instagram, Twitter, YouTube y TikTok por publicar llamamientos a la participación de menores de edad en las multitudinarias protestas del pasado 23 de enero en favor del líder opositor Navalni.

Esas plataformas “no borraron a tiempo unos 170 llamamientos ilegales” pese a las exigencias de la Fiscalía General, según el regulador ruso de comunicaciones, Roskomnadzor. “Pedimos a esas plataformas que se abstengan de propagar actos no autorizados”.

También han sido multadas las dos principales redes sociales rusas, VKontakte y Odnoclassniki, aunque tanto las plataformas occidentales como las rusas sí eliminaron la mayoría de mensajes al respecto. Según el Defensor del Menor, unos 300 menores fueron detenidos durante las protestas del pasado sábado, en las que fueron apresadas casi 4.000 personas.

Las autoridades rusas acusan a Navalni de atraer a menores a sus mítines, en muchos casos con remuneración económica.