La meteorología no ha acompañado a Korrika durante sus primeras zancadas de esta edición de 2022, que han coincidido con su histórica salida desde Amurrio y su paso por la primera capital de Euskal Herria, Gasteiz.
Pero tras la cancelación del año pasado debido a la pandemia, no ha habido frío, viento, lluvia ni nieve que detengan las ganas de los miles de euskaltzales alaveses de volver a reunirse en sus calles y, sobre todo, reivindicar que quieren vivir en su lengua, que todavía queda mucho camino para lograr su plena normalización.
Superada la emocionante jornada inicial del jueves y un corto tránsito posterior por las vecinas Bizkaia y Gipuzkoa, Korrika ha vuelto a adentrarse a media tarde de este viernes en territorio alavés por las inmediaciones de Legutio, con algo de retraso por el mal estado de algunas carreteras, para pasar después su testigo a las localidades de Urbina, Luko, Durana y, finalmente, Gasteiz.
El lekuko ha entrado en la ciudad poco después de las 17.00 horas por la zona de Eskalmendi, ha atravesado Portal de Bergara -donde han tomado el testigo bomberos municipales y personal de Tuvisa-, la Avenida del Cantábrico y Portal de Gamarra antes de recibir un nuevo baño de masas en el barrio de Zaramaga.
Allí han esperado a su paso las comunidades educativas de la ikastola Odon de Apraiz y el instituto Koldo Mitxelena, así como decenas de vecinos del barrio, quienes se han sumado a una comitiva cada vez más numerosa que se ha dirigido después hacia El Pilar, Errota o San Martín.
"Una ilusión tremenda"
María Aldalur, vecina de Zaramaga, aguardaba el paso de Korrika acompañada por sus cuñados y sobrinas "con muchas ganas y muchísima alegría", después de tres años sin vivir una cita que ha disfrutado desde txiki.
"Es una ilusión tremenda hacer una iniciativa así por una lengua y mover a toda Euskal Herria, que no se pare durante once días y durante 24 horas todos los días. Para mí es muy emocionante", ha reconocido esta ordiziarra afincada en Gasteiz, que no dudará en desplazarse hasta su pueblo la próxima semana para volver a unirse al paso de Korrika. "Volveré a repetir. Por mí iría a correr a todos los pueblos que pudiera", reconocía sonriente esta vecina.
El mítico Tipi-Tapa, Korrika! y lemas como Gasteizen ere euskararen alde han inundado las calles y plazas de la ciudad mientras la carrera se ha dirigido hacia el norte, a un barrio de Lakua donde entre otras personas ha recogido el lekuko la consejera de Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, acompañada por un grupo de jóvenes migrantes. Un gesto con el que la representante del Gobierno Vasco ha querido poner en valor la aportación que este colectivo hace también al euskera.
En Lakua han tomado también el testigo colectivos como el Movimiento Feminista o la asociación Lumagorri antes de que Korrika se adentrara en Sansomendi y, después, Borinbizkarra y Zabalgana.
Julen Eizagirre, miembro de este último colectivo, tampoco ocultaba su emoción por el retorno de Korrika tras estos duros tiempos de pandemia. "Es bastante ilusionante, porque en estos dos años de parón las plazas y calles se han vaciado y no hemos podido estar como solemos estar. Para un idioma minorizado como el euskera es muy importante volver a coger espacio y es muy emocionante poder volver a juntarnos", ha reconocido este joven vecino de Gasteiz, aunque natural de Amurrio, que no pudo acudir a la jornada inaugural de Korrika por cuestiones laborales. "Ha sido una pena, pero a la vez muy emocionante porque se ha reconocido la labor tanto de AEK como del euskaltegi de Amurrio y de toda la comarca por su euskaldunización".
La carrera se ha adentrado después en barrios como Ariznabarra, Batán o Errekaleor antes de llegar al centro de la ciudad. Tras 77 kilómetros de recorrido por sus calles, Korrika abandonará la trama urbana de Gasteiz en torno a las 21.00 horas para encaminarse hacia la Llanada alavesa.