¿Qué perfil tienen la mujer víctima de la violencia de género? ¿Y el agresor, comparten entre los agresores alguna característica especial? ¿Cómo puede afectar a la salud mental de un niño presenciar la violencia verbal o física de su padre hacia su madre? ¿Qué podemos hacer cómo sociedad para seguir luchando y erradicando la violencia de género?

Javier de las Rozas García es director del Centro Ibaiondo Psicología en Lakuabizkarra, psicólogo especialista en Psicología Clínica, docente en temas psicosociales con población adulta y actualmente psicólogo también de Osakidetza, valora en DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA todas estas preguntas y adelanta que todavía queda mucho trabajo por hacer contra la violencia machista, que sigue matando a mujeres año tras año. 

En 2023 la violencia de género se incrementó cerca de siete puntos porcentuales en comparación a 2022, registrándose así 6.512 casos nuevos. Este año también han vuelto a subir las estadísticas. ¿Qué está fallando?

–Ese aumento puede indicar una mayor concienciación de las mujeres ante lo que es violencia (física, sexual, psicológica, económica, emocional) y que por ese motivo denuncien más, también puede indicar que generaciones de personas más jóvenes están actuando con valores más violentos o machistas, a pesar de tener una educación más igualitaria. No obstante, creo que hay que entender y difundir que el concepto de violencia de género no afecta sólo a la mujer individual, como persona, es sobre todo un concepto social. El género, distinto al concepto sexo, se refiere a la manera en que la sociedad cree que tenemos que vernos, pensar y actuar como niñas y mujeres, y niños y hombres. Cada cultura tiene sus creencias y reglas informales sobre cómo deben actuar las personas según su género. En realidad, la violencia de género no es sólo física, o sexual, en las sociedades hay estructuras, jerarquías, imposiciones de una sociedad que se estructuran y normalizan como parte de una cultura, arbitrios culturales cuya función es justificar y legitimar las desigualdades para que sean interpretadas consciente o inconscientemente como justas, necesarias o inevitables. En ese sentido, la lucha no es sólo de una mujer, es de toda la sociedad. La Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, expresa claramente, que la violencia es consecuencia de la desigualdad y de las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres. 

“No es de recibo que el año pasado haya habido 1.240 asesinatos, feminicidos por parejas o exparejas, hay que acabar con esa lacra”

¿Cómo se trabaja con una víctima que está siendo maltratada?

–En primer lugar, hay que acoger, creer a esa víctima, ofrecerle un espacio seguro para expresarse. Una vez que sintonizamos, que mostramos empatía con esa persona vamos poniendo a su disposición una serie de servicios, principalmente: policiales, jurídicos, sanitarios, sociales, educativos. El objetivo es empoderar a esa mujer, eso sí, respetando sus deseos, su situación vital, sus necesidades, sus capacidades. Por ejemplo, es habitual que asesoremos a la víctima para interponer una denuncia al maltratador pero que ella decida que no quiere hacerlo para no dañar la imagen que puedan tener los hijos o hijas de su padre. 

Violencia machista | una joven escribe en un cartel la frase: "Quiero dejar de sentir miedo" EP

¿Y con el agresor?

–Se intenta alejarle de la víctima, que note que tiene todo el peso de la justicia encima de él, no es de recibo que el año pasado haya habido 1240 asesinatos, feminicidos por parejas o exparejas, es necesario acabar con esa lacra. A los agresores se les puede dar también asistencia sanitaria (psiquiátrica, psicológica), intervenciones educativas sobre nuevas masculinidades o respeto a las mujeres.

“Hay que acoger a la víctima, ofrecerle un espacio seguro para expresarse; el objetivo es emponderar a esa mujer”

¿Se puede cambiar la mentalidad de un hombre machista que pega a su mujer o que la humilla?

–Sí, algunos hombres pueden ver las relaciones con las mujeres con una nueva perspectiva. Películas como Machos Alfa hacen una buena labor pedagógica, con humor pueden hacernos cambiar nuestros esquemas sobre lo que es normal, deseable, aceptable, tolerable, por ejemplo, aceptar que mi pareja no es un objeto que me pertenece y ahora se rebela, es una persona con sus derechos humanos y constitucionales como cualquier otra. También nos ayudan a acabar con los mitos del amor romántico (no es tu media naranja, sois naranjas completas o, incluso, tú eres una naranja y tu pareja una pera). 

¿Qué puede pasar por la cabeza de un hombre que maltrata a su mujer? ¿Es algo aprendido desde la infancia por repetir patrones o es algo mental?

–La casuística es amplia, en general estas personas no son violentas con sus compañeros de trabajo, son violentas con su compañera sentimental, con su mujer. Esa violencia puede tener factores como los celos, el sentirse por encima, el sentirse humillado por una contestación, el sentir que de alguna manera eres superior y no vas a tolerar esa contestación, o ese comportamiento. Ahí influyen esas estructuras patriarcales, esas creencias sociales, esos micromachismos, por ejemplo cuando creces como hombre no creces con miedo continuo a que te violen o te molesten con insinuaciones sexuales, o por ejemplo crees que es normal que en el centro del patio de un colegio haya un campo de futbito, en el que juegan los chicos más grandes, más fuertes lanzando balonazos a niñas y niños más débiles o menos ágiles que están alrededor de ese campo de futbol haciendo otras actividades en el recreo, ahí esos niños se empiezan a sentir el centro del mundo.

25-N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

25-N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

¿Es habitual que un hombre que maltrata vaya a terapia o es más habitual que la persona maltratada es la que pida ayuda?

–En mi experiencia clínica, lo segundo es más habitual. La mujer al final tiene mucha más presión y estrés, deja de cuidarse a sí misma y se dedica a los cuidados y atención de hijos, hijas, padres o familiares discapacitados, enfermos, mayores. Tiene que encontrar trabajos que le permitan conciliar, muchas veces eso implica trabajar menos horas o en trabajos peor pagados.

¿Cuál es el primer consejo que daría a un hombre que humilla a su mujer? ¿y a la víctima?

–Es preferible divorciarse. Cuando la pareja con hijos se divorcia se rompe la pareja pero no la familia, él sigue siendo su padre y ella sigue siendo su madre.

“Al agresor se debe intentar alejarle de la víctima, que note que tiene todo el peso de la justicia encima de él”

Si un hombre tiene antecedentes penales por maltrato pero ya no está con la víctima, ¿es posible que pegue a su nueva pareja?

–Sí, con muy alta probabilidad. Si no ha habido una cambio de valores, si no ha habido una educación eficaz. Es como los que acuden a cursos para recuperar puntos del carnet de conducir, puedes darles la teoría, pero si no se mentalizan bien de su error seguirán con comportamientos imprudentes en la carretera.

¿El maltrato psicológico es la antesala del maltrato físico?

–No, ambos son independientes, alguien puede ser un maltratador psicológico insultarte, menospreciarte, hacerte luz de gas y no ser agresivo, no golpear objetos, amenazar o golpearte y viceversa. Alguna persona puede ser las dos cosas a la vez.

una joven sostiene un cartel la frase: "El machismo mata, viola, explota y borra a la mujer" EP

En base a su experiencia tratando estos casos, ¿considera que existe un poso cultural que justifica esta violencia dentro de la pareja?

–La violencia nunca está justificada, en los años setenta cualquiera podía coger a un niño por las orejas y llevarlo ante sus padres o su maestro, hoy en día esa violencia no la vemos normal. Del mismo modo la violencia de género, la aplicada por un hombre contra su pareja, o la violencia doméstica, por ejemplo la de una mujer contra su pareja, no son justificables, son delitos las más de las veces.

"La violencia nunca está justificada, en los años setenta cualquiera podía coger a un niño por las orejas y llevarlo ante sus padres o su maestro, hoy en día esa violencia no la vemos normal"

¿En qué estado anímico se encuentra una mujer que ha sido maltratada?

–Al principio suelen sentir mucho temor al futuro, temor a que las agredan, temor a perder a sus hijos. Con los meses suelen sentirse mucho mejor, más seguras de sí mismas, suelen recuperar la autoestima, la felicidad y ahí empiezan a empoderarse.

¿Y los niños que ven esas escenas?

–Esto es una tragedia, los niños son personas más vulnerables, más dependientes de los mayores y ver las agresiones, ser también agredidos, ser amenazados, ser manipulados en contra del otro progenitor les causa sintomatología ansioso depresiva e incluso estrés postraumático. Es importante que acudan a terapia y poder sintonizar y empatizar con ellos, normalizar las emociones que puedan experimentar.