NUEVA YORK. "Necesitamos ayudarnos unos a otros para actuar, porque de otra manera puede ser muy tarde; no esperemos más, hagámoslo ahora", dijo Greta ante las decenas de personas que se acercaron a recibirla al pequeño muelle deportivo North Cove Marina de Manhattan, y que rompieron en una gran ovación tras escuchar estas palabras de boca de la adolescente.
Greta partió el 14 de agosto del puerto británico de Playmouth a bordo del velero Malizia II, que no emplea combustibles fósiles, rumbo a Nueva York, donde el 23 de septiembre participará en la Cumbre de Acción Climática organizada por Naciones Unidas.
Durante una rueda de prensa organizada en un parque situado junto al muelle, apenas 5 minutos después del desembarco, la joven activista confesó sentirse abrumada y aseguró que todavía sentía como si el suelo temblara bajo sus pies.
"Si lo que estoy haciendo puede marcar la diferencia y puede llamar la atención sobre la crisis climática, entonces voy a usar esta oportunidad para tratar de cambiar las cosas", comentó Greta, que tras la larga travesía atlántica espera poder descansar un tiempo.
Diferentes organizaciones de defensa del medio ambiente se dieron cita para recibir a la 'marinera', y mientras la esperaban bajo una suave lluvia contemplaron entre vítores como las amplias velas negras del Malizia II se acercaban a puerto como si bailaran con la silueta de la estatua de la Libertad.
"Estamos aquí porque (la crisis climática) es una cuestión de justicia intergeneracional y los adultos no están haciendo nada", dijo a Efe la activista Vanessa Rule, cofundadora de la ONG "Mothers Outfront".
Junto a un grupo de madres defensoras del medioambiente, Rule se acercó hasta el pequeño muelle neoyorquino "para que Greta no se sienta sola".
"Aunque el Gobierno de Estados Unidos no está haciendo mucho por el cambio climático, hay mucha gente en Estados Unidos que está presionando por un futuro mejor", agregó.
En su comparecencia, Greta también tuvo unas palabras para el presidente estadounidense, Donald Trump.
"Mi mensaje a Donald Trump es 'escucha a los científicos', pero obviamente él no hace eso", aseguró la adolescente, que asumió que si nadie ha sido capaz de convencerlo sobre el cambio climático, ella tampoco lo logrará.
"Lo que hago es enfocarme en extender la concienciación (sobre la crisis climática) y que la gente se de cuenta", dijo.
Greta se ha convertido en fuente de inspiración para niños y adolescentes de todo el mundo, como para Shiv Soin, un neoyorquino de 18 años que se acercó hasta el muelle junto a varias decenas de jóvenes de entre 14 y 18 años para mostrarle también su respaldo.
"Es un importante símbolo de lo que podemos hacer", dijo a Efe este joven que junto a sus compañeros grita: "Queremos justicia climática, ¿cuándo la queremos?, ahora. ¿Y si ni no la conseguimos? Gritaremos".
En su último tramo por el archipiélago neoyorquino el Malizia II, que no empleó combustible fósil en su travesía, navegó escoltado por una flotilla de 17 barcos fletados por Naciones Unidas y que representaban los otros tantos Objetivos de Desarrollo Sostenible, que la ONU querría que se cumplieran para el año 2030.
Micrófono en mano, Greta aseguró que echará de menos la paz y la tranquilidad del océano, estar sentada sin hacer otra cosa que contemplarlo y estar desconectada de todo y de todos.
Pero ahora ya está en tierra y retoma la lucha. Su próximo objetivo, la cumbre climática de la ONU y la conferencia sobre emergencia climática de Chile en diciembre, donde quiere movilizar todos los esfuerzos posibles para que los "líderes del mundo" fijen su mirada en la crisis climática y dejen de ignorarla.
"Hay que seguir, sé que puede parecer imposible y desesperanzador a veces (...), solo tenéis que continuar, porque si lo intentáis con la fuerza suficiente, el tiempo suficiente, marcaréis la diferencia y si hay suficiente gente luchando por lo correcto cualquier cosa es posible", agregó.