Londres -El Gobierno conservador británico realizaba ayer otro intento desesperado por recabar apoyos a su acuerdo de Brexit, al advertir que rechazarlo conllevaría un auge del extremismo de derechas en el Reino Unido. El ministro de Transporte, Chris Grayling, avisó de que bloquear la salida de la Unión Europea (UE) mediante el rechazo de ese pacto, que se vota el próximo martes, hará que los ciudadanos que apoyaron el Brexit en el referéndum de 2016 se alejen de los partidos convencionales para respaldar a fuerzas extremistas.

La diputada conservadora Anna Soubry, partidaria de un segundo plebiscito sobre la permanencia en la UE, calificó los comentarios de “irresponsable insensatez”, mientras que el laborista David Lammy acusó a Grayling de hacer “política de cloacas”. “Es el intento desesperado de un ministro del Gobierno de usar a una pequeña minoría de ultraderechistas para tomar de rehén nuestra democracia”, afirmó.

Por el sistema electoral del Reino Unido, las formaciones minoritarias, como las de extrema derecha, carecen de representación parlamentaria, pero existen grupos e individuos de esa ideología que presionan a través de protestas y las redes sociales.

En los últimos días, la Policía ha aumentado la seguridad alrededor del Parlamento de Londres después de que un pequeño grupo de manifestantes de extrema derecha, algunos con chalecos amarillos como en Francia, intimidaran a políticos y periodistas. De hecho, ayer fue detenido James Goddard, presunto instigador del acoso y quien llamó a Soubry “nazi” por su opinión sobre el Brexit.

En declaraciones al Daily Mail, Grayling instó a los diputados a “pensar bien” cómo votarán este próximo martes y apeló a sus colegas conservadores y a todos quienes desean la salida de la UE a apoyar el pacto consensuado con Bruselas por la primera ministra, Theresa May.

“Los diputados han de recordar que el Reino Unido, su pueblo y sus tradiciones son la madre de todos los Parlamentos. Si ignoramos eso y la voluntad popular, lo hacemos a nuestro riesgo”, manifestó. Alertó también de que no se debe “subestimar” el peligro de detener la salida de la UE -decidida por un 52 frente al 48% de los británicos-, pues llevaría a “un tono diferente en política”, a “una nación más nacionalista y una sociedad menos tolerante”. “Se abrirá la puerta a las fuerzas políticas del populismo extremista que se ve en otros países de Europa”, dijo.

Elecciones Por su parte, el Partido Laborista de Jeremy Corbyn persigue a toda costa llegar al poder a fin de cambiar el rumbo del Brexit pero, sobre todo, para poder aplicar sus ideas socialistas por primera vez en décadas en el Reino Unido, en opinión de los analistas. Corbyn ya ha dicho que su formación rechazará el acuerdo y reclama que, si es derrotado, ésta convoque unas elecciones generales. Solo en el caso de no lograr estos comicios, el partido, que no descarta presentar una moción de censura al Ejecutivo, se plantea apoyar otras opciones, como la celebración de un segundo referéndum sobre la permanencia en la UE, después del que dio la victoria al Brexit en 2016. Corbyn es criticado por ser ambiguo sobre el Brexit y por tratar de forzar elecciones en lugar de intentar consensuar con el Gobierno la salida de la UE.