Bruselas - Theresa May, primera ministra británica, asegura que realizar un segundo referéndum sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea o una consulta sobre el acuerdo final sería una “traición” a la democracia. La petición de una segunda votación se ha ido haciendo cada vez más popular y el Partido Laborista se va abriendo poco a poco a mantener esta idea encima de la mesa.
Cada vez más ciudadanos y también más políticos en Westminster consideran que el bloqueo en el Parlamento y en el Gobierno a la hora de negociar y de considerar qué tipo de Brexit hay que buscar hace necesario un segundo referéndum sobre el tema. Otros consideran que los votantes tienen que poder tener algo que decir sobre el acuerdo final al que llegue el Ejecutivo británico con el bloque comunitario.
Más de 100.000 personas salieron a las calles de Londres para pedir este segundo referéndum y es una petición que se va haciendo más y más popular. El Partido Laborista se ha estado oponiendo a ello de forma sistemática, pero ahora parte de la cúpula de la oposición empieza a abrirse a la posibilidad de que una segunda consulta siga encima de la mesa.
Sin embargo este fin de semana Theresa May aseguraba que una segunda consulta sería una “traición” a la democracia, algo que ha caldeado los ánimos entre los partidarios del segundo referéndum, que consideran que el 23 de junio de 2016 los votantes británicos no contaban con la información necesaria como para saber las consecuencias que tendría el Brexit y que habían sido engañados por la campaña encabezada por conservadores como Boris Johnson, exministro de Asuntos Exteriores; Michael Gove, ministro de Medio Ambiente; Liam Fox, ministro de Comercio Internacional; o Jacob Rees-Mogg, líder euroescéptico en el Parlamento británico.
La primera ministra mostraba su total oposición a la posibilidad de una consulta en una columna escrita en el Sunday Telegraph en un fin de semana en el que ha recibido el ataque de dos exmiembros de su Gobierno. Por un lado Johnson ha asegurado en el Daily Telegraph que el plan de May para el Brexit “es un desastre y dejará al Reino Unido sin nada”. Por el otro David Davis, exministro del Brexit, asegura que el planteamiento de la primera ministra es “casi peor que permanecer en la Unión Europea”.
A medida que se acerca la próxima conferencia del Partido Conservador aumenta el ruido de sables de un posible intento de descabalgar a la primera ministra. De hecho este lunes Downing Street reaccionaba contra las palabras de Johnson, ya que considera que el exministro trata de retar el liderazgo de May.
El Gobierno de la primera ministra británica, Theresa May, se defendió ayer de las críticas vertidas por el exministro de Exteriores Boris Johnson sobre la estrategia del Ejecutivo para el Brexit, reprochándole no aportar “nuevas ideas”.
El portavoz oficial de May indicó que el Reino Unido precisa de un “liderazgo y plan serios” para encarar la salida del país de la Unión Europea, algo que está cumpliendo la actual inquilina de Downing Street. Estas declaraciones se producen después de que Johnson tildara de “desastre” el plan del Gobierno británico para el Brexit, conocido como acuerdo de Chequers, en el Daily Telegraph.
En su respuesta, según la agencia Efe, el portavoz de May afirmó que el plan de Chequers es el único “creíble y bajo el cual se puede negociar” con Bruselas. “Boris Johnson dimitió por este plan. No hay nuevas ideas en este artículo a las que se pueda responder”, señaló este representante.
ataque “ridículo” de Johnson Por su parte, la exministra del interior Amber Rudd tachó ayer en la cadena BBC el ataque de Johnson como “ridículo” y agregó que no hay “absolutamente ninguna propuesta” en sus palabras.
Para Rudd, el plan de Chequers representa “la mejor oportunidad para conseguir un Brexit que funcione para el Reino Unido”.
En la misma línea que Rudd se mostró su sucesor, Sajid Javid, quien la relevó como titular de Interior el pasado mes de abril.
Javid participó ayer en una conferencia en Londres a cuyo término retó a Johnson a traer “alternativas plausibles” al plan de Theresa May o, en caso de no tenerlas, apoyar a la primera ministra.
Theresa May también asegura en su columna en el Sunday Telegraph que no aceptará un acuerdo con Bruselas que no vaya en el “interés nacional” y mostró su confianza en que se podrá alcanzar un buen acuerdo con la Unión Europea.
El pasado viernes Michel Barnier, negociador jefe de la Comisión Europea, y Dominic Raab, ministro del Brexit, volvieron a mantener un encuentro tras el cual el francés señaló que el problema irlandés sigue siendo la clave en las negociaciones y que Bruselas no aceptará un Acuerdo de Salida (el texto legal que da base al abandono de la UE) que no incluya un plan de emergencia que evite que resurja una frontera dura entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda.