Hace un año, cuando Imanol Pradales estaba a punto de revelar los nombres que lo iban a acompañar en su Gobierno, se inspiró en esa generación de cargos que dio un paso al frente tras la dictadura de Franco en un contexto difícil y con experiencia en sus áreas de conocimiento, como ocurrió en el Gobierno de Carlos Garaikoetxea, de ahí que Pradales escogiera muchos perfiles técnicos del mundo de la empresa o la gestión para dirigir áreas clave como la salud o el departamento de hacienda. Además, Pradales había visto unas semanas antes, en plena campaña de las elecciones autonómicas, como fallecía José Antonio Ardanza. Desde entonces, ha sopesado la idea de rendir homenaje a esos pioneros, una idea que se ha materializado este lunes. El lehendakari ha reivindicado el trabajo realizado por el primer Gobierno vasco de la época estatutaria tras la dictadura de Franco, el Ejecutivo de Carlos Garaikoetxea, y lo ha hecho 45 años después de su primer Consejo de Gobierno. Lo aplaudió por haber levantado las instituciones vascas desde cero tras la dictadura y en un contexto de especial dificultad, marcado por una inestabilidad económica y política de nivel extremo. Desarrollo del Estatuto de Gernika, Concierto Económico, Ley de Normalización del euskera; puesta en marcha de Osakidetza, la Ertzaintza y EITB... Pradales reivindicó que su equipo fue el arquitecto que reconstruyó una Euskadi “en ruinas”, en plena recesión económica, azotada por la violencia de ETA y la extrema derecha, con ruido de sables tras el intento de golpe de Estado de 1981, y frente a una izquierda abertzale que despreciaba logros como el Estatuto de Gernika o el Concierto Económico porque defendía “el todo o la nada”.
En el homenaje, que tuvo lugar en Ajuria Enea, Pradales no mencionó que Garaikoetxea, que se convirtió en lehendakari por el PNV, lideró después la traumática escisión de Eusko Alkartasuna por las discrepancias sobre la Ley de Territorios Históricos. Pero este lunes, de facto, se escenificó la reconciliación con este homenaje a su figura. Este movimiento se consideraba necesario dentro de la familia jeltzale, y a Garaikoetxea le llega con los 87 años recién cumplidos el pasado 2 de junio.
Se da la circunstancia de que EA forma parte de EH Bildu, aunque Garaikoetxea respalda al sector que es crítico con su pérdida de protagonismo y sus señas de identidad dentro del partido de Arnaldo Otegi. Confluyen otros elementos para el análisis, como que EH Bildu sí valora ahora herramientas como el Concierto Económico, aunque históricamente la izquierda abertzale las ha despreciado y ha criticado la apuesta pragmática, de avances graduales e institucionalización de Euskadi que lideró el PNV. Tampoco apoyó el Estatuto de Gernika porque no abarcaba a Nafarroa. Los jeltzales vuelven a traer a la memoria que fue el PNV quien impulsó estos avances y que lo hizo con vías exclusivamente pacíficas y democráticas, rechazando a ETA.
El portavoz parlamentario de EH Bildu, Pello Otxandiano, tenía previsto acudir al acto, pero tuvo que anunciar a última hora su ausencia “con gran pesar”, ya que se encontraba enfermo y tuvo que ser atendido en el hospital de Txagorritxu. A través de sus redes sociales, reconoció al Gobierno de Garaikoetxea, que se encargó precisamente de la “construcción de la institucionalidad moderna vasca”, aunque tuvo un pequeño lapsus con la fecha, ya que habló de 40 años, cuando son 45. Otegi sí pudo acudir al acto.
Todos los arquitectos y el 'dream team' del nacionalismo vasco
Pradales se refirió a la generación de Garaikoetxea como los “arquitectos” que reconstruyeron una Euskadi en ruinas, que dieron la cara y mostraron su compromiso en Consejos de Gobierno maratonianos, como el primero de Garaikoetxea, el 16 de junio de 1980, una cita que cumplió este lunes 45 años. El lehendakari recordó que Garaikoetxea lo recibió en su casa hace dos meses, en Iruñea, y que allí le regaló varios libros sobre su trayectoria política. Leyó una carta en clave que le envió Manuel de Irujo, que ya sugería la construcción del futuro Gobierno vasco en los últimos compases de la dictadura franquista: “Querido. Vuelvo al pueblo. Los planos quedan por hacer. Usted es buen arquitecto. Piense en las personas que sean aptas para organizar la construcción. No podemos dormirnos. Es preciso moverse sin apuro, pero sin dejar de andar. Como yo no voy a poder decirle a usted estas cosas cómodamente, le envío estas líneas. Y con ellas, mi abrazo. Manuel”.
Pradales opinó que la carta fue “profética” porque su contenido se hizo realidad, “el lehendakari Garaikoetxea demostró ser un extraordinario arquitecto de la Euskadi del futuro que imaginó”, “el lehendakari y su Gobierno no se durmieron”, y fueron un “dream team del nacionalismo democrático vasco”. Los citó uno por uno: “Pedro Miguel Etxenike, Ley de Normalización y Uso del Euskara y Universidad Pública Vasca; Mario Fernández, defensa del Estatuto y políticas de empleo; Pedro Luis Uriarte, Concierto Económico; Luis Mari Retolaza, Ertzaintza y Sos Deiak; Ramón Labayen, EITB y HABE; Javier Caño, puesta en marcha de la Administración vasca; Carmelo Renobales; despliegue del sistema judicial; Jesús Agirre, Osakidetza; Félix Ormazabal, apoyo al primer sector y Azti; Xabier Lasagabaster, obras públicas y reconstrucción tras las inundaciones de 1983; José Luis Robles, Euskotren; Carlos Blasco, ayudas al sector pesquero; y Javier García Egotxeaga, política industrial y Plan 3 R”.
Ética contra la violencia
Pradales puso en valor la legitimidad histórica y electoral del Gobierno, pero también la “ética”, porque apostó por las vías “políticas y democráticas”, y se opuso a la violencia y el terrorismo para conseguir objetivos políticos. Y destacó que “Euskadi estaba en ruinas” y había “toda una red institucional por desplegar, una economía que revitalizar y un Estado de Bienestar que construir”. “Disteis un paso al frente, aparcando vuestras carreras profesionales. Disteis la cara”, elogió.
Y el lehendakari recalcó que no lo tuvieron fácil y que las piedras en el camino se las pusieron desde fuera y desde dentro de Euskadi. Desde fuera, porque el Estado español apostó por “recortar el Estatuto y por la centralización con la Loapa”, la ley orgánica que se puso en marcha tras el intento fallido de golpe de Estado en 1981. Desde dentro, porque algunos defendían “el todo o la nada”, acusaban al PNV de ser “tibio” o de “venderse a cambio de un plato de lentejas”. Frente a esas críticas, Pradales reivindicó la apuesta por el pragmatismo y que el Estatuto de Gernika, como decía Garaikoetxea, fue una estación intermedia porque la propia ley orgánica dice que la aceptación de este régimen de autonomía no supone renuncia a los derechos que pudieran corresponder al pueblo vasco en virtud de su historia. Unas capacidades políticas que Pradales apostó por seguir fortaleciendo.
Garaikoetxea arenga a Pradales
Cuando se habla de las dificultades que afrontan los actuales gobiernos, todo palidece en comparación con el escenario que tuvieron ante sí las primeras generaciones de políticos tras el final de la dictadura franquista. A esa generación pertenece Carlos Garaikoetxea, a quien le confiaron el liderazgo del primer Gobierno vasco elegido en las urnas tras la aprobación del Estatuto de Gernika. Él llevó las riendas entre 1980 y 1985, le tocó poner en marcha las principales instituciones del autogobierno como la propia Osakidetza o la Ertzaintza, y tuvo que capear la crisis económica y las inundaciones de Bilbao de 1983. Desde esa experiencia, este lunes quiso mostrarse convencido de que Euskadi volverá a superar los desafíos que afronta, y que lo hará desde la “unidad y respeto a la pluralidad”. “Imanol, suerte, ánimo y al toro”, animó.
El acto congregó a buena parte de los referentes políticos que aún están en el ejercicio de su cargo y también a los que ya han abandonado la política institucional, como es el caso de los lehendakaris Ibarretxe y Urkullu, o del exconsejero de Interior y expresidente del Parlamento Vasco, Juan Mari Atutxa. También se pudo ver al presidente del EBB del PNV, Aitor Esteban; al líder de los socialistas vascos, Eneko Andueza; y al secretario de EH Bildu, Arnaldo Otegi, no así a Pello Otxandiano, quien tuvo que excusar su presencia por un problema de salud. Vox no fue invitado al homenaje al primer Gobierno elegido en las urnas tras la dictadura.
Garaikoetxea aseguró que la sociedad vasca es “valiente y trabajadora” y ha superado los retos que se le han presentado en el camino. Ahora, con unidad “y con respeto a la pluralidad”, los superará de nuevo. Tuvo un agradecimiento para Pradales por la “generosidad” que ha tenido al convocar este acto en Ajuria Enea, un agradecimiento que quizás vaya más allá de lo puramente protocolario si se tiene en cuenta que este homenaje escenifica la reconciliación del PNV con el lehendakari que lideró la escisión de Eusko Alkartasuna, cuestión que no se mencionó este lunes pero que sí estaba en el aire.
Garaikoetxea agradeció “un acto entrañable, que además tengo el placer de compartir con tres amigos consejeros”. “Ajuria Enea fue mi casa, y es como si el tiempo no hubiera pasado, porque el tiempo no consigue hacer desaparecer nuestra amistad y nuestros recuerdos. Hoy miramos atrás con gratitud, para celebrar lo que hemos construido juntos. Tengo la certeza de que Euskadi, que ha triunfado superando con nota un pasado turbulento, afrontará con éxito los complejos retos de mañana y los modelará a su favor”, dijo.
“Los desafíos de futuro son grandes, pero mayor es nuestra capacidad para superarlos. Somos una nación valiente y trabajadora. Unidos, desde la colaboración leal y el respeto a la pluralidad, construiremos una Euskadi mejor, más próspera y sostenible”, alentó, para añadir algunas experiencias como “la explosión que acabó con la vida de los niños en su colegio en Ortuella, las inundaciones... Supimos reconstruir todo lo que se derrumbó, pero dejó una huella para siempre en nuestra memoria”, aclaró.
Tres consejeros ponen en valor su legado
Aunque Carlos Garaikoetxea fuera la cabeza visible del equipo y el inevitable protagonista para los medios de comunicación en el acto, el lehendakari Pradales quiso homenajear en general a todo su Ejecutivo, y dio la palabra en un coloquio a tres de sus consejeros: los de Educación, Pedro Miguel Etxenike; Obras Públicas, Javier Lasagabaster; y Hacienda, Pedro Luis Uriarte. Los tres pusieron en valor algunas de sus aportaciones, como la red de bidegorris y el impulso del euskera y el Concierto Económico, en unas intervenciones plagadas de anécdotas personales. Forman parte de esa generación de políticos de otra pasta que tuvieron que lanzarse al ruedo con todo por construir y en un contexto muy convulso a nivel económico y político.
Lasagabaster habló sobre la red de bidegorris y reclamó la paternidad del nombre, que se le ocurrió a él aunque era “el único que no sabía euskera”. La idea la extrajo tras visitar una localidad de Reino Unido, que también coloreaba de un tono diferente esas vías para las bicicletas, y reconoció que, a día de hoy, algo se le remueve por dentro cuando las ve de color asfalto y no de color rojo.
Etxenike, por su parte, puso en valor el euskara batua como lengua unificada más allá de cada euskalki como singularidad en cada uno de los herrialdes, y destacó el impulso y desarrollo del Estatuto de Gernika para una “relación singular y diferenciada con el Estado”.
Uriarte agradeció que se le confiara la responsabilidad de liderar un departamento con tanto peso como el de Hacienda, aunque quiso matizar que le parece una exageración que se le atribuya la paternidad del Concierto Económico en democracia. Además, explicó que la operación de compra de los terrenos del Palacio de Ajuria Enea la cerró él, y aprovechó el escenario, con un retoño del Árbol de Gernika, para reivindicar que es “una promesa de futuro”, y que Euskadi sigue y seguirá. Los tres posaron para la fotografía conjunta con el lehendakari ohia y con el actual responsable del Gobierno vasco.