gasteiz - ¿Cómo interpreta, en clave interna, las acciones de Ernai con respecto al turismo, en contra de los llamamientos de EH Bildu y Sortu?
-Lo primero, es un tema en el que hay mucho que debatir, el 16 de septiembre la Comisión Europea en Tallin va a tratar la cuestión porque lo han pedido Francia y Alemania y ni Rajoy ni Urkullu plantean absolutamente nada al respecto. Es algo que está sobre la mesa y desde las instituciones no se está haciendo un planteamiento. Con respecto a la pregunta, la posición de Arnaldo Otegi ha sido suficientemente clara y evidentemente la comparto, ha habido un análisis sobre la épica que se está utilizando y yo creo que la posición de EH Bildu es muy clara. A nosotros nos toca plantear soluciones y es lo que estamos haciendo, con propuestas, mociones, etcétera.
¿Ha dejado cicatrices el congreso de EH Bildu, sobre cuyo resultado no tuvo usted reparo en mostrarse crítica?
-No es una cuestión de cicatrices, hay diferentes posiciones, yo sigo pensando lo que entonces, que la dirección de EH Bildu se tiene que parecer al país, necesita más mujeres y más representación. Eso lo creo ahora y lo creeré dentro de un año, lo voy a seguir defendiendo. Eso no significa que cuando el equipo de la nueva dirección presente su programa político yo no esté deseosa de verlo.
Casi un año después de las elecciones, ¿cómo valora la gestión del gabinete de Iñigo Urkullu?
-Es la legislatura del impasse, seguimos manteniendo esa sensación. Tiene un país con un potencial enorme para hacer cosas y no las hace, mientras todo Europa desarrolla políticas de I+D+i aquí la educación se está cayendo, los resultados de PISA ni siquiera han servido de acicate; y la política industrial es inexistente, como se ve en el goteo de empresas que cierran. Ese impasse hace que se acentúe la sensación de que nuestros hijos van a vivir peor que nosotros, porque las decisiones políticas que se están tomando están apuntalando ese modelo, y mientras tanto pasan oportunidades que otros países están tomando. Aquí se ha fiado el futuro a lo que ocurra en Madrid, y eso no es estar en los vagones de cabeza en Europa, todo lo contrario.
¿Ve realmente factible una Catalunya independiente en el contexto actual, en el punto en el que se han situado la cosas tras todos estos años?
-Catalunya ha tomado la decisión de decidir las cosas como pueblo, tienen muy claro que van a hacerlo así. Yo no sé qué va a pasar el 2 de octubre (el día siguiente al referéndum), pero si no es el 2 de octubre será en otra fecha. Cuando alguien ha optado por tomar sus decisiones lo va a terminar haciendo.
¿No vislumbra ningún posible intento de entendimiento entre las partes, aunque no sea de forma pública?
-El PP está más pendiente de sus estructuras internas, de la corrupción, del modelo del ladrillo y el turismo, no está preocupado ni por responder a las necesidades de sus ciudadanos ni de algo que ven lejano, como Catalunya o nosotros. No, no tienen ningún interés, solo miran por sus necesidades y están fallando a todo el mundo. Yo no tengo ninguna esperanza puesta ni en Rajoy ni en el PP en nada positivo.
¿Cree, como se ha apuntado desde EH Bildu en alguna ocasión, que se utiliza la negociación con Euskadi para desactivar el tema catalán?
-No, ni siquiera creo eso. Creo que piensan más en no abrir ningún tipo de discusión, si abren esa discusión saben que pueden venir detrás otras nacionalidades a pedir lo mismo, con lo que están más interesados en negar el debate que en abrirlo en términos democráticos y constructivos.
El CIS ha encumbrado a Pedro Sánchez. ¿Un cambio de gobierno en Madrid llevaría a EH Bildu a replantearse su estrategia unilateral con respecto al nuevo estatus político si ven voluntad real en su proyecto plurinacional? ¿Es imprescindible para ustedes tener listo un acuerdo en Euskadi en esta legislatura?
-Nunca hay que esperar, hay que estar siempre trabajando. En cualquier caso, Pedro Sánchez debe escuchar el mensaje de sus bases, en lo que es un fenómeno global; la ciudadanía pide que no se escuche al establishment del partido y sí a la gente y sus necesidades. Si empieza a hacer eso se abrirán muchísimos melones. Esa es una incógnita que despejaremos en breve, pero también me preocupa la actitud de partidos como Podemos, me gustaría saber si Podemos Euskadi comparte el planteamiento de Podemos con respecto a Catalunya o defiende el derecho a decidir, como declaran aquí. Tenemos muchos interrogantes sobre la mesa, una trayectoria muy poco democrática desde las instituciones, y la respuesta siempre estará en lo que quiera la ciudadanía, ahí está la esperanza.
En todo caso, son la única fuerza que defiende la vía unilateral en el Parlamento, ¿cómo podrían llegar a materializarla con esos mimbres?
-Hay un malentendido, nosotros no nos oponemos a la bilateralidad, por eso defendemos el modelo de Escocia, la cuestión es que hacemos un planteamiento realista. Nos encantaría que Madrid utilizara esa vía que debe utilizar cualquier país democrático del mundo, pero la pregunta es cuál es el plan de contingencias para cuando el PP vuelva a poner sobre la mesa que no es democrático. La vía adecuada es la democrática, que la gente decida, y el que se opone a eso es el que tiene el problema, lo tiene el PP.
Entonces, ¿de momento toca debatir en el Parlamento y luego ya se verá?
-Hay que actuar en paralelo, eso es lo que tiene el plan de contingencias. Tú tienes un planteamiento sobre qué quieres hacer y otro por si las cosas no van como tú quieres que vayan. Lo que toca discutir, y sobre todo decidir aquí, es qué quiere ser este país, y no son los partidos los que deben dar esa respuesta, esa decisión la tiene que tomar la ciudadanía en un referéndum. A los partidos nos toca hacerla realidad, esa es nuestra responsabilidad.
En la cuestión de los presos, en cambio, todas las formaciones comparten un mínimo común denominador, salvo el PP, que gobierna además en Madrid. ¿Habrá que esperar a un cambio en la Moncloa para poder avanzar en esa materia?
-Esa es la situación, efectivamente. La sociedad vasca lo ha dicho claramente y el PP no tiene visos de hacerlo realidad, pero al igual que en ningún planteamiento. Tiene una agenda propia que no coincide con lo que quiere su ciudadanía. Esperanzas en el PP pocas, esperanzas en que la gente consiga cosas sí, lo mismo que en Garoña. Confianza en ellos poca, pero sí en las personas.
¿El fin de la mayoría absoluta no puede contribuir a que esas posiciones que dice detectar en el PP se modifiquen?
-¿La cuestión es si el PP va a empezar a dar pasos democráticos o no? Sí, esa es la pregunta, si va a seguir siendo un partido de esas características o va a avanzar hacia planteamientos democráticos.
Reclama usted una mayor representación de la ciudadanía en EH Bildu en materia, por ejemplo, de igualdad entre mujeres y hombres. ¿Cómo valora la actuación de las instituciones en ese sentido? ¿Se está acertando con la tecla, tanto en la lucha genérica contra el machismo como en sus expresiones más trágicas?
-El debate es dónde empieza la violencia machista. Hay casos que nadie discute, los más dolorosos, pero ¿dónde empieza, qué labor previa hay que hacer? Esa es la duda que hay que despejar y que no está despejada. Es algo que nos afecta a toda la sociedad, los gobiernos tienen que hacer sus políticas, pero la sociedad debe implicarse, no es algo que tenga que venir de arriba abajo. El nivel de complejidad del tema hace que no haya una respuesta única, nos hace falta un análisis previo por parte de todos. Se habla de que la solución está en la escuela, y yo creo que es algo bastante más profundo que todo eso. ¿Qué igualdad queremos? ¿Consideramos que somos más que el del al lado, sea mujer u hombre, sea mayor o joven, sea venido de fuera o no, tenga una orientación sexual u otra? Si no hacemos previamente ese debate las políticas se quedarán en la superficie.
¿Pasa como en el turismo, se simplifica, se polariza?
-Sí, se podría hacer un paralelismo, en la medida en que yo opino de los demás pero no de mí mismo. Una reflexión personal sin unos medios adecuados en la sociedad se queda en nada, pero unos medios en la sociedad sin esa reflexión personal también. Esto como bailar el tango, hacen falta dos.