GASTEIZ. El consejero de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu, y el responsable económico del PP, Antón Damborenea, han firmado en la sede del Parlamento Vasco este documento en el que los populares se comprometen a no presentar enmiendas a la totalidad y a no apoyar las que presenten los demás grupos.

El acuerdo se sustancia en 29 millones de euros que aumentarán partidas de fomento a la economía y apoyo a las familias, entre otros fines, y que procederán de la partida del proyecto denominada "crédito global".

El presupuesto global del Gobierno vasco para este año asciende a 11.059, millones de euros, un 1,2 % más que el del pasado año, lo que supone que la modificación presupuestaria de este acuerdo afecta a un 0,25 % del total.

Tras la firma, el consejero Azpiazu ha calificado el acuerdo de "buena noticia" y "positivo", por lo que el Gobierno vasco se muestra "satisfecho".

Azpiazu no ha querido "especular" sobre la posibilidad de que este acuerdo pueda ser la antesala de otros similares para los presupuestos venideros de esta legislatura.

El portavoz económico del PP vasco, Antón Damborenea, también ha dicho que ésta es una "muy buena noticia" y ha especificado que este acuerdo supone la abstención de los nueve parlamentarios populares, no en un apoyo al proyecto del Gobierno Vasco, ya que no están de acuerdo con "muchas de las partidas" recogidas en él.

Damborenea ha mostrado su disposición a que esta abstención se pueda traducir el próximo otoño, cuando se negocien los presupuestos de 2018, en un sí, pero para ello ha reclamado al Gobierno Vasco que les llame antes de la elaboración del propio proyecto para darle el "giro" que necesitan.

Se ha felicitado por que el Ejecutivo de Gasteiz haya apostado por unos presupuestos "realistas" que favorezcan el crecimiento de la economía y del empleo, aunque ha lamentado que haya perdido mucho tiempo dilucidando con quién iba a pactar, si con la "extrema izquierda" o con ellos que representan a los partidos de centro europeo.

Tras reiterar que no es el presupuesto del PP, Damborenea se ha felicitado por que el acuerdo también frena los "cantos de sirena" procedentes de la "extrema izquierda" para aumentar la presión fiscal, el gasto corriente y la deuda.

El acuerdo establece que la política fiscal no puede trasladar a las rentas medias y bajas una merma de sus ingresos y debe favorecer la competitividad de las empresas, especialmente las microempresas y pymes, así como el ahorro y la inversión.

En cuanto al apoyo a las familias, en el acuerdo base el Gobierno Vasco se compromete a ir eliminando progresivamente desde el próximo año y hasta el fin de la legislatura la reducción del 7 % prevista en los presupuestos desde 2012 para esta política pública, un recorte establecido por el anterior Ejecutivo del socialista Patxi López apoyado por los populares.

En educación, el acuerdo prevé un refuerzo en las ayudas a las escuelas infantiles de entre cero y tres años, a la enseñanza media y a la Formación Profesional.

El acuerdo se plasma en que el PP presentará enmiendas hasta un máximo de 29 millones de euros y los partidos que apoyan al Gobierno, PNV y PSE-EE, se comprometen a su aprobación en la tramitación parlamentaria de los presupuestos.

En el preámbulo del acuerdo, Gobierno Vasco y PP coinciden en que la aprobación de los presupuestos y otras "acciones concertadas" entre partidos contribuyen a trasladar un mensaje de "responsabilidad institucional y de estabilidad pública" en el contexto económico actual.

El Ejecutivo de Iñigo Urkullu, que se queda a un escaño en el Parlamento Vasco de la mayoría suficiente para sacar adelante en solitario el presupuesto, necesitaba de, al menos, la abstención de uno de los grupos de la oposición.

Además de esta abstención del PP, está confirmado que EH Bildu y Elkarrekin Podemos presentarán sendas enmiendas a la totalidad.