BILBAO. Con motivo de sus diez primeros años de vida, el consejero de Empleo y Políticas Sociales, Angel Toña, ha destacado que, a través de este teléfono que "no deja rastro en la factura telefónica", se presta un servicio integral que atiende a víctimas de la violencia contra las mujeres, no solo de la ejercida por parte de su pareja o expareja, sino también de la ejercida por parte de otros hombres de su entorno familiar, agresión sexual, trata de personas, prostitución forzada o acoso en el ámbito laboral.

El objetivo es que "la mujer pueda salir de esa situación de maltrato" para iniciar "una vida autónoma con sus hijos, si los tuviera", ha subrayado en una comparecencia en Bilbao, junto a responsables de la Consejería y las profesionales que atienden este servicio.

A lo largo de 2015, el 900 840 111 atendió a 2.103 personas, frente a las 1.823 de 2014 y las 1.730 de 2013, con un total de 3.539 atenciones, frente a las 3.030 en 2014 y 3.173 en 2013. Aunque también se presta atención a allegados de las víctimas y a los profesionales que las atienden, la mayoría de estos 2.103 usuarios son víctimas, un total de 1.359.

En representación de las profesionales responsables de este servicio, Teresa Agirre ha explicado que el aumento de la demanda que este servicio ha experimentado en los últimos años está relacionado con el hecho de que, en la actualidad, "se reconoce más lo que es maltrato".

Además, ha indicado, también se consideran como violencia de género casos como los de trata de mujeres o el acoso laboral por razón de sexo.