Bilbao - El PNV arrancó la campaña de las elecciones europeas acentuando su perfil más social, cargando contra las medidas económicas impuestas por la troika a los países más afectados por la crisis, y también apostando por la defensa de los intereses de Euskadi en Europa en las normas sectoriales sobre industria u otros ámbitos que puedan aprobarse en el continente. Y ayer cerró la campaña tal y como la empezó. En un concurrido pabellón de La Casilla que congregó a cientos de simpatizantes y a un mar de ikurriñas, los jeltzales pidieron el voto para impulsar otra Europa, "con alma, que piense en las personas y no en los mercados", en palabras del presidente del EBB, Andoni Ortuzar; y para dar voz a Euskadi. El partido, que ha apostado también por que Euskadi participe en la toma de decisiones y pueda hacer valer su autonomía fiscal en Europa ocupando un asiento en el Ecofin -el órgano que reúne a los ministros de Economía de la UE-, abogó ayer por tener voz en el continente, recordó que el PNV no necesita "hacer escala en Madrid" para ello, y usó un símil futbolístico: "Tenemos derecho a jugar en la liga europea, y queremos jugar con nuestros colores y nuestra propia camiseta: la verde de Euskadi".

En un mitin en el que también intervinieron el lehendakari, Izaskun Bilbao y el candidato jeltzale por Iparralde, Jean Tellechea, el PNV quiso movilizar a su electorado ante el riesgo de que se registre una elevada abstención en la cita con las urnas de mañana, lo que provocaría que los resultados fueran más imprevisibles y abriría la puerta a que el mapa electoral quedara desfigurado. Según los sondeos, la Coalición por Europa del PNV, CiU, Coalición Canaria y Compromiso por Galicia reeditará sus tres escaños, de modo que Bilbao, segunda en la lista, renovaría su acta holgadamente, pero la candidata avisó ayer de que un exceso de confianza puede dar un "susto" al PNV. "Necesitamos cada voto", alertó.

Los jeltzales trataron de trasladar, asimismo, que sus papeletas serán claves para escoger desde el Europarlamento al próximo presidente de la Comisión Europea, el encargado de ejecutar los presupuestos y políticas de la Unión y, en definitiva, su máximo representante y jefe. Aunque la pugna estará entre el candidato de los populares y el de la socialdemocracia europea, la Coalición por Europa se inserta en el grupo parlamentario ALDE, la tercera fuerza que puede inclinar la balanza. "Nuestro voto va a ser decisivo", recalcó Urkullu.

Entre los mensajes electorales hubo sitio para los sentimientos, ya que Izaskun Bilbao decidió romper el guión para, visiblemente emocionada y con la voz entrecortada, dedicar su discurso a dar las gracias a sus padres por cada vez que la empujaron a estudiar, por enseñarle a respetar a las personas "por lo que son, no por lo que tienen", y por acostumbrarla a recordar de dónde viene. Una pantalla enfocaba a sus padres, que pestañeaban para no derramar lágrimas. Las otras dos anécdotas llegaron de la mano de un prolongado irrintzi lanzado desde el público, ante el que Urkullu interrumpió su discurso para lanzar un elogio; y un activo militante ubicado en las últimas filas, cuyas potentes exclamaciones de asentimiento no dejaban de oírse por todo el recinto, ante el desconcierto de los presentes. "¡Vaya fondo norte tenemos!", llegó a terciar Ortuzar, entre las risas del auditorio.

Única opción Ortuzar vino a decir que el PNV es la única garantía para los vascos en Europa, frente a un PP que "sestea" -en referencia a la baja posición de Iturgaiz y Mayor Oreja en el ranking de actividades parlamentarias-; a un Patxi López que estaría más preocupado por convertirse en el candidato del PSOE a presidir el Gobierno español y a quien "no le importa Euskadi"; y frente a EH Bildu, que no tendría claro si una Euskadi independiente debería seguir en Europa, y que miraría con mayor admiración a Venezuela. "¿Cuántas banderas europeas habéis visto en los carteles de EH Bildu, en sus actos públicos? Las únicas estrellas que he visto en sus banderas son las de Corea del Norte o las de Venezuela. Esos son sus espejos. Han recorrido España, iban a la caza y captura del voto revolucionario y antisistema. Pero que no manchen el nombre de Euskadi por un puñado de votos. A Euskadi no la representan ni la barricada ni el pasamontañas. A Euskadi la representan la libertad, la democracia, el diálogo y el acuerdo", sentenció Ortuzar, muy ovacionado en ese punto. Más atronador resultó el aplauso cuando aseguró que a los socialistas solo les importa Madrid. "Pues que vayan a Madrid. Todo para ellos", clamó.

El lehendakari, por su parte, apostó por una Europa en la que tengan un papel relevante las naciones. No quiso imaginarse el continente como un mero club de estados, y prefirió esbozar una Europa que delegue funciones en las naciones y regiones. También abogó por encajar el autogobierno vasco en la Unión, y apuntó que el reto pasaría por "participar en procesos complejos de actuación y decisión". Como horizonte, aspiró al "reconocimiento pleno de Euskadi como nación en Europa".

Un planteamiento que se ha topado con la incomprensión de PP y PSOE, que han opinado que Europa no puede construirse desde naciones pequeñas, y que el continente no podría fragmentarse más porque sería ingobernable. Además, han amenazado a Catalunya con su salida de la Unión si decreta la independencia. "Dicen que queremos poner fronteras. Que no cabemos como pueblo en esa nueva Europa. Y que, si ejercemos el derecho a decidir, nos expulsarán. Las fronteras las ponen quienes nos enjaulan en una Constitución caduca. Quienes nos imponen una circunscripción electoral única. Quienes incumplen la ley y el Estatuto. No tengáis miedo. Nadie va a sacarnos de Europa", zanjó Ortuzar. Tellechea puntualizó que Euskadi y su cultura existían antes del surgimiento de los estados, denunció que España y Francia son quienes han puesto fronteras, y lamentó que el Estado francés diga no al autogobierno de Iparralde.