Corresponsal en Bruselas. Las puertas de la Unión Europea siguen abiertas para Ucrania, pero tras el portazo de Kiev el pasado viernes en la cumbre de Vilna la Comisión Europea no está dispuesta a ponérselo demasiado fácil al presidente Viktor Yanukovich, que tras los llamamientos a la calma lanzados desde la Unión Europea durante todo el fin de semana terminó ayer llamando por teléfono a José Manuel Durao Barroso. Durante esa conversación, que se prolongó durante media hora, el dirigente ucraniano solicitó el envío a Bruselas de una delegación para discutir algunos aspectos del acuerdo de asociación y libre comercio que no quiso firmar Ucrania en la reunión de hace cuatro días. Barroso, según el Ejecutivo comunitario, confirmó que recibirán a la delegación pero también advirtió que no reabrirán ningún tipo de negociación. "El presidente de la Comisión ha subrayado que la Comisión Europea está preparada para discutir aspectos de la implementación relativa a los acuerdos ya rubricados, pero no a reabrir ningún tipo de negociación", anunció el Ejecutivo comunitario en un comunicado. "Estos términos han sido aceptados por el presidente Yanukovich y se ha decidido que la fecha y el nivel de estas consultas deberá acordarse a través de los canales diplomáticos adecuados", añadió.

Barroso aprovechó esta conversación para pedir contención al jefe del gobierno, respeto a las libertades democráticas y el derecho de los ciudadanos a manifestarse, compromiso urgente entre todas las fuerzas políticas relevantes, la búsqueda de una solución "pacífica y política" y una investigación urgente sobre el uso de la fuerza por parte de la policía ucraniana tras las manifestaciones desatadas en la capital por el rechazo del gobierno a firmar con la Unión Europea un acuerdo que acerque al país al bloque europeo. Según informó la Comisión, Yanukovich le confirmó "explícitamente" que investigará lo sucedido durante el fin de semana e informará públicamente de los resultados.

Derecho de manifestación Si el dirigente ucraniano aspira a que este gesto de ayer calme las aguas con Bruselas todavía tendrá que esforzarse bastante. "Esperamos que el diálogo continúe, que se respete la calma de forma que podamos abordar esta cuestión en un espíritu positivo para los ciudadanos de Ucrania y para Europa", insistió Barroso. "Pero ya hemos dicho claramente que Ucrania debe respetar las libertades democráticas y el derecho de los ciudadanos a manifestarse", recordó desde Berlín donde se encontraba participando en una feria de turismo.

En la misma línea, sus portavoces explicaron que los canales de comunicación con Kiev siguen abiertos y que en Bruselas siguen dispuestos a negociar con la ex república soviética siempre y cuando el gobierno muestre voluntad política y cumpla con las condiciones y los estándares impuestos por la Unión Europea. "Todavía no hemos conseguido firmar un acuerdo de asociación con Ucrania pero es algo que todavía puede ocurrir en el futuro y seguiremos trabajando con nuevos socios ucranianos para avanzar", explicó Pia Ahrenkilde, portavoz de Barroso.

De hecho, pese a la represión del fin de semana, la Comisión Europea no baraja por el momento sancionar al país. "No es algo que se esté discutiendo en este momento", añadió la portavoz de la alta representante para la política exterior, Catherine Ashton. "Nuestra posición es clara y los puntos de referencia no han cambiado. La oferta sigue sobre la mesa pero siempre que se cumplan los elementos de referentes", añadió Maka Kocijancic sobre una negociación que arrancó en 2012 y cuyo fracaso, por el no de Kiev, ha desatado fuertes protestas y manifestaciones en el país. También se pronunció también ayer el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, que acusó a Kiev de ignorar las aspiraciones de muchos de sus ciudadanos.