Vitoria. El PNV ha podido encarrilar en las últimas jornadas importantes acuerdos sobre la reforma local y la Ley de Cajas en el marco de sus negociaciones con el Gobierno español, aunque no quiere alzar las campanas al vuelo y sigue constatando dificultades y cerrazón en otros ámbitos. Una de las leyes que más desvelos está causando al grupo jeltzale en el Congreso, y también al Gobierno vasco, es la Ley de Acción Exterior. Euskadi y Catalunya creen que el Ejecutivo de Rajoy busca atar en corto la acción de las comunidades en suelo internacional -quizás para frenar los contactos de Artur Mas en su hoja de ruta soberanista-, y el gabinete de Urkullu no logró introducir sus demandas en el proyecto: Madrid solo aceptó una de sus siete alegaciones, y tampoco se trataba de la más relevante políticamente, ya que se limitaba a aclarar que la acción exterior de las entidades locales la coordinarían las comunidades y no el Gobierno español. Madrid no mudó su propósito de fiscalizar los viajes de los territorios -pedirá a las comunidades que le informen de los desplazamientos previstos para que pueda emitir sus recomendaciones- y, cuando una comunidad quiera abrir una delegación, emitirá un informe para dejar patente, aunque sin capacidad de veto, si es conveniente desde el punto de vista económico, y si se corresponde con los criterios de la política internacional del Estado.
A pesar del rechazo a las alegaciones de Lakua, el PNV aún dispondría de margen durante la negociación en las Cortes estatales antes de la aprobación del proyecto este mismo mes. Fuentes del grupo en el Congreso explican a DNA que su portavoz Aitor Esteban y el ministro José Manuel García-Margallo habían alumbrado avances y aproximado posturas en varios aspectos espinosos de la ley recalcados por el propio jeltzale en el debate de las enmiendas a la totalidad. En ese momento, Esteban mostró su preocupación por el control de los viajes y la apertura de las oficinas en el exterior, y en las últimas jornadas había acordado con el ministro ensanchar la libertad de ación de las comunidades dentro del principio de coordinación con el Estado español.
Sin embargo, en el marco de la ponencia reunida el miércoles en el Congreso, el PP desconcertó a los jeltzales -y también a CiU, que según Europa Press también amarró varios artículos con Margallo- al tratar de desvirtuar y matizar los acuerdos encarrilados previamente con el ministro, quien se había reunido esta misma semana con diputados del PSOE, CiU y el PNV para concitar su apoyo y no limitarse a aprobar la ley con la mayoría absoluta del PP. Han sido los propios populares quienes se han encargado de desandar el camino emprendido por Margallo. "Han propuesto pasos atrás sorprendentes, que echaban por tierra los avances", relatan a este periódico desde el grupo jeltzale.
Reconducir No obstante, la situación no es irreversible. Las mismas fuentes precisan que la sorpresa se ha producido en el seno de la ponencia, y no de la comisión del Congreso, que tendrá la última palabra y que elevará el dictamen definitivo sobre la ley, un matiz que resultaría relevante en sí mismo. Hasta que se reúna la comisión, podrán seguir trabajando para resolver el entuerto. Aitor Esteban ha redoblado contactos en las últimas horas para reconducir el debate, aunque aún no ha podido resolverse. "Está sin atar", precisan desde el Congreso a este medio. Las fuentes consultadas por Europa Press atribuyen la contradicción entre el PP y Margallo a las discrepancias entre los ministerios sobre el proyecto.