Berlín/Washington. Hace cinco años, sobre el escenario junto a la Columna de la Victoria en Berlín, Barack Obama elogió vivamente la relación germano-estadounidense. "Pueblos del mundo, miren hacia Berlín. Miren hacia Berlín, donde alemanes y estadounidenses aprendieron a trabajar juntos y a confiar los unos en los otros", señaló el entonces senador y candidato a la presidencia estadounidense. La multitud se mostró encantada. Tras los difíciles años con George W. Bush, Obama parecía un hombre en el que se podía volver a confiar.
Cinco años después, los pueblos del mundo vuelven a mirar hacia Berlín y ven a la indignada canciller alemana, Angela Merkel, cuyas conversaciones por teléfono móvil parecen haber servido desde hace una década a los servicios de espionaje estadounidenses como fuente de información. Ayer era el ministro del Interior alemán, Hans Peter-Friedrich, quien daba voz a esa indignación: "Queremos saber exactamente lo que ha estado pasando y desde luego no aceptaremos que los responsables de estas operaciones de espionaje no sufran consecuencias", subrayó.
El Bundestag (la Cámara baja alemana) celebrará el próximo 18 de noviembre una sesión sobre el espionaje de Estados Unidos en Alemania, tal y como han acordado los jefes de los grupos parlamentarios de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel y del Partido Socialdemócrata (SPD) de Sigmar Gabriel. Pero Alemania no es el único país indignado. Una delegación del Parlamento Europeo llegó el domingo a Washington para pedir unas explicaciones que reclama toda la Unión Europea.
Entre ellos se encuentra también el Estado español, después de que ayer saliera a la luz que la NSA no solo podría haber espiado a los jefes de Gobierno, sino a millones de ciudadanos. Según el diario El Mundo, la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA) espió más de 60 millones de llamadas telefónicas en el Estado español entre el 10 de diciembre de 2012 y el 8 de enero del presente año.
El documento de la NSA obtenido por Edward Snowden y filtrado al diario a través del periodista estadounidense Glenn Greenwald -el primero en destapar en The Guardian el escándalo-, titulado Spain last 30 days, recoge el flujo de llamadas, aunque no incluye sus contenidos, pero sí los teléfonos conectados, el lugar donde se encuentran y la duración de las llamadas.
Al respecto, el ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, advirtió a Estados Unidos de que, si se confirman las informaciones que apuntan a un espionaje masivo de los servicio de inteligencia estadounidenses en el Estado español, ello podría acarrear "la ruptura del clima de confianza" entre ambos países. Margallo, de viaje oficial en Polonia, dejó claro que por ahora "no tiene constancia oficial" de ese supuesto espionaje a cargo de la NSA. Ayer mismo, el embajador estadounidense en Madrid, James Costos, tuvo que dar explicaciones sobre el caso al secretario de Estado para la Unión Europea, Iñigo Méndez de Vigo, en ausencia del ministro.
En la reunión, celebrada en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, Costos se comprometió a despejar las "dudas" que han podido surgir acerca de ese supuesto espionaje y avanzó que mantendrá la "comunicación abierta" hasta que se recopile toda la "información" de las agencias de inteligencia de Estados Unidos. A pesar de las quejas de países como Brasil -cuya presidenta Dilma Rousseff también ha sido espiada- o Alemania, el embajador de Estados Unidos en Madrid subrayó que estos "programas de seguridad nacional" han desempeñado "un papel fundamental" en la protección de los ciudadanos de Estados Unidos y también de los "intereses" de sus aliados.
Revisión Interna Tras el escándalo y la indignación de sus aliados europeos, la Casa Blanca anunció que realizaría una revisión interna de los programas de espionaje de la NSA y ayer adelantó que estará lista a finales de este año. "La revisión completa que está siendo liderada por la Casa Blanca estará lista a finales de año", explicó en su rueda de prensa diaria el portavoz de Obama, Jay Carney, quien no confirmó, no obstante, si el presidente Obama desconocía el seguimiento a líderes mundiales, como publicaba ayer el diario The Wall Street Journal.
Carney recordó que el presidente estadounidense ordenó revisar esos programas el pasado verano, cuando salieron a la luz mediante los documentos filtrados a la prensa por el exanalista de la NSA Edward Snowden, actualmente asilado en Rusia. Según altos cargos del Gobierno estadounidense citados por The Wall Street Journal, la Casa Blanca ordenó en verano la suspensión de varios programas de espionaje al conocer que incluían las comunicaciones de líderes europeos como la canciller alemana. Los funcionarios reconocieron que el presidente estadounidense debe dar su aprobación a una serie de "prioridades" de inteligencia general, pero que las decisiones sobre objetivos específicos las decidían cargos subalternos.
Esto supondría que Obama pudo estar casi cinco años sin conocer los programas de espionaje de la NSA que incluían el pinchazo de teléfonos de numerosos gobernantes. "No voy a entrar en detalles sobre discusiones internas", repitió Carney varias veces al negarse a confirmar la veracidad de la información del diario estadounidense. El portavoz de la Casa Blanca se limitó a reiterar que Obama está tomándose "muy en serio" la revisión de los programas de espionaje de la NSA para asegurar que existe un equilibrio entre la seguridad y el respeto a las "reales preocupaciones" sobre la privacidad compartidas tanto dentro como fuera de Estados Unidos.
Asimismo, Carney negó que EEUU use sus operaciones de inteligencia para "promover sus intereses económicos" en el extranjero, y agregó que la única finalidad de esas actividades es velar por la seguridad del país y de sus aliados. También sostuvo que Obama mantiene su "plena confianza" en el actual director de la NSA, el general Keith Alexander.
l 20 de mayo. El analista informático Edward Snowden, que había trabajado como consultor de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), pide una excedencia en la empresa de servicios de defensa Booz Allen Hamilton y viaja a Hong Kong. Snowden había contactado con el periodista Glen Greenwad y la documentalista Laura Poitras con la intención de filtrarles toda la información a la que ha tenido acceso.
l 7 de junio. Poitras y Greenward escriben en 'The Washington Post' y 'The Guardian', respectivamente, sobre dos programas de espionaje secretos de la NSA. La información apunta a que la agencia y el FBI recababan datos directamente de los servidores de Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, PalTalk, AOL, Skype, YouTube y Apple.
l 9 de junio. Snowden revela que él es la fuente de los diarios. El joven informático afirma desde Hong Kong que piensa buscar asilo.
l 12 de junio. Snowden asegura que Washington lleva años espiando a China y a Hong Kong.
l 13 de de junio. Las autoridades de EEUU presentan tres cargos por espionaje y robo de propiedad gubernamental contra Snowden.
l 23 de junio. Snowden abandona Hong Kong y llega allega al aeropuerto moscovita de Sheremetyevo con Sarah Harrison, miembro de WikiLeaks, lo que deja clara la colaboración entre el informático y Julian Assange.
l 16 de julio. En la zona de tránsito del aeropuerto desde que llegó a Moscú, Snowden pide asilo en Rusia, tras haberlo hecho en otros 25 países sin éxito.
l 1 de agosto. Rusia da asilo a Snowden por un periodo de un año renovable con la condición de que no difunda más información clasificada.
l 19 de agosto. La pareja de Greenwald, el brasileño David Miranda, es detenido en el aeropuerto londinense de Heathrow a petición de EEUU Le arrebatan el ordenador portátil.
l 2 de septiembre. Brasil exige a EEUU una disculpa tras conocerse que la presidenta, Dilma Rousseff, también fue espiada.
l 25 de octubre. 'The Guardian' publica que al menos 35 líderes mundiales fueron o son víctimas del espionaje por parte de Washington, entre ellos Angela Merkel.