CIUDAD DEL VATICANO. En su Mensaje Pascual, el pontífice también pidió paz para Siria, para su población afectada por el conflicto y para los miles de refugiados que están esperando ayuda y consuelo.
"¡Cuánta sangre derramada! Y ¿cuánto dolor se ha de causar todavía (en Siria), antes de que se consiga encontrar una solución política a la crisis?", se preguntó.
El papa Bergoglio pronunció su Mensaje Pascual desde el balcón central de la basílica de San Pedro del Vaticano ante más de 250.000 personas que abarrotaron la plaza de San Pedro y sus aledaños en este Domingo de Resurrección.
Durante el mismo, el Obispo de Roma repasó la situación de mundo y pidió paz en Asia, "sobre todo en la península coreana, para que se superen las divergencias y madure un renovado espíritu de reconciliación".
Corea del Norte se ha declarado en "estado de guerra" contra Corea del Sur y ha amenazado con atacar también a EEUU, anuncio que ha desatado la preocupación de la comunidad internacional, que ha pedido a Pyongyang contención y que "evite errores de cálculo" que puedan conducir a una escalada de la violencia.
También para Irak y Oriente Medio, para que israelíes y palestinos -dijo- reanuden las negociaciones "con determinación y disponibilidad, con el fin de poner fin a un conflicto que dura ya demasiado tiempo".
Igualmente pidió por África, en especial por Malí, "para que vuelva a encontrar unidad y estabilidad", y por Nigeria, "donde lamentablemente no cesan los atentados, que amenazan gravemente la vida de tantos inocentes"; por el Este de la República Democrática del Congo y por la República Centroafricana.
Concluido el mensaje, el Papa impartió la bendición "Urbi et Orbi", a la ciudad de Roma y a todo el mundo.