BILBAO. Artur Mas y CiU empezaron ayer a digerir la victoria electoral más amarga de la historia reciente de Catalunya. Su triunfo claro en las urnas quedó en agua de borrajas con un recuento de votos que les dio doce escaños menos de los que ya tenía y que aspiraba a ampliar para tocar, o al menos rozar, la mayoría absoluta en el Parlament. Mientras se lamen las heridas intentan levantar la cabeza para enderezar el rumbo del partido y del gobierno que les toca liderar. Necesitan al menos el apoyo de dieciocho parlamentarios para la mayoría absoluta, una cifra que solo reúnen Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), PSC y Partido Popular, formación que ya se ha descartado "por la deriva soberanista" de Mas.

Con la calculadora en la mano, unos y otros comienzan el cortejo y parten de salida con un precio muy caro a pagar por CiU que, a su vez, intenta depreciar el valor de la moneda electoral y se abre a todos los partidos para formar una coalición estable o jugar la carta de la geometría variable con acuerdos puntuales. Las miradas están puestas principalmente sobre ERC y su líder Oriol Junqueras que ha pasado a ser la segunda fuerza en el parlamento catalán. Mas no escondió ayer sus preferencias al asegurar ayer, en una comparecencia pública junto con Josep Antoni Duran i Lleida, que la consulta soberanista será un "tema prioritario" a la hora de negociar pactos con otras fuerzas políticas para gobernar la Generalitat. "La consulta tiene que ir para delante, irá adelante", dijo Mas en Barcelona, tras analizar con la cúpula de su partido los resultados de la víspera.

"Nosotros solos no podemos y por eso pedimos responsabilidad al resto de partidos", dijo. Según Mas, "la consulta es una condición a la que no se puede renunciar porque es un mandato claro del pueblo de Catalunya". El líder de CiU se ampara en que en el nuevo Parlament habrá, sumando todos los partidos a favor de una consulta de autodeterminación, 87 de 135 diputados que defienden el derecho a decidir. De esta forma, considera que "no se imagina" hablando con otras formaciones que no tengan este objetivo en su programa electoral, una clara referencia a los republicanos. De todas formas, el PSC incluyó en su programa el derecho a decidir aunque su apuesta es por la vía federal.

La apelación a la consulta es todo un guiño a la formación republicana que, sin embargo, no parece ablandarse en estos primeros tanteos. Desde la noche electoral Esquerra vive momentos de efervescencia por el papel protagonista que, inesperadamente, le han otorgado las urnas. Es su momento y trata de aprovecharlo en un menudeo en el que se hace querer por CiU pero sin dejarse nada en el camino. En rueda de prensa tras la Permanente de ERC, Junqueras aseguró ayer que su partido "no tiene prisa ni urgencia" para estar en el Govern y recuerda a Mas que pueden hacer esa labor desde la oposición. En cualquier caso, le pone dos condiciones para un posible acuerdo: seguir con el proceso soberanista y cambiar la política económica. Asimismo, exige a CiU que rompa con el PP en la Diputación de Barcelona y en los municipios donde gobierna, y también reclama al president Mas que no haya más recortes. Asimismo recordó que CiU sigue siendo la fuerza mayoritaria pese a su retroceso y que, para Esquerra, los "objetivos de carácter nacional y los económicos" van unidos y son indivisibles, por lo que representa una alternativa distinta a la que defiende la formación que encabeza Artur Mas. En la cuestión nacional defiende grandes consensos que incluyan al máximo de fuerzas políticas en defensa del derecho de autodeterminación, con CiU, ICV-EUiA y ERC, incluyendo también a PSC y CUP. A CiU le advirtió de que no quieren ni un pacto fiscal ni mejoras en autogobierno, y que solo les apoyarán si hay "voluntad" de impulsar una consulta independentista, hacer una nueva política fiscal y frenar los recortes. Por eso, Junqueras reclama gestos a Mas, entre otros, romper con el PP en los entes locales donde gobiernan, la supresión del euro por receta, reinstaurar el impuesto para sucesiones, y nuevas figuras impositivas para camiones y transacciones financieras.

DIMISIÓN Preguntado si se ha planteado dimitir tras los resultados del domingo, Mas fue rotundo: "Yo nunca me he planteado renunciar por una razón sencilla: porque CiU ha ganado estas elecciones", precisó y a continuación admitió que el resultado "no es el que queríamos, es cierto, pero hemos ganado claramente las elecciones".

El líder de ICV-EUiA, Joan Herrera, dejó claro ayer su intención de apoyar cualquier iniciativa en favor del derecho a decidir y sumarse a CiU, Esquerra, CUP y en su caso el Partido Socialista. A su juicio, el fracaso electoral de Mas evidencia que "apoyar el derecho a decidir ya no significa apoyar al Govern". Según precisó, su formación dará apoyo al derecho a decidir "como una cuestión de todos, basta de apropiarse de esto". Herrera reclamó "humildad" al president en funciones ante su derrota electoral, un giro de ciento ochenta grados en las políticas de austeridad y que la izquierda catalana no facilite la investidura del candidato de CiU como presidente de la Generalitat, petición que ha dirigido especialmente a ERC.