vitoria. La defensa del autogobierno vasco frente a los recortes del Gobierno español ha vuelto a enturbiar las relaciones entre el PSE y el PP de la CAV. Nada nuevo, si no fuera porque ambas formaciones ya no esconden que dan por amortizado un pacto por el cambio que echó a andar tal día como hoy hace tres años, el 9 de mayo de 2009, cuando Patxi López configuró su equipo de gobierno, convertido en el primer lehendakari socialista de la historia gracias al apoyo de PP y de UPyD. La última desavenencia entre los socios preferentes la protagonizaron el pasado jueves José Antonio Pastor y Antón Damborenea después de que el Parlamento Vasco diera luz verde a diversas iniciativas impulsadas por el PSE, PNV, Ezker Anitza-IU y Aralar para frenar los recortes en Sanidad y Educación aprobados vía decreto por el Gobierno español del PP.
"Se pretende someter a las comunidades díscolas, como la de Euskadi, que no están dispuestas a sumarse a la deriva de la España vestida de azul que encarna el Gobierno de Rajoy", aseguró el portavoz de los socialistas, a lo que su homólogo en el PP contestó: "Mantenemos el pacto de legislatura para que gobiernen aquí, y no para que hagan oposición allí. Les instamos a que gobiernen aquí", exigió Damborenea para justificar el voto negativo de los populares y evidenciar, de esta manera, que el pacto de legislatura que mantienen ambas formaciones ya no se refleja ni en las votaciones parlamentarias, como así ha ocurrido con la ponencia de paz, la propuesta de reforma fiscal planteada por los socialistas o la defensa del autogobierno vasco.
Desde el PSE son conscientes de que, con el regreso de la izquierda abertzale al Parlamento, las posibilidades de reeditar un pacto de Gobierno con el PP se reducen a la mínima expresión, al menos con las últimas encuestas en la mano. Las mismas que sitúan como fuerza más votada al PNV seguido de Amaiur, y con PSE y PP luchando por ser la tercera fuerza de la CAV cuando actualmente cuentan con una holgada mayoría parlamentaria. También saben que la cuenta atrás para esta batalla electoral ya está en marcha y, por ello, han confeccionado el comité electoral que tratará de volver a situar a Patxi López cuatro años más al frente de Ajuria Enea.
HORA DE DISTANCIARSE En este sentido, la maquinaria electoral de los socialistas -con el consejero Rodolfo Ares dirigiendo todos los movimientos- habría llegado a la conclusión de que es el momento de distanciarse del PP de Antonio Basagoiti. De puertas afuera, se han parapetado en la necesidad de ahondar en el perfil de izquierdas del socialismo, sobre todo a raíz del batacazo sufrido durante las pasadas elecciones generales del 20-N, cuando el PSOE cosechó los peores resultados de su historia. Sin embargo, de puertas adentro, los socialistas vascos son conscientes de que las políticas de recortes que está abanderando Mariano Rajoy pueden pasarles factura en las urnas por su entente con el PP.
Precisamente el rechazo a los recortes de Rajoy ha permitido a los socialistas exhibir un discurso en defensa del Estado de Bienestar y las políticas sociales, mientras se presentan ante la ciudadanía como garantes de las instituciones vascas y el autogobierno. En concreto, el PSE ha cargado contra el tijeretazo por considerar que desmonta la red de prestaciones sociales en el Estado, pero también porque incide en dos competencias, Sanidad y Educación, que obran en poder de la CAV. Por ello, el Gobierno Vasco, con el respaldo del Parlamento, ha decidido presentar un recurso de inconstitucionalidad que podría ayudar al PSE a contrapesar su silencio en materia de autogobierno ante el Gabinete Zapatero.
El hecho de que el pacto por el cambio no dé más de sí también ha posibilitado que el PSE retome una actitud crítica hacia el PP que los socialistas también habían dejado de lado estos años. La reforma laboral, la política penitenciaria o situar el discurso de Antonio Basagoiti al mismo nivel que la ultraderecha francesa son sólo alguno de los ejemplos de este giro en el discurso del PSE. Y esta apuesta abre a su vez la posibilidad de acortar la brecha que le ha distanciado del PNV. En este sentido ayer, aprovechando un acto de partido, López comenzaba a ensayar sus guiños hacia el PNV. "Estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para que crezcamos más". "No podemos seguir así, con una política de recortes sobre recortes", dijo reubicándose entre PP y PNV, al que ofreció "voluntad de acuerdo" para pactar "cualquier cosa que sea buena para Euskadi"; eso sí, si los jeltzales no hacen "demagocia" con ello.
final de eta Además de reivindicar el socialismo como única garantía para sortear la crisis, el final de ETA ha sido, es y será otra de sus bazas para mantener la confianza de sus votantes. Si hace tres años el principal reclamo era impulsar el cambio en Euskadi, los socialistas fiarán buena parte de su futuro electoral a trasmitir el mensaje de que el final de ETA ha llegado con un lehendakari y un presidente de Gobierno socialistas. De hecho, en cada acto en que ha intervenido López no ha dejado escapar la ocasión de recordar que el fin de ETA ha llegado bajo mandato socialista, una realidad que nadie obvia pero que le sorprendió viajando en tren de Washington a Nueva York pese a las advertencias de voces como la de Jesús Eguiguren de que el comunicado de la banda era inminente. Pese a ello, el lehendakari se apresuró a puntualizar que tenía constancia de que la organización iba a pronunciarse, algo que el resto de formaciones políticas, e incluso el presidente de su propio partido, pusieron en duda.
La gran incógnita ahora radica en saber si el lehendakari agotará la legislatura o convocará elecciones anticipadas, tal y como llegó a sugerir Eguiguren, quien llegó a considerar que es el momento de romper con el PP al entender que el pacto de Gobierno ya no es rentable para el PSE. Fuentes parlamentarias aseguran que la sensación que se transmite en los pasillos de la Cámara vasca es la de un Gobierno "agotado" que vive sus últimos momentos. Sin embargo, desde el Gobierno Vasco ya han reiterado que no se contempla un adelanto electoral. En caso de que López decidiera agotar la legislatura, concedería mayor margen de maniobra al PNV y a la izquierda abertzale, dos formaciones todavía sin candidato inmersas en un proceso de reflexión interna. Pese a que la antigua Batasuna ha sido una de las formaciones que más reiteradamente ha pedido ese adelanto electoral, las dudas sobre la legalidad de Sortu y la situación de Arnaldo Otegi y su posible candidatura a lehendakari son dos elementos que invitan a pensar que el único beneficiado de un adelanto electoral sería el propio PSE.