Vitoria. No corren buenos tiempos para la solidaridad. La omnipresente crisis económica ha dejado en la cuneta del desempleo a muchos y aplicado la tijera del recorte salarial a otros tantos, con lo que las aportaciones a las ONG se han visto seriamente recortadas. Dentro del Estado, el descenso en las donaciones a las organizaciones no gubernamentales ha sido del 17%, una importante sangría que, en el caso de Euskadi, ha resultado mucho menos preocupante. Los vascos sólo han recortado sus contribuciones en un 8,2%, lo cual deja en mucho mejor lugar a las organizaciones que operan a nivel autonómico.
De acuerdo con las conclusiones contenidas en el tercer estudio La ONG que quiero por Navidad, publicado por la Fundación Adecco, un 8,2% de los ciudadanos de la CAV ha concluido, reducido o sustituido su colaboración económica con ONG en el último año. Concretamente el 5,2% han puesto fin a su colaboración, un 2,6% la ha recortado o espaciado y un 0,4% la ha reemplazado por otro tipo de ayudas, tales como donación de materiales o voluntariado. "Así pues, la gran mayoría de los vascos no ha sacrificado su aportación a raíz de la crisis. En concreto, un 91,8% de los encuestados sigue colaborando del mismo modo", interpreta el análisis en clave positiva.
Del grupo de vascos que han puesto fin o reducido su colaboración a lo largo del último año, el 97,6% reconoce haberse visto obligado a tomar esta decisión a causa de la crisis y la caída en picado de sus recursos económicos. El 2,4% restante achaca su resolución a la falta de transparencia de la entidad a la que apoyaba.
A corto plazo, las previsiones incluidas en el informe no resultan excesivamente halagüeñas, ya que se prevé una nueva caída de las aportaciones. Un 3,4% de los donantes vascos consultados ha declarado que tiene previsto reducir su colaboración económica o, incluso, ponerle fin a lo largo de este ejercicio. La razón aducida es que "toca recortar" y empieza por "lo menos necesario".
Desempleo "¿Cómo se combina la solidaridad ciudadana y su afán por contribuir a un mundo más justo con la persistencia del paro y las dificultades de la economía doméstica?", se pregunta el informe. Una respuesta que, asegura, resulta difícil de responder si se tiene en cuenta que la vocación de ayudar es la misma pero los recursos mucho menores. Entre el tercer tercer trimestre de 2010 y el mismo periodo de 2011 la tasa de desempleo en la CAV ha aumentado en un 2,19%, evolucionando del 9,98% al 12,17%. Sin embargo, la tasa de paro en Euskadi sigue siendo una de las más bajas de España -la media se sitúa en el 21,52%-, lo que explicaría en parte la diferencia entre la merma de aportaciones globales en el Estado y las registradas dentro de la comunidad autónoma.
Según el último informe de la Asociación Española de Fundraising, el 9% de la población española colabora económicamente con una ONG, ya sea de forma regular o puntualmente. Ello se traduce en 3,6 millones de donantes que, en total, dedican 670 millones de euros anuales a esta labor solidaria. La crisis, al margen de haber socavado los ingresos de muchos ciudadanos, ha provocado un incremento de las exigencias a la hora de colaborar con una ONG. "No sobran los recursos y, por tanto, los colaboradores seleccionan muy bien la entidad a la que ayudarán", explica el estudio.
A partir de la encuesta que sirve de base al informe, se concluye que las características más valoradas de una entidad sin ánimo de lucro son su reputación y notoriedad -reclamada por el 86,1% de los ciudadanos-, la transparencia -83,9%- y la independencia -62,8%-.
Los expertos han tomado nota de que los ciudadanos buscan colaborar activamente con entidades que sean conocidas, que les inspiren confianza y que les informen abiertamente del destino al que van a parar sus aportaciones. Además, se decantan por organizaciones libres de influencias políticas.