Tokio. El temor a la contaminación por la crisis nuclear en Fukushima creció ayer al dispararse la radiactividad en las aguas del mar cerca de la central, donde las operaciones para tratar de contener las filtraciones prosiguen sin descanso.

Una muestra de agua marina tomada a 330 metros de un conducto de drenaje de la planta nuclear reveló una concentración de yodo radiactivo 1.250 veces superior al límite considerado seguro, según la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón.

Ese nivel supone que si un adulto bebiese solo medio litro de este agua recibiría una radiactividad de 1 milisievert, cantidad establecida como límite anual, detalló un portavoz de la agencia. No obstante, el portavoz insistió en que esta radiactividad no supone una amenaza inmediata para los residentes próximos a la central.

Dentro de la central el agua radiactiva también causa problemas. Según la agencia Kyodo, hay zonas inundadas con agua altamente contaminada que alcanza una profundidad de hasta 1,8 metros.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) volvió a mostrar su preocupación ante la posibilidad de que haya una fisura en la vasija de contención del reactor 3, que podría ser el origen de los altos niveles de radiactividad.

Este reactor es uno de los que más preocupan a los gestores de la emergencia, ya que su combustible nuclear incluye plutonio, mucho más contaminante que el uranio.

Tres operarios que trabajaban en las labores de refrigeración del reactor número 3 sufrieron fuertes dosis de radiación en los pies, al entrar en contacto con agua altamente contaminada.

El OIEA informó de que la empresa que opera la planta, Tepco, ha medido dosis de hasta 400 milisievert en la superficie del agua acumulada en el edificio que alberga la turbina del reactor 3, un nivel que puede provocar daños a la salud si se recibe en un intervalo corto.

En total, 17 miembros de los equipos de emergencia han sido sometidos a niveles de radiación de entre 100 y 180 milisievert.