bruselas. Los países de la OTAN acordaron ayer acelerar sus preparativos para una posible operación militar en Libia, pero pospusieron al fin de semana cualquier decisión sobre si se usará el marco de la organización para combatir al régimen de Muamar el Gadafi.

Según fuentes diplomáticas, todos los estados miembros apoyaron ayer que se completen los planes militares "lo antes posible", a pesar de que dos socios -Alemania y Turquía- rechazan una intervención extranjera en Libia y han dejado claro que sus tropas no participarán en ningún ataque. Las autoridades militares de la Alianza Atlántica aún necesitan algo más de tiempo para cerrar los preparativos técnicos requeridos para imponer la zona de exclusión aérea demandada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en la resolución aprobada en la noche del jueves.

Fuentes de la OTAN consideran que esos planes militares podrían estar listos mañana domingo, pero insisten en que la resolución de la ONU "deja abierta cualquier opción" para la aplicación del bloqueo aéreo, tanto por organizaciones como la propia Alianza como por varios estados de forma individual.

Así, no descartan que una coalición de países pueda adelantarse e imponer por su cuenta la zona de exclusión para impedir los bombardeos de Gadafi sobre los rebeldes y que luego la OTAN (que necesita el consenso de sus 28 miembros) se sume y apoye esa operación.

Por el momento, Francia y Reino Unido ya han anunciado el envío de aviones de guerra al Mediterráneo para comenzar a corto plazo los ataques aéreos que se consideran necesarios para establecer la zona de prohibición de vuelos. Junto a ellos, varios países de la Alianza, como EEUU, Noruega, Dinamarca, Canadá, y algunos estados árabes estarían dispuestos a intervenir sin la OTAN. El anuncio de un alto el fuego inmediato por parte de Trípoli no ha hecho cambiar los planes de la Alianza, en cuyo seno continuarán celebrándose reuniones militares y políticas para preparar la posible intervención a lo largo del fin de semana.

El secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen, consideró ayer que hay "una necesidad urgente" de que la comunidad internacional intervenga en Libia. "La resolución del Consejo de Seguridad) envía un mensaje alto y claro de toda la comunidad internacional al régimen de Gadafi: detenga su violencia brutal y sistemática contra el pueblo de Libia inmediatamente", señaló Rasmussen en un comunicado tras reunirse con los embajadores de los 28 socios de la Alianza.

Según Rasmussen, a día de hoy "hay una necesidad urgente, un firme apoyo de la región y un claro mandato de la ONU" para actuar en Libia. Se cumplen, por tanto, las tres condiciones que los ministros de Defensa de la Alianza habían fijado para plantearse una posible operación militar en el país africano.