vitoria. Las rebajas de invierno retaron ayer a la crisis. Pese a la cercanía de los regalos navideños, miles de personas se echaron ayer a las calles para aprovechar la primera jornada de descuentos, que dependiendo de los negocios y los productos iban desde el 10 hasta el 50 o incluso el 70%. Los comerciantes ya habían anunciado fuertes ofertas para intentar vencer la necesidad de ahorro de los alaveses. Y las propuestas hicieron efecto: a media mañana resultaba difícil caminar por el centro de Vitoria.

Los escaparates de la capital alavesa se habían preparado desde la noche de Reyes y, mientras los clientes llenaban los comercios con las compras de última hora, las dependientas ya cambiaban la decoración navideña por grandes rótulos de descuento. Más de uno se paraba a mirar el producto deseado. Y ayer llegó la oportunidad de hacerse con él.

Entre las primeras compras de rebajas y quienes tenían que cambiar sus regalos de Navidad, las tiendas presentaron un lleno casi desde primera hora de la mañana. También ayudó la meteorología -trece grados después de comer- y el puente de Reyes. Esta situación, llamativa en plena crisis económica, chocaba con la protesta de las trabajadoras del textil, que se movilizaron en Vitoria para exigir un convenio justo del sector. Los sonoros lemas pillaron por sorpresa a los clientes. "Vaya pitote se va a montar", comentó una señora mayor mientras veía llegar refuerzos de la Ertzaintza al centro comercial El Boulevard. "Pues yo oía los pitos y no sabía por qué eran", comentó otra mujer.

Las protestas no dejaron lugar a dudas: "Hoy no se compra". La mayoría de los clientes respondieron a la consigna con la boca abierta. Hubo quien se quejó -"Esto es la monda, la verdad", comentó una joven mientras salía de una tienda a la que acababan de acceder los piquetes-, quien lamentó la coincidencia -"Justo teníamos que venir a comprar donde está todo el lío, hija", explicó por teléfono una mujer a la altura de Fueros-, otros que bromearon -"Pues menos mal que no teníamos que comprar nada en Zara", comentaron tres chicas en General Álava- y quienes respaldaron directamente las movilizaciones. "Pues estoy con ellas, pero es que tengo que cambiar un regalo y no me queda otra", lamentó una joven en plena zona centro.

Las trabajadoras, por su parte, confiaron en contar con el apoyo de los consumidores puesto que "estamos en el primer día de rebajas, y tienen dos meses más para comprar". Sin embargo, fueron mayoría quienes no esperaron. Pocas personas paseaban ayer por Vitoria sin una bolsa -o más bien dos- en la mano. Así, la mayoría de las adquisiciones vinieron acompañadas de alegaciones: "Es que tenía que hacer un regalo y debía comprarlo hoy", apuntó Xabier Villa, joven cliente del centro.

Otra cuestión son los secretos de cada cliente para aprovechar la ocasión, gastar lo justo y comprar lo necesario. Hay quien ficha antes posibles compras y después acude el primer día; es el caso de Macarena Sagastibeltza: "Vengo antes y miro, aunque me arriesgo a que después no estén. Son cosas con descuento y tampoco es que las necesite realmente, pero rara vez me paso de 50 o 70 euros". Otras, como Ana, huyen de la tarjeta y sacan del cajero el presupuesto exacto que desean gastar, "pero tampoco voy corriendo a los tiendas, sino cuando puedo". Y, finalmente, otros como Aitor, padre de familia, se dejan llevar: "Suele organizarse mejor mi mujer. Aprovechamos las vacaciones para dar una vuelta, miramos sobre todo ropa para el crío y si cae algo...".

Los comerciantes alaveses confían en que, con la temporada de rebajas, remonten el vuelo tras un periodo navideño ahorrador. En todo el país se anunciaron descuentos importantes. Los expertos en este tema aseguran que sobrevivir con las rebajas no augura un buen futuro al comercio, pero la crisis obliga a mover ficha.