Vitoria. Una campaña anodina y de perfil bajo cero, si no hubiera sido por los toques filoxenófobos desplegados por el PP y el toque friki aportado por algunos candidatos y algunos vídeos, parecía augurar una jornada electoral apática, en la línea con el hastío que la sociedad catalana ha venido trasladando a su clase dirigente en los últimos tiempos. Y, en cierta medida, el 28-N transcurrió con esa placidez que otorga el ajustarse a un previsible guión establecido de antemano -aunque la pobre participación augurada repuntó ligeramente respecto a los comicios de 2006, hasta rozar el 60%- que, de algún modo, se impregnó del espíritu del único acontecimiento que en este fin de semana en Cataluña tiene algo de emoción, el clásico de esta noche. Y así, la noche electoral se vistió de goleada nacionalista frente al notable repliegue del PSC y la deba-cle firmada por ERC. En definitiva, hundimiento de los integrantes de un tripartito desintegrado, agotado y desnortado.

No había pasado ni media hora del cierre de los colegios electorales cuando compareció ante la prensa el portavoz del PSC, Miquel Iceta, para admitir la derrota de los socialistas -peor de lo esperada, admitió-, felicitar a Artur Mas y tenderle la mano para "contribuir responsablemente" a combatir la crisis. Y es que si las israelitas no hacían a las 20.00 horas sino apuntalar las predicciones de las encuentas de las últimas semanas sobre la aplastante victoria de CiU, los primeros resultados no hicieron sino confirmar la aplastante victoria del candidato convergente que, con 62 parlamentarios -frente a los 48 con los que contaba en 2006-, duplica a la segunda fuerza de la comunidad autónoma, el PSC.

Los socialistas logran 28 escaños -nueve menos que en 2006-, un resultado exiguo, teniendo en cuenta que es el más pobre firmado por el partido en el historial de las autonómicas catalanas, por debajo de las peores previsiones que había hecho el PSC. Pero el gran perdedor de la noche es ERC, que se deja por el camino más de la mitad de la representación que tenía, hasta los 10 parlamentarios. El otro gran ganador -al margen de CiU- fue sin lugar a dudas un PP crecidísimo, que cosechó su mejor resultado de la historia en Cataluña con 18 parlamentarios. El Parlament se configurará en torno una composición aún más atomizada que en 2006, con siete formaciones.

ciu: artur mas

Gobierno en solitario

El hotel Majestic, cuartel general de CiU anoche, olía a euforía antes incluso del cierre de los colegios. La duda ayer no era si Mas ganaría las elecciones, sino si lograría alcanzar la mayoría absoluta, un listón que parecía más lejano incluso a tenor de las previsiones de una participación incluso inferior al 50%. Las urnas han dejado a CiU cerca de la cifra mágica de los 68 parlamentarios, pero Artur Mas ya ha avanzado en campaña que su intención es apropiarse del modelo de geometría variable de José Luis Rodríguez Zapatero, y que estos años ha sufrido en carnes propias, al menos hasta que las generales de 2012 despejen el panorama político.

"Amplia victoria", como reconoció el propio José Montilla, que esta vez sí, a la tercera, le llevará al frente del Govern y devolverá al nacionalismo catalán de CiU a la Generalitat tras siete años en la oposición, desde que Jordi Pujol dejara su liderazgo. El líder de CiU fue recibido al grito de "Mas president" para pronunciar, bien entrada la noche y cuando el escrutinio estaba ya prácticamente cerrado, un discurso muy sosegado y con buenas dosis de prudencia en contraste con un ambiente exultante que acabó con simpatizantes cortando el tráfico en parte del Paseo de Gràcia mientras entonaban Els Segadores. Mas, que agradeció especialmente el apoyo de aquéllos que le han acompañado durante la larga travesía del desierto de las últimas dos legislaturas, abogó por la unidad política frente a la crisis económica.

psc: josé montilla

"L"hora del adéu"

El PSC recogió anoche el peor resultado de su historia en Cataluña en unas autonómicas, por debajo incluso de la línea roja de los 30 parlamentarios que se había marcado el partido. La pregunta en la sede socialista era si Montilla anunciaría anoche su adiós. Y así fue. Montilla no se presentará a la reelección como secretario general del PSC en el congreso que celebrará el partido tras las municipales de mayo, abriendo ya la carrera por la sucesión.

El revés electoral que las urnas dieron a Montilla tiene, en segundo término, un damnificado en La Moncloa. El PSC ha pagado, aunque quizá en menor medida que ERC, los platos rotos de un tripartito catalán naufragado a ritmo de Estatut y de la inevitable factura que a todo gobierno le llega en estos tiempos por la gestión de la crisis económica. Ferraz salía a primera hora de recuento a arropar a Montilla y asumir su corresponsabilidad en el "importante retroceso del PSC", en palabras de Marcelino Iglesias, secretario de Organización del PSOE. Pero la caída socialista tiene otros datos, si cabe, aún más preocupantes como su desplome en el cinturón industrial de Barcelona, localidades en las que el PSC ha caído en torno al 10% sobre 2006, tendencia preocupante para Ferraz puesto que los resultados en las generales para el PSOE tienen mucho que ver con las ventajas logradas en Cataluña. En la capital, Barcelona, los socialistas se dejan seis puntos porcentuales respecto a hace cuatro años, noticias peligrosas para el alcalde, Jordi Hereu, de cara a las municipales de la próxima primavera.

pp: alicia sánchez-camacho

Resultado histórico

Tras una campaña escorada hacia posiciones próximas a la xenofobia, con la inmigración como epicentro, Alicia Sánchez-Camacho ha elevado a los populares a tercera fuerza catalana, un discurso que el PP ha utilizado dentro de una campaña que para los populares ha tenido mucho de banco de pruebas de cara a las generales. Prueba de la atención que Génova había puesto en Cataluña y de la euforia que invadió a la dirección popular tras conocer los excelentes resultados es que hoy Mariano Rajoy hará abierta su intervención ante el Comité Ejecutivo del PP.

El ascenso histórico del PP también se lee en términos globales en un vuelco a favor de la derecha -catalanista y españolista-, a pesar del desinfle de la ultraderechista Plataforma per Catalunya de Josep Anglada, que por momentos ayer llegaba a tener hasta 3 parlamentarios.

La privilegiada situación en la que las urnas han situado al PP catalán, según anunció desde Génova María Dolores de Cospedal, por ahora no se materializará en ninguna oferta de pacto. Y es que es probable que el escenario catalán tenga en las generales de 2012, prácticamente en el ecuador de la legislatura autonómica, un punto y aparte que pueda marcar la política de alianzas en función de cómo se configure el Congreso: una mayoría absoluta de Mariano Rajoy, a priori, podría derivar en una radicalización de las posturas de CiU. Por contra, un gobierno en minoría de PSOE o PP podría recuperar los dinamitados puentes entre convergentes y Moncloa.

ICV-EUIA: JOAN HERRERA

Manteniendo el tipo

De la quema de la izquierda en el panorama político catalán sólo se ha salvado, relativamente, ICV, que únicamente se deja dos escaños en una noche muy complicada, no sólo para el tripartito, sino también para las formaciones de izquierdas. Precisamente la vigilancia ante los recortes sociales será, afirmó ayer Joan Herrera, su principal objetivo en esta nueva etapa.

erc: joan puigcercós

Hundimiento sin paliativos

Esquerra, ella solita, se comió anoche prácticamente el 50% del retroceso del tripartito catalán, liderando la hecatombe con dolorosos desplomes como el de Girona, plaza clave para los independentistas. Las urnas confirmaron, no sólo el desgaste de uno de los socios del tripartito, sino también la fuga de voto motivada por la fragmentación de siglas independentistas. ERC cierra un ciclo que le devuelve a posiciones de principios de los 90, como quinta fuerza catalana y que cuestiona la figura de Joan Puigcercós.

los otros: c"s y si

Irrumpe Laporta

El variado espectro del nuevo Parlament se complementa con Ciutadans, que ha mantenido sin mayores problemas sus tres escaños a pesar del notable ascenso del PP. Pero la gran entrada es la del partido liderado por Joan Laporta, Solidaritat Catalana per l"Independència, que logra nada más y nada menos que cuatro parlamentarios, cosechados básicamente en la circunscripción de Barcelona.