TOKIO. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Antonio Guterres, afirmó hoy que la creciente inseguridad en zonas de conflicto, unida a "nuevas formas de xenofobia y populismo político" en Europa, minan la protección de los refugiados.

En una rueda de prensa en Tokio, donde se encuentra en visita oficial, Guterres advirtió de que en varios lugares del mundo, pero "principalmente en Europa", han surgido sentimientos "dirigidos contra los extranjeros en general, inmigrantes".

"Pero también tienen un impacto negativo en (la cuestión del) asilo", recalcó el responsable de ACNUR, que hizo hincapié en que son "tiempos de reto para la protección de los refugiados y la solidaridad es extremadaente importante".

Guterres, primer ministro de Portugal entre 1995 y 2002, aseguró además que la capacidad de ACNUR para ofrecer soluciones a los refugiados se ve amenazada por el aumento de la inestabilidad en las zonas de conflico.

El año pasado retornaron a sus casas de forma "voluntaria, digna y segura" cerca de 250.000 refugiados y desplazados, el nivel más bajo en los últimos veinte años, recordó.

La causa fue la inestabilidad en Afganistán, Sudán y la República Democrática del Congo, donde ACNUR lleva a cabo sus principales operaciones de retorno, dijo Guterres, que hizo hincapié en la necesidad de mantener la "independencia y neutralidad" de los principios humanitarios.

Algo complicado, según el responsable de ACNUR, en lugares donde la agenda humanitaria "está perdiendo terreno en favor de la agenda de soberanía nacional" y los gobiernos "no son parte de la solución, sino del problema".

A ello se suma que en varios escenarios es muy difusa la línea que separa la presencia militar y la presencia civil de la comunidad internacinal, advirtió.

"Cada vez hay más operaciones de mantenimiento de la paz donde no hay paz que mantener y las fuerzas de paz se vuelven parte del conflicto. Eso crea un ambiente en el que es difícil preservar los principios humanitrios", dijo.

Guterres viajó a Japón para visitar un proyecto piloto de acogida a refugiados birmanos de la etnia karen, el primero de este tipo en Asia, y destacó el "fuerte compromiso de mejora" del Gobierno de Tokio en la atención a los solicitantes de asilo.