ginebra. La iniciativa de prohibir los minaretes de las mezquitas en Suiza como forma de luchar contra la supuesta islamización del país, votada en un referendo popular, recibió un apoyo del 57,7% de los votantes. Sólo en cuatro de los 23 cantones (regiones) que conforman Suiza se rechazó la proposición de la ultraderecha que pretende que la Constitución Helvética prohíba la construcciones de alminares en los centros de culto musulmanes.

A medida que en fueron avanzando los resultados aumentó la sorpresa de los observadores, partidos políticos y organizaciones, pues las últimas encuestas efectuadas antes del referendo daban una mayoría del 53% al no, frente a un 37% a favor de la prohibición.

"Estoy conmocionada, lo lamento profundamente. Creo que este resultado es una señal de alarma, un sentimiento de repliegue, de autodefensa que han tenido los ciudadanos en un contexto de mundo globalizado, y con una crisis económica", afirmó la ministra de Exteriores suiza, Micheline Calmy-Rey.

La misma que admitió que el significado de la votación está claro: "Quedará prohibida la construcción de mezquitas con minaretes, las cuatro existentes en Suiza que los tienen seguirán ahí y se podrán construir nuevas mezquitas pero sin ellos". La ministra no ocultó la consternación que ha creado este resultado y el temor por el daño que hará a la imagen de Suiza.

Entre las razones que han llevado a una mayoría de suizos a votar contra los minaretes -e indirectamente contra la presencia de musulmanes en el país- Calmy-Rey aseguró que ha habido "una instrumentalización muy bien hecha" por parte de los partidos de la derecha nacionalista que promovieron la iniciativa y apelaron al miedo y a otros prejuicios.

Tampoco excluyó que la crisis diplomática que Berna vive con Libia por mantener a dos ciudadanos suizos retenidos, haya "desempeñado un papel".

"El Consejo Federal va a reforzar el diálogo con la comunidad musulmana" porque, "la paz religiosa es un elemento esencial del éxito de la imagen de Suiza", afirmó. Añadió que ha dado instrucciones a sus embajadores para que expliquen a los países islámicos lo ocurrido en base al "principio de la democracia directa" suiza, donde casi todas las decisiones se someten a votación popular.

El referendo que ha puesto a Suiza bajo los focos de Europa y del mundo musulmán estuvo precedido por una candente campaña, en la que varios ayuntamientos llegaron a prohibir los afiches en favor de la iniciativa, por considerarlos "racistas, irrespetuosos y peligrosos". Los partidarios de la prohibición consiguieron convertir el voto contra un elemento arquitectónico en un referendo sobre el Islám.