Pocos jugadores han sacado tanto provecho de un único año en Vitoria-Gasteiz como Darius Thompson, jugador con el que el Baskonia se reencontrará mañana a las 18.15 horas vestido con la camiseta del Anadolu Efes. El director de juego norteamericano, la gran estrella azulgrana de la campaña 2022-23, pasó en una temporada de ser un novato en la Euroliga a convertirse en uno de los mejores bases del torneo, lo cual le sirvió con merecimiento para conseguir un contrato de 2,3 millones para cubrir el hueco dejado por Micic en Estambul y alejarse definitivamente de un Baskonia incapaz de acercarse a esas astronómicas cifras.  

El conjunto gasteiztarra le dio con 27 años la oportunidad de competir en el máximo torneo continental y el de Tennessee la aprovechó al máximo, mostrando una capacidad de generación de puntos y visión de juego que no se veía en el Buesa Arena desde la época de un histórico como Pablo Prigioni. Con su sereno carácter y enorme profesionalidad, Thompson se echó el equipo a la espalda desde el comienzo del curso y se ganó estar en el segundo mejor quinteto de la Euroliga con actuaciones memorables como la de las 16 asistencias contra el Efes, récord histórico del club –la segunda mejor marca también la tiene él, con 14–, o los 38 créditos de valoración contra el Alba Berlín.

Con ese rendimiento y su cláusula de rescisión cercana a los 500.000 euros, perfectamente asequible para los clubes poderosos del continente, las esperanzas de que siguiera en Vitoria eran mínimas y finalmente se decantó por la oferta del Anadolu Efes, donde comparte vestuario con otros tres jugadores con pasado azulgrana como Larkin, Beaubois y Pleiss. A pesar de no ser ya el capitán general del equipo y vivir a la sombra precisamente de Shane Larkin, Thompson sigue registrando grandes números en los casi 30 minutos que disputa por encuentro.

Ya no es el generador de juego que era en el Baskonia, ya que ha pasado de repartir 6,7 asistencias de media en Vitoria a 3,7 en Estambul, donde Larkin es quien más balón amasa en las posesiones y el principal asistente del equipo con 5,5 por encuentro. Eso sí, Thompson, aunque está sufriendo recientemente desde el triple, ha sabido adaptarse a ese nuevo contexto en el que a veces debe jugar como si fuera un escolta y ha elevado sus cifras anotadoras, pasando de 12,5 en Vitoria a 13,1 en el Efes.

Vida paralela a Miller-McIntyre

El reencuentro con Darius Thompson llega para el Baskonia en un momento en el que pasa por una importante crisis en su dirección de juego. Mannion, el hombre elegido para cubrir su hueco, ha estado a años luz del rendimiento de Thompson, lo cual ha terminado con su marcha tras rescindir contrato con el club. Tampoco está cumpliendo con las expectativas Chris Chiozza, el base que se contrató con la llegada de Dusko Ivanovic y que los alaveses pueden cortar hasta el 31 de diciembre.

Ante esta situación, ha tenido que ser Codi Miller-McIntyre, que llegó como segundo base, quien se echara a su espalda el peso de la dirección de juego del equipo, algo que ha logrado exitosamente. El norteamericano con pasaporte belga está demostrando ser un uno totalmente capacitado para jugar en la Euroliga y está rindiendo a un fantástico nivel y registrando 8 puntos, 5,8 asistencias, 4,1 rebotes y 11,9 créditos de media, superando la valoración de 11,5 de Thompson en el Efes.

No es tan fino y habilidoso como su predecesor en el puesto, pero con puntos fuertes diferentes como un físico privilegiado que le permite ser un defensor y penetrador temible, está cumpliendo de sobra con la papeleta y siendo un imprescindible para el técnico Dusko Ivanovic. Eso sí, al igual que Thompson el curso pasado, está arrastrando la losa de no tener un suplente de garantías que le cubra la espalda durante los minutos que pasa en el banquillo.

Thompson comenzó su andadura con Kurucs como base suplente, la situación se recondujo con la contratación de Pierria Henry, pero tras ser este suspendido en enero a causa de una irregularidad en un control antidoping, Darius volvió a encontrarse totalmente solo, ya que Heidegger, el elegido para sustituir a Henry, nunca llegó a ser un recambio solvente. En consecuencia, llegó al tramo final del curso muy fatigado por la carga de minutos y el equipo lo acusó. Miller-McIntyre corre el mismo riesgo, por lo que el Baskonia deberá acertar con el sustituto de Mannion para evitarlo. Mientras el club trabaja en ello, Codi deberá volver a exprimirse mañana para plantar cara a su predecesor.