La dirofilariosis es una enfermedad infecciosa parasitaria que puede llegar matar a tu perro. Su nombre común es gusano del corazón y según ha descubierto en un reciente estudio expertos de los universidades de Las Palmas de Gran Canaria y de Salamanca, publicado en la revista científica Animals este mes de mayo tiene una prevalencia media en España del 6,47%. Un estudio similar del colegio de Veterinarios de Valencia de 2021 calculó esa prevalencia en el 6,3%.
El nombre común de esta enfermedad expresa en toda su crudeza en qué consiste. Los parásitos, el nemátodo Dirofilaria immitis. Y ahí pueden vivir decenas.
Pero, ¿cómo llega hasta allí el gusano? El vector de trasmisión entre un animal infectado y otro sano es un mosquito. En España no hay una especie concreta que lo haga, pueden ser tanto los del género Culex como los Aedes.
El himnóptero pica a un animal infectado y con la sangre absorbe microfilarias, las larvas del gusano. Estas larvas se desarrollan en el interior del mosquito casi dos semanas y se convierten en larvas infestantes. Cuando este mosquito vuelve a picar a otro animal se las inocula y el nuevo hospedador queda infectado. Las larvas viajan por el torrente sanguíneo hasta que llegan al sistema circulatorio menor, a los pulmones y corazón, donde se desarrollan hasta convertirse en adultos, reproducirse y comenzar de nuevo el ciclo cuando las microfilarias se dispersen por el sistema circulatorio y llegue un nuevo mosquito.
El parásito hembra tiene una longitud de entre 15 y 36 cm y un grosor 5 mm. El macho es aproximadamente la mitad del tamaño de la hembra. Un perro puede tener hasta 300 gusanos presentes cuando se diagnostica.
Los mosquitos, a no ser que sean muy especializados, no discriminan a quién atacan por lo que esta enfermedad puede afectar también a gatos, hurones, zorros, ganado y, de forma poco común, a los humanos. En este último caso, algunos estudios señalan que afecta como una alergia a los humanos afectados. También puede formar una lesión en el pulmón que puede producir trombosis y, muy excepcionalmente, daños en el corazón.
Además hay que señalar que la trasmisión es por la picadura del mosquito, no por la convivencia con una animal enfermo.
Los síntomas en los perros comienzan con una apatía por parte del can, también decaimientos, cansancio, pérdida de peso. Después puede evolucionar a tos y dificultades respiratorias. El resultado acaba en muerte si no se detecta y trata. El problema es que los síntomas aparecen con la enfermedad muy avanzada, incñluso años después de que se produzca la infección.
Al ser España un país en el que el gusano del corazón es endémico, aunque con una prevalencia del alrededor de 6% y un riesgo de infección en perros domésticos entre moderado y alto, la prevención es la mejor arma para proteger a nuestros animales. Los antiparasitarios de uso interno son los más eficaces ya que combaten varias clases, entre ellos el Dirofilario immitis, por lo que mantener estos tratamientos en las épocas de mosquitos es algo más que prudente.
En España, la prevalencias superiores al 11% se encontraron del noroeste y del sur peninsular, así como en Baleares y Canarias. La lista está encabezada por Tenerife (17,32%), Ibiza (17,09%), Gran Canaria (16,03%) y La Palma (15,65%), seguidas de Cádiz (13,68%), Pontevedra (12,61%), La Gomera (11,54%), Mallorca (11,24%) y Huelva (11,11%).
Los autores del informe publicado recientemente señalan la conveniencia de conocer esta enfermedad dado que las enfermedades transmitidas por vectores se están extendiendo rápidamente por Europa, debido principalmente a factores como el cambio climático, la expansión de los vectores y la mayor movilidad de los animales reservorio- con el objetivo de actualizar la epidemiología de la dirofilariosis canina y analizar los resultados en función del clima y otros factores epidemiológicos y geoambientales.