Cada vez son más los aficionados a las mascotas que se interesan por otros animales más allá de perros y gatos, incluso de aves y peces. Reptiles y anfibios cuentan con muchos partidarios que se esfuerzan por darles el mejor de los habitas.
La Federación de Asociaciones Unidas por la Naturaleza y los Animales (Fauna) ha demostrado que la terrariofilia, la recreación en un hogar del hábitat de los anfibios, reptiles y otros animales en terrarios y acuarios, ayuda a evitar su extinción y logra la reproducción de miles de especies en cautividad.
Coincidiendo con el Día Mundial para la Conservación de los Anfibios, que se celebra cada año el 30 de abril, desde esta organización naturalista han señalado que, por ejemplo, en Alemania el el propio gobierno federal quien divulga esta método a través del programa Wild at home con este fin y que hace una llamada a la conservación desde la Asociación Alemana de Parques Zoológicos con la iniciativa Citizen Conservation.
Este año, se centra en el ecosistema de los anfibios, que viven tanto tierra como en agua, un entorno que se ha visto gravemente afectado y degradado por factores como la deforestación, el cambio climático, los deshechos tóxicos y la contaminación en general, según indican los expertos de Fauna.
Beneficios de la terrariofilia
La terrariofilia, la afición a los terrarios y acuarios, ayuda a conservar esta clase de vertebrados, en parte, porque ofrece beneficios para la investigación sobre la salud y el bienestar animal, y facilita además el comercio regular y la cría en cautividad, evitando que se cacen en el medio natural y el comercio ilegal. "Se reducirá la caza furtiva", ha añadido Luis Olmedo, miembro de la junta directiva de Fauna, quien ha explicado que esta práctica no es rentable y supone "una pérdida de interés".
De igual manera, según expertos de la entidad, la terrariofilia aporta beneficio social, económico y público a través de material de divulgación, terapias en centros ocupacionales y de la tercera edad, e influyendo económicamente en veterinarios, tiendas y criadores, entre otros. Además, conocer de cerca a estos animales evita la perpetuación de miedos infundados y fobias propiciadas por la ignorancia
"Actualmente son muy numerosas las especies que dependen de los avances de la cría en cautividad para salvarse de la extinción, lo que es considerado un beneficio de protección medioambiental y conservación natural", así lo ha explicado José M. López, vocal de Herpetología de la junta de Fauna en un comunicado.
La organización de investigación y divulgación National Geographic ha determinado que en el mundo se conocen cerca de 7.500 especies diferentes de anfibios repartidos en tres grupos: los anuros (sapos y ranas), los caudados (salamandras y ajolotes, entre otros) y los gimnoflones (cecilias).
Por su parte, el proyecto SOS Anfibios del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), liderado por Jaime Bosch y con la colaboración de Fauna a través de la Sociedad Herpetológica Valenciana (Soheva), ha estudiado los patógenos en estas especies y ha demostrado que la incidencia en los cautivos es mucho menor respecto a la de los salvajes. Sirva como ejemplo que solo el 4,8% de los anfibios en cautividad padecen hongos Bd y Bsal frente al 26 % de los que se encuentran en libertad. De hecho, muchas ranas sudamericanas están desapareciendo debido a enfermedades fruto de problemas medioambientales que se evitan en los acuarios particulares.
Lo que siempre hay que tener en cuenta es que hay que registrar los ejemplares que tengamos en casa y evitar por todos los medios la introducción de especies potencialmente peligrosas por el riesgo de convertirse en invasoras. Cuidar de unas especies no debe ser un riesgo para otras.