Iker Jiménez suele terminar cada entrega de su programa haciendo una reflexión sobre algún tema en particular, en el caso de esta semana, el presentador quiso hablar sobre 'la trampa de la audiencia', es decir, elegir entre apostar por los temas que siempre han funcionado entre el público o innovar y ofrecer contenidos diferentes.

"Programas fáciles o difíciles, ahí está el dilema", resumía Jiménez durante su reflexión.

LA TRAMPA DE LA AUDIENCIA

Iker Jiménez quiso explicar el tema que quería tratar de una forma fácil y práctica, para que todo el mundo entendiera a lo que se refería, por lo que consideró que la mejor manera de hacerlo era mediante una anécdota.

Un amigo del conductor de 'Cuarto Milenio' trató un tema acerca de psicofonías en su programa que obtuvo un gran éxito, por lo que preguntó a Iker si debería seguir apostando por el mencionado asunto, algo para lo que el vasco tuvo clara su respuesta.

"Si tú estiras por ahí, vas a hacer otro programa y va a tener buena audiencia. Harás un tercero y tendrá menos audiencia, y otro cuarto con todavía menos audiencia, en los números que tenías antes. Tú en el proceso te habrás gastado, no habrás sido el mismo, lo habrás hecho solo por audiencia y el mismo directivo que te había animado te dirá que ese no era el camino. Más sabe el diablo por viejo que por diablo", aconsejó a su amigo.

Además, también quiso confesar a los seguidores de su formato su propia experiencia: "Que no me escuchen los directivos de esta cadena o de cualquiera. Si ven esos números pueden pensar que soy tonto por no seguir con eso. A mí me han dado siempre libertad absoluta para elegir mis temas, pero imagínense que tienes un tema y de repente se convierte en un pelotazo. Ahí surge el dilema de hacer lo fácil y estirarlo, o apostar por otras cosas más complicadas o arriesgadas. Programas fáciles o difíciles, ahí está el dilema", aseguraba el televisivo.

Antes de concluir su reflexión, también dejó claro que, lejos de lo que piensan muchos otros rostros de la televisión, él sabe bien que la audiencia no se deja engañar fácilmente.

"Ustedes, los que están ahí, detectan que uno no hace la cosa por pasión, porque le gusta y por creencia. Se dan cuenta de que están estirando el chicle y hay una cosa que se rompe", comentaba el comunicador antes de añadir que "Me siento mucho más orgulloso de tocar un tema difícil, que no tiene elementos audiovisuales potentes y hay que echarle mucho ingenio para abordarlo. Siempre hay que estar explorando, investigando, sorprendiendo, mirando nuevas fronteras. Es más fácil hablar solo de cosas de miedo y espiritismo, que son muy lícitas y se pueden abordar y salpimentar, pero, como te dediques solo a eso, el público y los directivos te lo echarán en cara porque en este mundo todo fluye y nada se detiene", aseguró.

Iker Jiménez concluyó su poderosa reflexión, destacando que "cuántos he visto yo, que por una audiencia concreta tiran por ahí (por lo fácil). Ellos mismos ya no hacen lo que hacen con el sentido real con el que lo hacían en un principio, lo siguen haciendo solo para retener a la audiencia. Yo únicamente he aprendido una cosa en todos estos años, que nadie puede retener a la audiencia. Hay códigos muy sutiles que ustedes detectan y por eso no se les engaña tan fácil. Hay caminos y atajos, y otros recorridos más pedregosos, y creo que ustedes detectan ese esfuerzo que otros hacen por entretenerles y por eso disfrutan más de los caminos pedregosos", subrayó.