Tras ser despedido por Mediaset después del documental de Rocío Carrasco y al no tener sitio en ninguna cadena de televisión, Antonio David Flores lanzó su propio canal de YouTube desde el que intenta seguir vivo mediáticamente y mantener el contacto con sus seguidores.
En su última aparición como youtuber, el ex guardia civil, que vive un momento convulso en plena separación de su mujer, Olga Moreno (aunque ahora se especula con su reconciliación), ha querido responder a 50 preguntas, las típicas preguntas de un cuestionario estándar que le ha realizado una mujer anónima a la que no se le enfoca en ningún momento durante los 28 minutos de entrevista.
Quizá la más llamativa ha sido: “Una persona a la que te gustaría invitar a comer”, a la que ha respondido sin dudar: “A Irene Montero y a Pablo Iglesias juntos”. No ha añadido más explicación, así que no queda claro el motivo por el que los elige.
Sí se ha mojado, en este caso para bien, a la hora de nombrar al personaje con más carisma que ha conocido. “Sin ninguna duda, Javier Sardá”, afirma, y asegura que el comunicador catalán le regaló su mejor momento en televisión “cuando me llamó para trabajar en Crónicas Marcianas. En esos cuatro años y pico hice un máster en televisión”. Como contraste, su peor momento es, lógicamente, la emisión del documental de Rocío Carrasco este mismo año.
Sin abandonar la televisión, a la hora de elegir a compañeros con los que ha trabajado, se queda con Alessandro Lecquio, Boris Izaguirre, Carlos Latre, Kiko Matamoros y la difunta Mila Ximénez, mientras que guarda peor recuerdo de Aída Nízar, Enrique del Pozo y Karmele Marchante.
Tras asegurar que el referente en su vida es Jesucristo (“a veces me escapo a leer la Bilblia, dice), asegura que es “buen conductor”, algo que sorprende tras conocerse la multa que ha recibido recientemente por exceso de velocidad.
Antonio David Flores acaba la entrevista afirmando que le “apasionan” los temas paranormales y asegurando que una vez vio un OVNI mientras se tomaba un sándwich y un batido de chocolate de madrugada en una gasolinera de un pueblo de Córdoba.