La publicidad no deseada, el spam, se está convirtiendo en una pesadilla para los usuarios de teléfono móvil o el ordenador. Es decir, para la mayoría de nosotros. Y es que el comprobar la bandeja de entrada del correo electrónico es ya una tarea engorrosa y una pérdida de tiempo enorme, ya que para encontrar un correo electrónico relevante o necesario debemos pasar antes decenas que no hemos solicitado y que en gran parte son publicidad y propaganda.
El correo spam es el correo que se envía de manera masiva con objetivos publicitarios y es comúnmente conocido como correo basura por ser de poco interés y no solicitado por el usuario. Muchos de estos correos provienen de empresas con las que mantenemos o hemos mantenido una relación comercial y, por tanto, les hemos facilitado la información directamente.
Entre esos mensajes que pretenden quieren sólo buscan captar nuestra atención y vendernos sus productos se cuelan otros que tienen una intención delictiva, más concretamente, timarnos y hacerse con con nuestros datos, nuestro dinero o ambos. Es el temido phishing.
Además de abrir una cuenta solo para registrarse en páginas web y que sea la que se llene de la basura informática que nos inunda, es aconsejable configurar los filtros antispam que tienen ya todos los dispositivos. También es recomendable no dar nuestro correo o número de teléfono a muchas empresas o páginas que nos los pìden sin necesidad, ya que luego suele ser utilizado como parte de enormes bases de datos que se venden y que tienen cada vez más valor comercial.
Hoy en día es casi imposible eludir estos correos electrónicos molestos y peligrosos, por eso no está de menos seguir algunos consejos para evitarlos. La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) también ha elaborado una lista de recomendaciones para no recibir publicidad no deseada.
1. Inscríbirse en la lista Robinson. Apuntándose en ella se puede evitar que las operadoras y otras empresas te bombardeen con llamadas y mensajes para que compres sus productos.
2. Utilizar el medio que se indica en el email que se haya recibido para comunicarles que no se quiere recibir más mensajes. Puede ser un correo electrónico, el envío de un SMS, la selección de un enlace o la llamada a un número telefónico gratuito. Por lo general, los emails contienen un apartado con textos como "darse de baja".
3. Evitar dar consentimiento para que te envíen publicidad. En muchas ocasiones damos permiso para que nos envíen comunicaciones y publicidad. Por tanto, es importante leer antes de marcar la casilla o aceptar que nos envíen esos mensajes.
4. Si ya se ha dado el consentimiento, se puede retirar. Se puede revocar el consentimiento prestado en cualquier momento y a través de un medio sencillo, como una llamada a un teléfono gratuito o a los servicios de atención al público que la persona responsable del tratamiento hubiera establecido.
5. Comunicar que no se quiere recibir publicidad. En ocasiones, como indica la AEPD, nos pueden "enviar publicidad por medios electrónicos si existe una relación contractual previa, siempre que nuestros datos de contacto se hayan obtenido de forma lícita y se trate de publicidad de productos o servicios similares a los que hayamos contratado". En estos casos también "deberán ofrecer la posibilidad de oponerte a recibir publicidad mediante una forma sencilla y gratuita, tanto en el momento de recogida de los datos como en cada una de las comunicaciones que nos dirijan", aseguran.
6. Poner una reclamación. Si tras reclamar a los anunciantes no queda satisfecho, se puede recurrir a Autocontrol (Asociación para la Autorregulación de la Comunicación Comercial) la cual habilita un sistema gratuito de mediación voluntaria, al que se han adherido las principales empresas de telecomunicaciones. Si a pesar de todo, continúa recibiendo publicidad no deseada, se puede presentar una reclamación en la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD).
Estos consejos pueden minimizar la recepción de correos electrónicos no deseados, pero no evita algún que otro casos de phishing . Por tanto, es muy importante prestar atención a elementos como si la dirección del correo electrónico coincide con la empresa o entidad que dice ser, si el correo electrónico tiene faltas de ortografía o fijarse en la dirección a la que nos redirige. Comprobar que la dirección tiene el símbolo de un candado suele ser garantía de ser una página de confianza.
En la red circulan muchos engaños para hacerse con nuestra dirección de correo electrónico. Es bueno desconfíar de los más comunes que hacen referencia a temáticas como cartas en cadena, trabajar desde casa, perder peso, créditos y préstamos, o contenidos gratuitos para adultos.