ESPUÉS de años de dolores, de dificultades para quedarse embarazada o de reglas insufribles, te diagnostican una enfermedad que no conoces y sin embargo la gente dice: ¡Qué bien, al menos no es grave!". La queja se deja oír alto y claro en este marzo, elegido mes de concienciación sobre la endometriosis, una enfermedad que afecta a más de 10.700 mujeres vascas en edad fértil. Una patología incurable que ocurre cuando un tejido similar al revestimiento del útero se implanta de manera anormal fuera de este, en la cavidad pélvica, formando lesiones, quistes y nódulos.

¿Sus síntomas más habituales? Dolor pélvico y abdominal, menstruaciones dolorosas o molestias durante las relaciones sexuales. Se calcula además que cerca de la mitad de las mujeres con esta dolencia tiene problemas de fertilidad. Sin embargo, la enfermedad es una gran desconocida. ¿El motivo? Resulta difícil de diagnosticar y está asociada a una patología de género que implica temas considerados tabúes de índole menstrual o sexual. "¿Te imaginas tener que llamar al trabajo cada mes cuando tienes la regla porque los dolores no te dejan moverte?", cuestiona Maite, una afectada.

Para ellas, vómitos, náuseas, digestiones difíciles o reglas copiosas son el pan nuestro de cada día. Se cuenta que Marilyn Monroe tomaba barbitúricos para aliviar el malestar que le producía. Y famosas como Chenoa han confesado abiertamente que padecen endometriosis. En la mayor parte de los casos los dolores en el bajo vientre son constantes y mucho más acusados en época menstrual.

La enfermedad ?que afecta sobre todo a mujeres de entre 30 y 45 años? es también una gran desconocida para el sistema sanitario y hay muy poca investigación aunque ahora BioCruces está echando el resto. En este instituto vizcaino se desarrolla un proyecto, a cargo de Iraia García Santisteban, que pretende identificar biomarcadores diagnósticos en mujeres con endometriosis.

Porque el diagnóstico suele complicarse. "Además de la historia clínica con una adecuada exploración ginecológica, existen pruebas complementarias como ecografía, resonancia magnética o analíticas que permiten precisar más el diagnóstico sin necesidad de confirmarlo a través de una intervención quirúrgica", explican.

Incluso las mujeres que la padecen pueden no ser conscientes de que detrás del dolor en cada menstruación hay algo más. "Está normalizado que la regla duele, y este dolor ha sido utilizado hasta hace no mucho como excusa para expresar la debilidad de las mujeres", señalan. De hecho esta enfermedad supone un gran reto para los equipos sanitarios, porque suele empeorar la calidad de vida de quienes la padecen. Por eso, la asociación EndoEuskadi, que proporciona apoyo y ayuda a las afectadas y que cuenta con cerca de 140 asociadas con una media de edad de 35 años, quiere poner negro sobre blanco el problema. "Somos una asociación muy activa, con muchas mujeres jóvenes, empoderadas y acostumbradas a hablar de cuestiones sexuales", resalta su presidenta, Susana González.

Los médicos especializados aseguran que hay más mujeres con esta dolencia que féminas con asma, diabetes, VIH y tuberculosis, todas ellas juntas. "A día de hoy afecta a más de 10.000 mujeres en Euskadi, pero el gran problema es conseguir un diagnóstico precoz", dice Susana González. Para dar visibilidad a este tema, el próximo día 27 se iluminará la escalera de caracol del hospital de Cruces, el estadio de San Mamés y se apagará el Puente Colgante.

El doctor Santiago Díaz Lázaro está a cargo de la Unidad de Endometriosis del hospital de Cruces. El especialista asegura que, aunque es una enfermedad incurable, para combatirla se dispone de una terapia farmacológica. "El tratamiento estrella es el hormonal que busca dejar el ovario en reposo, aunque es una enfermedad a la que hay que hacer un traje a medida". Sobre el tratamiento quirúrgico, opina que "lo ideal es no operar a ninguna paciente y si hay que operarla, lo más tarde posible, ya que requiere un abordaje multidisciplinar con distintos especialistas".