La Habana - Con una campaña viral en las redes, la amenaza de dedicarle una camiseta que diga “Zara, tienes que parar”, pero sobre todo con humor y retranca, las emprendedoras de la marca cubana Clandestina han respondido a la aparición en la cadena española de diseños sospechosamente parecidos a los suyos. “Es lo único que nos queda, realmente no tenemos opción contra Zara. Lo que sí tenemos es la capacidad de burla y de sacarle provecho desde lo que somos, una marca cubana con sentido del humor que constantemente está luchando contra las adversidades, sacando provecho de las situaciones negativas”, explicó a Efe el cerebro creativo de la marca, la cubana Idania del Río.
Los protagonistas de la controversia son tres diseños: dos eslóganes que Clandestina imprime en sus camisetas de algodón -Actually, I’m in Havana (De hecho, estoy en La Habana) y Se acabó el drama (Borra el drama)-, y una tira de tela con el lema País en construcción que da nombre y caracteriza una de sus últimas colecciones. La cadena de Inditex ha incluido una tira similar que reza Under construction en algunas de sus prendas, y comercializa también camisetas en las que se lee Mentally I’m in Havana y Delete the drama (Borra el drama).
vídeo En Cuba no está presente el gigante español de la moda, pero Clandestina se enteró de la existencia de los supuestos plagios gracias a clientes que vieron los diseños en tiendas de países como España y México y les enviaron las fotografías. Su respuesta, desde la ironía y el humor, ha sido un vídeo difundido en las redes sociales en el que quienes trabajan en este proyecto de jóvenes emprendedoras sacan los colores a la multinacional y la conminan con desparpajo a que deje de copiar el trabajo de otros. Para sus seguidores no cabía otra respuesta, dado que uno de los encantos de la marca es el empleo de iconografía típicamente cubana y eslóganes descarados que hacen guiños a los crónicos problemas de quien vive en Cuba, desde el pésimo transporte a la falta de internet pasando por el desabastecimiento de productos básicos como los huevos o el deshielo de ida y vuelta con EE.UU.
Dentro de la tienda de la marca cubana en La Habana vieja, en el pequeño taller de serigrafía donde se imprimen artesanalmente algunos de los diseños, el lunes se respiraba indignación entre los trabajadores de la marca, que también emplea a mujeres cubanas para coser sus prendas, muchas de ellas repensadas a partir de ropa reciclada. Van a ir más allá, respondiendo a Zara con la misma moneda: imprimirán una camiseta, que es la prenda fetiche que dio a conocer a Clandestina, con el mensaje: Actually, zarita, tienes que parar, tal y como les han pedido numerosos seguidores en las redes sociales.
Idania recuerda que hace meses supo del sospechoso parecido de uno de los diseños y después de otro más. Decidió quitarle importancia hasta que la tercera fotografía que le llegó estaba, consideró, claramente inspirada en el modelo más vendido de la marca cubana, que además de ropa diseña láminas, algunos complementos para el hogar, bolsos e imanes. “El que sí me encendió fue Mentally I’m in Havana porque ese diseño sí es un plagio evidente de un diseño de Clandestina del año 2015 que dice Actually, I’m in Havana. Nosotras hemos dicho mucho que eso representa un estado mental, significa que estás en La Habana, que piensas en La Habana, la frase es en inglés... El sentido de la frase es exactamente igual”, afirma. Tanto es así, que acaban de divulgar una captura de pantalla en la que se ve cómo al buscar en Google la frase de la camiseta de Zara, el buscador responde preguntando al internauta si lo que quiere decir es “Actually I’m in Havana, Clandestina, Cuba”.
campaña viral La española Leire Fernández, responsable de negocio de Clandestina, propone “una campaña viral, global, para despertar la conciencia del que compra”. “Hay un montón de casos de plagio, no es el primero, y se lo permiten por ser grandes y es malo, porque va en detrimento de la creatividad de los profesionales del diseño. Ojalá se sumen más diseñadores que también han sido plagiados por Zara”, dice Fernández. Y con ironía, apostilla: “La creatividad es infinita, como la cuenta de Amancio (Ortega, fundador de Inditex). Zara, paga a tus diseñadores como pagamos el resto”.
Las emprendedoras, que han sido la primera marca de ropa cubana independiente capaz de sortear el férreo embargo de Estados Unidos y vender sus diseños en ese país, están conmovidas por la reacción airada y solidaria de la comunidad. “No es la primera vez que nos han copiado y seguramente si seguimos haciéndolo bien no será la última vez que nos copien. Sentir que lo que hacemos la gente lo reconoce, que nuestros clientes y amigos hayan exclamado qué está pasando da mucha energía, mucho power”, zanjan.