Bilbao- El rodaje de las últimas escenas de la serie de Movistar + La línea invisible para Aia se desarrolla en la facultad de Económicas y Empresariales de Sarriko. Su última escena es un enfrentamiento con Txabi Etxebarrieta, personaje interpretado por Àlex Monner. La actriz vasca es hija y prima de dos actrices muy reconocidas, Aizpea y Bárbara Goenaga. Su primer papel fue en la serie Goenkale en la que estuvo desde los 10 a los 13 años. Con voz suave relata cómo se sintió cuando por el personaje de Teresa tuvo que renunciar a su melenaza por la cintura para llevar el pelo por encima de los hombros. Una renuncia que hizo en aras a una mujer que vive en el 68.
Ha participado en la última temporada de Velvet colección, su cancelación le permitió acceder a la producción que dirige Mariano Barroso para Movistar+ y que se ha rodado íntegramente en Euskadi. También participó en una de las películas vascas más premiadas del momento, Handia. Está a la espera de empezar un proyecto a las órdenes de la directora vizcaina Lara Izagirre, Nora.
No podía ser otra cosa que actriz, ¿no?
-Bueno, no sé. Empecé a trabajar como actriz bastante pequeña y no sé si quería ser actriz o no en aquella época. Pero cuando llegó la hora de la verdad, cuando tuve que decidir que hacía, me dije: “Igual es lo que toca, tengo que estudiar para ser actriz”. Fue estudiando cuando me enamoré de la profesión, cuando la entendí mucho mejor.
Para entenderlo lo tenía fácil, su madre es Aizpea Goenaga y eres prima de Bárbara Goenaga.
-Ya. Pero veía que era mucho trabajo. Las veía a ellas, y me fijaba en que era una profesión con mucho estrés, las veía estudiar mucho y decir: “Esto no me sale, esto sí. Lo veía demasiado intenso”.
¿Cuál fue su primer papel?
-El que hice en Goenkale, estuve tres años?
No se pudo librar de esta serie.
-Mujer, todos los actores y actrices de Euskadi han pasado por ella. Eres un actor o una actriz de Euskadi y no has pasado por Goenkale, no se te puede tomar en serio. Ja, ja, ja? Es broma. Pero muchos hemos estado en esa serie y ha sido una especie de escuela para nosotros. Aprendí mucho en Goenkale.
En ‘La línea invisible’ es usted una niña muy pija.
-Soy una chica de Neguri, soy la novia de José Antonio y tiene bastante buen rollo con su hermano, Txabi Etxebarrieta, y también el novio de mi hermana en la serie, Julia. Las dos son muy pijas o por lo menos pertenecen a un ambiente pijo y acomodado.
Los principios de ETA, ¿es un tema que le resulta muy lejano?
-Más de lo que pensaba. No lo tenía muy presente, aunque hay cosas que sí, pero fíjate en qué año estamos trabajando. No sabía mucho de lo que ocurrió en el 68. Con la serie es cuando he empezado a investigar más sobre todo lo que ocurrió entonces y también después.
¿Le sorprendió cuando le eligieron para el papel?
-Lo quería mucho. Recuerdo que estaba deseándolo, pero estaba en otra serie y no eran compatibles. Me daba mucha rabia porque no podía hacer el casting. Casualidades de la vida, Velvet se canceló y pude hacer el casting y me eligieron para ser Teresa. Estoy encantada.
Entre ‘Velvet colección’ y ‘La línea invisible’, se va a quedar en los finales de los 60, al menos en vestuario.
-Sí. Me encanta, aunque toda la ropa me ha picado un montón, las telas son duras, ásperas. En Velvet la ropa era muy glamurosa, más que en esta. Pero me gusta el estilo de los 60 a la hora de vestir.
¿Cómo era su personaje en ‘Velvet’?
-Era la mala, un personaje que iba a liarla un poco. Llegaba de París, mentía mucho, se quería ligar a su tío, ella iba a liarla. Era mala.
Supongo que el peinado que lleva no es el habitual en usted.
-El pelo yo lo tenía por la cintura. Me lo cortaron porque el personaje lo necesitaba.
¿Lloró?
-Fue bastante trauma, tanto para Itzi (la estilista de la serie), como para mí. Está grabado en vídeo cómo me cortan el pelo. No lloré, pero fue un momento bastante triste. En cuanto acabe la serie, me lo empezaré a dejar crecer otra vez.
¿Qué es lo que más le atrae de esta profesión?
-Me gusta mucho conocer a gente, conocer al equipo con el que trabajo, me gusta cambiar de lugar, cambiar de personaje... Me apasiona investigar sobre una época o sobre la historia que me están presentando, sobre los sentimientos...
Aizpea Goenaga es una actriz muy reconocida. ¿Qué opina cuando ve un trabajo suyo? ¿Es muy crítica?
-No. Le parece bien todo. Quizá mi padre es un poco más, analiza más lo que hago.
¿Cuáles son sus aficiones?
-Estoy escribiendo mucho y empezando a dirigir documentales. Estas dos cosas son ahora mismo mi pasión. Estoy montando un documental que grabé en Lisboa con un grupo de danza que se llama Metamorfosis, es de Renteria.
¿Qué hubiera sido de usted de no haber seguido los pasos de Aizpea y Bárbara Goenaga?
-Me gusta mucho, lo disfruto bastante, imaginarme cómo serían las casas por dentro. Quitaría esto, pondría aquello en un lugar determinado, así que quizá me hubiera ido por diseño de interiores.
¿Está segura que de la interpretación va a poder vivir?
-Por ahora va bien, estoy viviendo de la profesión. ¿Segura? Es una profesión muy complicada porque no todo depende de ti. Además del trabajo, del esfuerzo y persistencia, a veces tienes suerte o no. Eso es lo complicado.
Esta serie termina ya. ¿Tiene entre manos algún otro proyecto?
-Un pequeño papel en Nora, la película de Lara Izagirre, tenía muchas ganas de trabajar con ella, me hace bastante ilusión.
¿No se va a coger vacaciones al terminar esta serie?
-¿Sabes lo que son las vacaciones para una actriz o un actor o lo que significan? Eso es malo. Además, si voy a algún sitio de vacaciones, siempre necesito hacer algo.
Yo digo un viaje, vuelta y vuelta en la toalla tomando el sol, cosas así, relax, algo que gusta a la mayoría.
Pues no. No puedo ir un lugar para ver la playa. Necesito un objetivo, grabar algo, algún proyecto. No puedo dar vueltas por una ciudad haciendo solo turismo.
Se fue de casa muy joven, como su prima.
-Bárbara se fue más joven que yo. Yo me fui con 17 o 18 años. Llevo ocho años viviendo en Madrid. Tenía muy claro que si quería ser actriz en Donostia no me podía quedar.
¿Echa de menos su ciudad?
-Cuando estoy, lo paso genial; estoy mucho en casa, me gusta estar con mis padres, con la familia. Me encanta estar en La Concha, ver la ciudad. Pero ya está. De momento Madrid es el lugar en el que vivo.
¿En qué idioma prefiere trabajar?
-Me da igual, en cualquiera de los tres idiomas que hablo: euskera, castellano o inglés. Mi padre es norteamericano. Cada una de las lenguas es diferente, el euskera es más de casa.
¿Va a estar en la película que se está grabando y que cierra definitivamente la serie ‘Velvet’?
-No. Pero tampoco tenía mucho sentido. Se planteaba como un reencuentro de los actores que habían estado al principio y yo solo estuve en la última temporada que se había hecho para Movistar+.
¿Qué personaje le gustaría interpretar?
-Quizá el de una mujer con un amplio arco interpretativo. Estoy muy a gusto con los personajes que he interpretado. Lo que me gusta mucho es ponerme detrás de la cámara y hacer documentales o escribir.