Madrid - La serie española La casa de papel, cuyas dos primeras temporadas se emitieron en Antena 3, ha batido récord de audiencia, con más de 34 millones de espectadores en todo el mundo, en el lanzamiento de su tercera temporada en Netflix, según esta plataforma. “Vamos a necesitar más máscaras para todos”, afirmó en la cuenta oficial de la serie en Twitter en referencia a las caretas de Salvador Dalí. Un total de 34.355.956 hogares en todo el mundo vieron esta temporada la primera semana tras el estreno y “no podemos estaros más agradecidos por formar parte de la banda”, agregaron. Variety aseguró que esta cifra es el mejor registro global en la primera semana de una serie de Netflix en un idioma que no sea el inglés.
La tercera temporada, en Netflix desde el 19 de julio, comienza con la banda reuniéndose después de que Río (Miguel Herrán) haya caído en manos de las autoridades, lo que lleva a sus compañeros a idear un nuevo y enrevesado golpe para liberarle. “Abrir una serie tan bien cerrada como ésta da un poquito de vértigo”, reconoció su creador, Alex Pina. Y es que, “abrir otra vez” La casa de papel para “otro atraco sin un vínculo o justificación emocional, era un suicidio” en términos narrativos, confiesa Pina que recuerda que barajaron muchas opciones y que, finalmente, eligieron como desencadenante la captura de Río (Miguel Herrán) por una razón: es quien está con Tokio (Úrsula Corberó).
“La mirada de la serie es Tokio. Ella es el primer plano, es la narradora, y la detención de Río era a lo que la serie estaba abocada”, señala Javier Gómez Santander, coordinador de guionistas de la ficción que reconoce que estuvieron “semanas” dándole vueltas a cómo cristalizarían este regreso para no decepcionar a los millones de fans. “Ese motor emocional y que el espectador no se sintiera decepcionado, son los elementos con los que más autocrítica hemos trabajado”, apostilló Pina, que confirmó que los nuevos capítulos exploran “nuevas vías narrativas” manteniendo intacto el ADN de la ficción: “entretenimiento”, “acción” y también “intimidad emocional latina”, todo ello envuelto con “una factura muy cuidada” y con un gran “sentido plástico de la estética”.
También hay savia nueva. Además de la temible inspectora Sierra, interpretada por Najwa Nimri, la serie cuenta con la llegada de Rodrigo de la Serna (Palermo), Hovik Keuchkerian (Bogotá) y Luka Peros (Marsella), atracadores que se suman a la banda del Profesor (Álvaro Morte) y que “funcionan como si hubieran estado siempre”. Pina reconoce que al contar con más medios han podido “resarcirse” en cierta medida y hacer “esas cosas que pensábamos en el cuarto de guionistas y luego la realidad venía a decir que no podían ser”. “En términos de producción hemos crecido muchísimo, hablamos de un 30 o un 40% más de personas en el equipo”, destacó Pina, que para ilustrar la “envergadura” recuerda que en la primera temporada para rodar cada capítulo se invertían 12 o 13 jornadas de grabación, mientras que en la tercera “estuvimos 22”. Algo que, según el showrunner, “es un aumento de casi el 80% de tiempo de grabación para los mismos ocho capítulos” que, además “son de 25 minutos menos: 45 frente a los 70 de anteriores temporadas. Es un incremento de valor de producción muy brutal”, sentenció.