Popeye el marino, icono animado de la cultura pop que se popularizó durante la década de los 60 con su salto a la televisión gracias a Popeye el marino, cumple hoy 90 años, ocasión que sus seguidores han aprovechado para rememorar los momentos de gloria del dibujo animado.

Conocido por la fuerza que le daban las espinacas, comenzó a sacar músculo tal día como hoy de 1929, cuando Popeye apareció por primera vez en el cómic Thimble Theater, una tira que, sin embargo, llevaba publicándose en el periódico The New York Evening Journal desde 1919, donde la protagonista principal era Olivia Olivo, su esposa. “Increíblemente creativo, bien escrito, magníficamente dibujado”, comentó ayer en las redes sociales uno de los seguidores de Popeye. Como este, otros fanáticos recordaron la influencia del personaje con la publicación de cientos de obras de arte, desde murales en la ciudad de su creador hasta grafitis en Estambul, o recordando ejemplares de la serie de cómics de los años 30.

Tampoco se olvidaron del papel que interpretó el difunto Robin Williams en la película Popeye que le dedicó al personaje en 1980, ni de la resplandeciente estatua del artista Jeff Koons, que en 2014 se vendió en una subasta por 24,5 millones de euros y que puede verse en Las Vegas, EEUU.

Para celebrar el 90º aniversario del fornido marinero, la web oficial despliega un repaso por sus nueve décadas, en las que ha pasado de ser un personaje secundario del Thimble Theater a convertirse en una de las adaptaciones cinematográficas y televisivas de un cómic más exitosas de la historia.

romance con olivia “¿Crees que soy un vaquero?” fue la primera y sencilla frase que el creador del cómic, Elzie Crisler Segar, le dio a Popeye, que aparecía ya retratado con una pipa en la boca, sus icónicos brazos musculosos y el tatuaje del ancla. Pero no fue hasta siete meses después que Olivia y Popeye aparecieron juntos, el 27 de agosto de 1929, cuando ella le besó en la mejilla por equivocación, con lo que comenzó su larga y tumultuosa historia de amor.

Su famosísima ingesta de espinacas no se convirtió en uno de las principales características de Popeye hasta la década de los 30, cuando muchos de sus fans aseguran que el dibujo animado alcanzó su máximo esplendor.

Tal era la influencia del marinero que la industria de la espinaca reconoce que, gracias a él, el consumo de esta verdura en EEUU subió un notable 33%, un producto que la marca Allens sigue vendiendo bajo el nombre de Espinacas Popeye.

Su éxito le llevó a saltar del carácter estático del papel a ser un dibujo animado en la gran pantalla el 14 de julio de 1933 en la película Popeye el marino, producida por Fleischer Studios y distribuida por Paramount Pictures, en la que se introdujo la popular canción Popeye el marino soy.

Ese mismo año se estrenó su serie de dibujos animados, que le convirtió en uno de los personajes más populares en este formato desde los años 30 hasta los años 60, mientras que en febrero de 1948 se le dedica su propia serie de libros de cómic. Además, de 1978 a 1983 contó con otra exitosa serie de televisión, Las Nuevas Aventuras de Popeye. En el 61, su relevancia en la cultura pop quedó plasmada en su aparición en retratos de artistas de la talla de Andy Warhol y Roy Lichtenstein, mientras que en 1982 saltó al mundo de los videojuegos con una creación de Nintendo. Además, en 1987 volvió a la CBS con Pepeye e hijo, y en 2004 LionsGate Entertainment produjo un especial para televisión animado por el ordenador, El viaje de Popeye: al rescate de Papi.

sigue presente Pese a su avanzada edad, Popeye siguió estando muy presente en Universal Studios, que le dedicó desde 1999 una de sus atracciones de su parque de Orlando, Florida. Asimismo, en 2004 el icónico Empire State Building celebró el 75º aniversario del marinero iluminándose de verde del 16 al 18 de enero. En los últimos años, Popeye se ha negado a disminuir su presencia, y, adaptándose a los tiempos, ha protagonizado la promoción del consumo de leche en EEUU, así como productos cosméticos de Khiels, las chancletas Havaianas o fragancias del diseñador Jean Paul Gaultier. - Efe