EL T-Roc ha irrumpido con vigor y decisión en el mercado, donde ha recibido una cálida acogida por parte de un público cada vez más entusiasta de propuestas SUV de calidad. La tercera creación Volkswagen de este tipo resume las cualidades de sus hermanos mayores para ajustarlas a un envase de proporciones contenidas; viene a ser una suerte de Golf aventurero sobre plataforma realzada. Hereda contrastados propulsores, tres de gasolina (115, 150 y 190 caballos) y dos a gasóleo (115 y 150 caballos), algunos de los cuales pueden acoplarse a caja automática DSG y a tracción integral 4Motion. VW reviste al T-Roc con tres acabados y aplica una tarifa oficial que discurre entre 23.870 y 39.860 euros; si la compra se cierra a través de la financiera de la marca, el precio de acceso al modelo puede bajar hasta 21.200 euros.
Pocas semanas después de llegar a los concesionarios, el nuevo crossover urbano ve cómo su demanda alcanza un ritmo estimable. Al cierre de este mes acumulará casi tres mil ejemplares matriculados. Eso supone igualar los registros del Audi Q2, pero no los del Arosa de Seat, parientes con los que comparte mimbres aunque no posición social. Por empaque, dotaciones y precio, el candidato de Volkswagen se acerca más a su primo Premium que al de clase media. Entre la competencia más o menos directa, esa que siembra dudas entre la clientela potencial del T-Roc, figuran el también reciente Volvo XC40, el Mazda CX-3, el Mercedes-Benz GLA, el Infiniti QX30 y el Toyota C-HR.
A la hora de inclinar la balanza a su favor, el debutante alemán esgrime la sólida reputación de su marca, además de un considerable grado de polivalencia. Exhibe un diseño amable y comedido, acorde a los parámetros de la moda SUV pero sin incurrir en excesos estéticos impropios de la casa. Se presenta como un versátil y manejable turismo, ideal para el desempeño de los cometidos familiares cotidianos: su envase de 4,23 metros ofrece cinco plazas oficiales y habilita un maletero de 445 litros. No obstante, su repertorio también brinda oportunidades de optar a preparaciones técnica y estéticamente mejor dotadas, adecuadas a la utilización por superficies sin asfalto.
El reparto actual de motores contiene ahora cinco bloques turboalimentados, tres de gasolina y dos diésel. Los primeros son TSI de 1.0, 1.5 y 2.0 litros, que suministran potencias de 115, 150 y 190 caballos, respectivamente. El propulsor intermedio da a elegir entre la caja manual de seis marchas que monta el menor y la transmisión DSG de siete velocidades del más poderoso, vinculado solo a tracción total 4Motion. La oferta gasóleo se limita por ahora a los TDI 1.6 y 2.0 litros, que procuran 115 y 150 caballos; se asocian a transmisión manual de seis velocidades, aunque el de dos litros puede aliarse opcionalmente a caja automática y sistema de cuatro ruedas motrices.
El fabricante asigna al T-Roc tres definiciones de producto, además de cuatro paquetes de equipamiento adicional. La más sencilla es la ‘Advance’, que incluye en su equipamiento de serie recursos como el asistente de aviso involuntario de cambio de carril y el sistema de vigilancia Front Assist, que cuenta con función de frenada de emergencia en ciudad, sistema de detección de peatones y dispositivo anticolisiones. La terminación Advance Style, que reclama 600 euros más, plantea carrocería bicolor, iluminación ambiental y un parachoques más deportivo. Estas dos variantes comparten llantas de aleación de 17 pulgadas, retrovisores con plegado eléctrico y App-Connect. A cambio de otros 1.200 euros más, el acabado Sport agrega cuadro de instrumentos VW Digital Cockpit, sistema de infoentretenimiento con pantalla de cristal, luces LED, programa de modos de conducción, cargador por inducción para smartphone, cámara de visión trasera y llantas de aleación oscuras de 17 pulgadas.