eL ascenso de Kia en el mercado es consecuencia directa del desarrollo cabal de su gama de productos, que se acomoda a los gustos del público y también a los requerimientos de una sociedad que apuesta decididamente por la movilidad respetuosa con el planeta. Para perseguir dicho objetivo, la firma de origen surcoreano incorpora a su repertorio interpretaciones de varios productos animadas por sistemas de propulsión alternativa más eficientes: 100% eléctrica como en el caso del Soul EV, híbrida convencional en el Niro e híbrida enchufable en este mismo modelo y en el Optima PHEV. Kia, que pretende convertirse en uno de los referentes de las tecnologías limpias, estima que el 10% de su clientela se va a decantar este año por las versiones que integran su gama Eco.
Si se cumplen los pronósticos, eso significaría que más de 6.000 coches de los más de 60.000 que la marca espera vender a lo largo de 2018 generarán mínimas o nulas emisiones. El gran protagonista de dicha oferta es el Niro, que seguirá suscitando el grueso de esa demanda ecosostenible. Este modelo, pionero al debutar en el disputado segmento SUV proponiendo exclusivamente impulsión mixta, ya aportó el año pasado cerca de 4.700 pedidos.
La hoja de ruta de Kia, hecha pública hace cuatro años, contemplaba el lanzamiento de “catorce modelos respetuosos con el medio ambiente antes de 2020”. En esa relación figuraban nueve candidatos híbridos, cuatro de ellos con posibilidad de reabastecer baterías conectados a la red eléctrica, así como otros cuatro con propulsión exclusivamente eléctrica y uno más con tecnología de pila de combustible. Hace poco, con motivo del Salón de Electrónica de Consumo celebrado a principios de año en Las Vegas, el grupo Hyundai al que Kia pertenece manifestaba su propósito de “convertirse en uno de los tres fabricantes más importantes en el mercado eléctrico a nivel mundial”. Con este fin ampliaba el panorama de lanzamientos hasta 2025. El programa completo del consorcio incluye cinco modelos híbridos, cinco híbridos enchufables, cinco 100% eléctricos y el ya mencionado con pila de combustible.
La evolución del mercado confiere hoy credibilidad a quienes pronosticaban un cambio en los hábitos de compra y utilización del automóvil. De momento se constata que la supremacía de los motores diésel ha desaparecido. Cada vez más usuarios abandonan este combustible, no tanto por motivos ecológicos y económicos -el gasóleo sigue siendo menos caro- como por sentido práctico: el temor a posibles cortapisas para circular con un coche diésel por determinados escenarios comienza a pesar en el ánimo del comprador. Sea por uno o por otro motivo, lo cierto es que el reparto de la tarta de los combustibles ha variado bastante. Si en 2014 los diésel suponían el 68% de las matriculaciones, el ejercicio pasado alcanzaron el 50%; por su parte, la demanda de vehículos a gasolina ha ido creciendo del 30 al 44%. También resulta significativo el progreso que durante ese mismo periodo ha experimentado la demanda de automóviles con sistema de impulsión alternativa, fundamentalmente híbrido. Del escaso 1% que suponían en 2014, los modelos con motorización mixta han pasado a aportar el 4,9% de las ventas el último año. El avance de los automóviles eléctricos, aunque constante, es bastante más lento y su clientela apenas genera hoy el 0,3% del mercado.
Para los años venideros las voces expertas del sector auguran una intensificación de las nuevas tendencias de compra. Vaticinan que la proporción diésel/gasolina irá invirtiéndose paulatinamente, que del 47/45% en 2018 se pasará a un 45/46% en 2019 y a un 43/46% en 2020.
Según esas mismas fuentes, la demanda de versiones híbridas de todo tipo irá ascendiendo año tras año, pasando del 7,1% previsto para 2018 al 8,2% en 2019 y al 9,4% en 2020. Las solicitudes de automóviles eléctricos seguirán la pauta de este crecimiento, pero su participación continuará siendo ínfima: representarán un 0,5% de las ventas totales este año; el 0,7%, el próximo, y el 1,1%, en 2020.