madrid - “Ni yo mismo apostaba por el programa y ya ven, cinco años. Es una sorpresa”, ríe Iñaki López, feliz por todo lo que le ha dado esta etapa, no solo en lo profesional, también lo personal. Andrea Ropero copresentadora del programa es su pareja y ambos fueron padres de Roke en septiembre del pasado año. Ser televisivo desde Madrid le ha convertido en carne de cañón de las revistas del corazón y con sentido del humor niega que esté preparando su boda como se ha podido leer recientemente.

Cinco años en un debate y los sábados por la noche. ¡Vaya récord!

-¡Qué sorpresa! Casi nadie apostaba por mí, ni yo mismo. No pensaba que un programa como este dedicado a la política y a la economía llegará a cuajar. Pero cinco años después aquí estamos.

Un debate intenso con algunos tertulianos igualmente intensos. ¿Sigue su salud mental en tan buen estado como cuando llego a ‘La Sexta noche’?

-Ja, ja, ja? No sé qué decir. Es mucha la tensión, hay muchos periodistas que defienden intereses suyos y de otros, que entran en la batalla, y es verdad que la tensión que generan cinco horas de programa es absolutamente agotadora. Procuro no perder el buen humor y la paciencia, soy el único que no se puede permitir esos lujos.

¿Y no se puede pedir lo mismo a sus tertulianos?

-Ellos se pueden dejar llevar de vez en cuando por sus pasiones y calentar el debate. Yo, sin embargo, tengo que ir allí para que nadie se me tuerza y vayamos a lo que tenemos que debatir, pero te reconozco que es agotador.

¿Ganas de estrangular a alguien en algún momento dado?

-Me han dado ganas de estrangular en momentos determinados a muchos tertulianos, invitados, expertos? He tenido que escuchar cosas sorprendentes por parte de algunos invitados, incluidos políticos, pero mi labor es más de escuchar, de dirigir el debate, de mediar y menos de opinar.

Me imagino que cuando le propusieron el programa pensó que estaban locos o que era una broma.

-Me sorprendió, por un lado la oferta, el programa era arriesgado. Estábamos hablando de los sábados, el territorio de los programas de José Luis Moreno, del corazón y de la víscera y de las películas de estreno. De repente, desembarcar con un programa de economistas y políticos, me pareció muy valiente. El programa funcionó muy bien desde el principio.

¿Agobios de audiencia?

-La cadena nunca nos agobió. Siempre tuvieron mucha confianza en el producto, seguro que más que en quien presentaba el programa. El tiempo les ha dado la razón. Pero, a mí, cuando me llaman, me ofrecen este programa y dicen que confían en mí, les miraba casi buscando la cámara oculta.

¿No confiaba en sus capacidades?

-No es eso. Pero pensaba: Van a poner en mis manos cinco horas de debate político y económico sin tener gran experiencia en una cadena estatal. ¿Qué habrán visto ellos en mí que yo no he visto? Al final la apuesta ha salido muy bien. Mi experiencia anterior en una de las televisiones grandes fue presentar un concurso en Cuatro que duró tres semanas, creo que batimos algún récord en lo que se refiere a volatibilidad de un proyecto.

Pasó de hacer ‘El conquis’ en ETB-2 a un debate político, como la noche y el día, ¿no?

-Estaba haciendo también 60 minutos. Creo que ellos, los de La Sexta, se fijaron más en Pásalo. Pero en el debate de El conquis, además de divertirme muchísimo, aprendí latín, aprendí a fajarme, había cada tertuliano, y no lo digo tanto por Juanito Oiarzabal y Korta como por otros que eran de aúpa.

Ha cambiado a Oiarzabal y Korta por Inda y por Marhuenda.

-Parece, que en mis tertulias tiene que haber siempre gente muy visceral, gente de carácter. También te diré que una tertulia con gente de carácter y que no deja indiferente a nadie, siempre gana.

Si vamos al plano personal, hay que decir que ‘La Sexta noche’ le cambió la vida, allí se encontró con Andrea Ropero, su pareja.

-Fíjate, llegué a este programa mozalbete y soltero y cinco años después, tengo más experiencia televisiva, pareja y churumbel. A este programa no le puedo deber más cosas, Andrea y Roke, importantísimos para mí.

¿Cuántos años lleva usted en televisión si contamos sus principios en Telebilbao?

-Empecé en 1993, suma y resta y dan?

25 años, un cuarto de siglo.

-Cómo ha sonado el resultado. Comencé a través de un casting para presentar videoclips. Había cientos de personas y sonó la flauta. No iba a presentarme a las pruebas, estaba sacando fotocopias en una copistería de Deusto, algún apunte me faltaría, vi la fila, pregunté y me animé a formar parte del casting, no es que ese día me levantara ex profeso pensando en conseguir trabajo en una televisión de Bilbao.

¿Era la televisión su objetivo?

-Soy licenciado en Ciencias de la Información por la rama de Publicidad, quería ser creativo publicitario, la televisión fue un amor que se cruzó en mi camino y que me ha conquistado para los restos. Pensé al principio que la televisión sería una cosa pasajera y que acabaría haciendo publicidad. Probando y probando, 25 años después estoy aquí, en la tele. Hay que reconocer que en televisión la suerte es muy importante, este es un medio muy caprichoso.

¿Los proyectos televisivos no se consiguen a base de trabajo?

-Sí, claro, es mucho trabajo, no digo que no, pero con suerte, con mucha suerte tienes más trabajo, eso nadie puede negarlo.

Para rematar su trayectoria este año ha dado?

-?La campanada. Fue toda una experiencia. Las campanadas las damos todos en el mismo edificio y por allí me crucé a Terelu con sus bigudíes, a los nuevos brandelina?

¿Perdón?

-Sí, a David Muñoz y Pedroche. Ramón García, pero eché de menos a Carlos Sobera y Jorge Fernández, es verdad que los presentadores vascos tenemos una querencia a dar la campanada importante, también en la Puerta de Sol. Fue también Andrea, resulto una experiencia interesantes y, además, tuvimos buenos resultados.

Se ha convertido en famoso, no lo niegue porque sale en las revistas del corazón.

-Sí, es verdad, es algo que veo y no puedo dejar de sorprenderme. El otro día leía en una revista del corazón que planeaba mi boda.

¿De verdad? ¿Dónde va a ser? Sus fans seguro que quieren detalles.

-En ningún sitio nos vamos a casar, Andrea y yo somos felices, estamos encantados con Roke, pero de momento no entra en nuestros planes casarnos. Ver que una revista asegura vehemente que vamos a ser los próximos en pasar por la vicaría me hace mucha gracia. No sabemos de dónde lo han sacado.

¿Le molesta?

-No lo puedo impedir, solo pido que cuando nos pillen por la calle y nos hagan fotos me apliquen el filtro Valencia y me saquen favorecido. Pero, no, no nos casamos.