EL automóvil eléctrico baja poco a poco de las nubes de la utopía para tomar tierra e integrarse en la vida real. Lo hace arrastrado por fabricantes como Nissan, que han apostado desde el principio por desarrollar este tipo de movilidad sostenible. La marca japonesa da a conocer ahora una reedición del LEAF mucho más fotogénica, tecnológica y práctica. Consigue esto último aumentando su potencia hasta 150 CV y su autonomía teórica hasta 378 kilómetros. La segunda generación del modelo, que aparecerá en 2018, se puede adquirir ya por 34.360 euros.

La principal aportación de la nueva entrega del icono de la electrificación es transmitir la certeza de que el día de mañana todos los coches funcionarán con un sistema de impulsión semejante. Para la mayoría de usuarios potenciales, el automóvil puramente eléctrico sigue siendo hoy una entelequia que no termina de llegar desde la ciencia ficción a sus vidas. Creaciones como este nuevo LEAF pueden modificar esa sensación.

Nissan transforma sustancialmente el planteamiento del coche lanzado en 2008. Para ello interviene en dos facetas esenciales: el diseño y la autonomía. La remesa que viene modifica la controvertida silueta original, sustituyéndola por una figura mucho más digerible y contemporánea. Sin entrar en valoraciones subjetivas, no se puede negar que la esbelta estampa a estrenar encaja infinitamente mejor en los cánones estéticos vigentes. El nuevo y vistoso envase de cinco puertas añade un par de centímetros de largo (4,48 metros) y ancho (1,79), recortando otro de altura (1,54); ofrece cinco plazas y aumenta a 435 litros el volumen de su portaequipajes. El interior también ha sido completamente rediseñado.

Pero, a pesar de su decisiva importancia, en un coche eléctrico la apariencia queda relegada a un segundo plano por las posibilidades de utilización. Es decir, por la autonomía. El inminente LEAF salva con cierta holgura este obstáculo, en el que tropieza la mayoría de sus rivales, instalando una batería más capaz. El nuevo acumulador de 40 kph permite extender su alcance ideal hasta 378 kilómetros, que queda en unos 240 en condiciones de tráfico convencional. Este componente, de bloques de iones de litio, va ubicado en el piso, justo entre ambos ejes, lo que confiere mayor aplomo a las evoluciones del coche.

La batería se reabastece conectada a la red. El proceso requiere entre 8 y 16 horas, dependiendo de la toma de corriente empleada; un dispositivo de carga rápida repone el 80% del contenido en cuarenta minutos. La operación puede ser bidireccional, ya que consiente repostar y también exportar el excedente de electricidad. El LEAF instala un sistema V2G (Vehicle to Grid) que permite al usuario conectarlo a la red doméstica para aprovechar la energía sobrante en el acumulador y, de paso, rebajar su factura eléctrica.

Por otra parte, la siguiente generación del modelo instala un impulsor eléctrico considerablemente más poderoso: aporta 150 CV, frente a los 109 de la edición saliente. Más que velocidad punta, procura una capacidad de aceleración superior. En un momento posterior, en principio antes de que acabe 2018, Nissan prevé comercializar una variante del LEAF aún más potente y con mayor autonomía (unos 500 km).