Bilbao - Está totalmente recuperado del percance que le obligó a ingresar de urgencia y permanecer varios días en la UCI. Él se siente estupendo y lozano y con muchas ganas de afrontar sus compromisos. Dice que es tan disciplinado con el trabajo “que me puse malo cuando estaba de vacaciones”.
Luis, pregunta obligada. ¿Qué tal está usted?
-¿No me ves? Estupendamente, todo lozanía. Fue un susto, pero se ha quedado en eso, en susto. Estoy bien y trabajando. No estaría aquí, en Bilbao, si me encontrara mal.
¿Va a empezar a cuidarse?
-¿Sabes qué pasa? Que me cuidaba poco y que hay momentos en los que el trabajo adquiere una prioridad enorme, he tenido poco descanso este año. Pero esto le pasa a mucha gente, lo que ocurre es que cuando nos ponemos malos nosotros sale en la prensa. Ha habido compañeros que también han tenido complicaciones y hay que tratarnos con normalidad, esto le pasa a cualquiera.
Sigue usted con ‘El test’, una obra que estrenaron...
-Aquí mismo, en Bilbao, hace un año que la estrenamos en el Euskalduna.
Y sigue con televisión, ‘La que se avecina’.
-En noviembre volveremos a grabar la nueva temporada de la serie, yo con esta que vamos a comenzar llevo ya dos temporadas.
¿Cuál es su balance de este tiempo entre compañeros nuevos y compañeros que conocía de ‘Aquí no hay quien viva?
-Para mí, ha sido un reencuentro maravilloso con gente a la que quiero mucho y he descubierto a otra gente absolutamente maravillosa.
¿No le parece una serie excesivamente alocada?
-Bueno, es un género que parece políticamente incorrecto porque es muy loco, pero a mí me parece un juego muy divertido. A mí me divierten mucho las situaciones de comedia, igual que me lo paso bien haciendo un drama brutal. Los americanos y los anglosajones no piden excusas por hacer un género tan divertido.
¿Combina bien los dos medios, televisión y teatro?
-Me lo ponen fácil, me ayudan mucho por un lado y por otro. Llevo trabajando así toda mi vida, todos los posibles éxitos que he tenido en televisión, estaba haciendo teatro, y todos los posibles éxitos que he tenido en teatro han ocurrido cuando hacía televisión.
¿Cree que es un reclamo para el teatro que los actores de una obra lo sean también de televisión?
-Yo llevo haciendo teatro toda mi vida antes de trabajar en televisión y es tan difícil afirmar lo que tú preguntas. Siempre he dicho que, a priori, todos son elementos a favor o en contra. Puede haber gente que quiera vernos en el teatro por vernos en televisión y puede haber gente que piense: Si le veo todas las semanas en la tele no voy al teatro.
¿Sabe estar mano sobre mano, relajado y sin hacer nada?
-Sería muy triste que no supiera, me aterra la gente que no sabe. Me aterraría pensar que sabría hacerlo. Soy muy exagerado con las palabras, lo sabes, pero es así, siento terror de pensar que no puedo relajarme. Pero justo cuando estaba haciéndolo, cuando estaba descansando, vino el susto.
¡Vaya! El susto le estropeo sus vacaciones.
-Ja, ja, ja... Totalmente, soy tan disciplinado que me pongo malo en vacaciones.
El teatro se lo agradecerá.
-Me lo agradecen en general, luego enseguida me vuelven a fundir.
¿Hipocondríaco?
-Para nada, cero, soy un despreocupado.
Se había puesto como reto tocar el piano, ¿cómo va?
-Ahí estamos. Lo tengo un poco abandonado. Además, en vez de convertirlo en hobby, me he propuesto que tengo que conseguirlo y cuando te lo propones así, pues lo has jorobado todo.
¿Le cabe algún proyecto más en la mochila?
-No. No puedo con más proyectos, hay que abarcar lo justo, nunca más de lo que puedes hacer.
Bruno en ‘La que se avecina’ y Mauri en ‘Aquí no hay quien viva’. ¿Con cuál de los dos se queda?
-No me hagas esa pregunta, por favor. Cuando estás haciendo un personaje siempre piensas que lo podías estar haciendo mejor. Nunca miro ninguno de mis trabajos, no tengo nada de lo que he hecho; no tengo un recorte de prensa...
¿No guarda nada? ¿Por qué?
-No tengo ni una foto trabajando, tengo de otros, pero de mí no. No tengo ese deseo. Así que para incorporarme a esta serie sin ser el lento del grupo, me he cargado de energía. Cuando estoy haciendo el personaje de Bruno siempre quiero mejorarlo. Cuando cumples una edad, el tiempo te genera cierto cariño y nostalgia que hace que las cosas se vean mejor; así que veo a Mauri con cariño y lo veo bien, pero ahora estoy con Bruno.
Lleva viniendo a Bilbao desde que comenzó a trabajar. ¿Qué es lo que hace cuando esta aquí?
-No me canso de ver a Zuloaga en el Museo Bellas Artes, me sigue impresionando enormemente...
¿Zuloaga?
-Sí, para mí sí, es un pintor que me impresiona enormemente. Me sigue impresionando más el edificio del Guggenheim que las exposiciones que puede haber dentro, eso no significa que no tenga exposiciones buenas, pero el edificio me parece fascinante. De todas formas, Bilbao es una ciudad para pasearla, aunque a mí me gusta con un poco más de fresquito.
Antes disfrutaba de la gastronomía de la ciudad, ¿ahora?
-Bien dices, pero cada vez me he hecho más solitario y la gastronomía de Bilbao se disfruta con gente. Ahora estoy muy perezoso para comer, no hago citas con mis compañeros, no me ven casi...
¿En qué invierte el tiempo?
-Sigue mi pasión por la lectura, ahora estoy fascinado por los streaming, los tengo todos: Netflix, HBO... y los disfruto mucho. Me lo veo todo.
¿Y no se aburre de tanta pantalla?
-No, la palabra aburrimiento la inventó una persona que no sabía estar solo ni vivir. Yo sé hacer las dos cosas.