gasteiz- Jesús Cintora presentó Las mañanas de Cuatro durante dos años, 2013-2015. Era el programa líder hasta que Mediaset decidió retirarle tras presiones políticas por parte del partido en el gobierno español, según se ha comentado después. Dos años más tarde, el periodista toledano ha presentado su segundo libro donde analiza la situación política. Es un hombre abierto que muestra siempre las cartas y que no deja sin contestar una pregunta aunque estas se salgan del objeto de la entrevista, en este caso la promoción de su libro.

¿Conspiraciones o ambiciones? ¿Cómo ha vivido lo que ha ocurrido en el PSOE?

-La intriga en la política española, la lucha por el control en cada uno de los partidos, está muy en primera línea. El libro muestra esas intrigas de poder que ahora mismo no tienen ningún final escrito y determinado. Lo ocurrido en el Partido Socialista refleja esa lucha encarnizada de poder por controlar esas parcelas.

¿Se da este fenómeno político en otros países europeos?

-El nivel de enfrentamiento político en cada una de las cúpulas de los partidos políticos españoles lleva a una situación de malestar por parte de la población y es una situación muy peculiar. Es una especie de House of cards made in Spain. En Italia están muy acostumbrados a cambiar de gobierno; de España sorprenden las intrigas dentro de cada partido.

Parece un circo.

-Si no fuera tan serio hasta nos reiríamos. Dentro del PSOE sorprende, no la lucha por el liderazgo, sino las puñaladas que se están dando entre la vieja guardia de Felipe, los barones de determinados territorios, las cúpulas actuales de jóvenes políticos?

Tanta intriga tiene que dar miedo.

-Es el juego político, todos quieren controlar. Pero pasa en todos los espacios sociales, da miedo cuando tú entras en el juego, si lo ves desde fuera puede ser hasta divertido?

Divertido si no estuvieran jugando con las ilusiones de los ciudadanos: promesas no cumplidas, corrupciones, mala gestión...

-Es el juego de la política. Hay cuchilladas dentro y fuera de un partido, pero las intrigas se elevan a unos niveles impresionantes.

Usted viene del mundo de la televisión. ¿Qué papel están jugando los medios de comunicación en estos campos de batalla de los partidos?

-El Mariano Rajoy que comparece en un plasma ante los periodistas para explicar medidas importantes de su gobierno es un Rajoy que se hace el tonto pero de tonto no tiene un pelo. Es una forma de hacer política. Él no da tanto la cara ante los medios como los utiliza.

¿La televisión tiene alguna culpa de lo que estamos viviendo en estos momentos?

-La televisión tiene una parte de espectáculo y creo que está bien que la gente vea a los políticos y que estos puedan explicarse. Es cierto que hay que saber diferenciar el mensaje de un político en un programa de televisión y luego la capacidad que pueda tener para gestionar en política.

Así que nada es lo que parece y lo que se cuenta en televisión no va a ninguna parte.

-Ja, ja, ja? Puede ser. Los jóvenes políticos han nacido en la televisión o se han forjado en la televisión. A Pablo (Iglesia), Pedro (Sánchez), Albert (Rivera) o Alberto (Gazón) les he conocido en una tertulia de televisión. Utilizan el medio para ganarse las simpatías, la gente conecta con ellos.

Van a los medios para vender su mensaje pero luego son bastante inaccesibles, incluso ofrecen rueda de prensa sin preguntas.

-En el libro hay un capítulo que se llama Tele Rajoy que explica la relación que el presidente español tiene con los medios y también la relación que el resto de dirigentes mantiene con el mundo de los periodistas. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se conocieron en un programa de televisión que yo presentaba. Después del programa, Pedro me pidió el teléfono de Pablo.

Amor a primera vista...

-?Ja, ja, ja? Amor político supongo que quieres decir. Después pudieron formar gobierno y no lo hicieron. Las relaciones vienen y van, nadie sabe lo que pasará ahora.

Durante las campañas políticas de 2016 les hemos visto hacer casi de todo en televisión. ¿No se pasaron en mostrar su faceta humana?

-Quieren mostrar una faceta más cercana, estar más próximos a ese espectador que también es votante. Es una forma efectiva de mostrarse, es una forma de acercarse al ciudadano y decir que le gustan cosas parecidas?

¿Echa de menos la televisión?

-Sí. No voy a decir que no. La televisión formaba parte de mi rutina y, de repente, un día te dicen que no te vas, que el programa que tú hacías lo va a hacer otra persona. Claro que se echa de menos, pero soy joven y tengo por delante mucho tiempo, ya saldrá otra cosa.

Tiene que doler mucho que de un día para otro te digan se ha acabado.

-Duele, pero no hay más remedio que levantar la cabeza y seguir. Ahora estamos hablando de mi libro, quién sabe si otro día no hablamos de un programa de televisión.

¿Le gustan los debates políticos?

-Sí, me gusta la actualidad y la actualidad, sobre todo si es política, pasa por el debate. Es bueno el cara a cara, los cambios de impresiones, que se discutan temas que afectan a mucha gente.

¿No está cansada la gente de política?

-No. La política sigue interesando. Todos los días hablamos de política en un informativo, en una conversación entre amigos, entre compañeros, en casa? La política sigue existiendo en nuestras vidas.

Corrupción. Día sí y día también los informativos, no todas las cadenas, hablan de un nuevo caso de corrupción.

-Supongo que en algún momento terminará y no saldrán más, eso espero, el ritmo es insufrible y duele mucho lo que ha pasado.

Parece usted un hombre positivo.

-Lo soy. No podemos estar toda la vida quejándonos de todo, hay que hacer cosas y estar activo.

Aunque le quiten de un programa de televisión por sorpresa.

-Aunque eso ocurra. Seguro que después de una mala noticia siempre viene una nueva y buena?

¿Y lo dice usted que ha trabajado en informativos?

-Sí. No todo es malo, lo que ocurre es que nos quedamos con las malas noticias, llaman más la atención.

¿Volvería a Mediaset?

-Yo no me llevo mal con Mediaset, ha sido mi casa durante años. Yo no descarto nunca nada.