bilbao -Le gusta el anonimato, aunque sus trabajos como presentadora de televisión o escritora de novelas le coloquen en el punto de mira y no le quede más remedio que hacer entrevistas promocionales. Teresa Viejo se considera pudorosa, siempre que tiene entre manos una novedad accede a hablar con los medios y hay condiciones que se sobrentienden sin palabras, no hablar de su vida personal. En esta ocasión, toca destripar qué es Dime qué fue de ti: “Un programa con muchas luz y de recuerdos” que emite la cadena pública los lunes a las 00.15 horas. También es autora de tres novelas, muy llenas de recuerdos, y varios ensayos.
¿Podríamos decir que ‘Dime qué fue de ti’ es un programa entrañable?
-Entrañable quizá no sea el término, es un programa del que me siento orgullosa y tengo la sensación de que todo el equipo también. Tenemos la percepción de estar haciendo un programa con mucha verdad.
¿Qué destacaría?
-Que tiene un trato exquisito hacia todos los invitados y que deja un formidable sabor de boca.
La veo encantada y usted suele ser un pelín crítica con lo que hace.
-Sí, me siento bien porque estoy tendiendo una mano a otras personas, es un programa que da satisfacciones. Es muy estimulante.
¿Hay algún caso duro?
-Al contrario. Es un programa de recuerdos y de nostalgias, mis invitados son personas que se hacen preguntas pero no hay casos oscuros, todo lo contrario. Es un formato que cuenta historias muy potentes. Es un programa lleno de luz.
¿Significa su retorno a televisión?
-No tengo ninguna necesidad de volver a televisión. Quizá es mi vuelta a Televisión Española de una forma más estable, salvando lo del verano de la pasada temporada. No me había planteado la televisión como necesidad, solo si me llegaba un formato de estas características volvería, por eso el lunes pasado me volví a enfrentar a los espectadores.
¿De dónde surge la idea de ‘Dime qué fue de ti?
-El alma de este programa es una sección de mi espacio de radio. No hay una motivación para volver a televisión. Es una sección que se convierte en un formato al que hay que darle forma. Es un contenido que emociona y funciona bien, llena un hueco de búsqueda, de plantearse preguntas. Ves que eso que funciona en la radio se puede trasladar a televisión, a prensa y a una película de cine; por eso estamos aquí ahora mismo.
A usted parece que le gusta mucho vivir de los recuerdos, también en sus libros.
-Exactamente. Me gustan los recuerdos familiares, los de infancia, esas preguntas que quedan sin respuestas? Todo eso está en mis libros y, curiosamente, es lo que estoy haciendo ahora en televisión. Soy muy atípica, no soy una persona que diga que es una profesional de televisión. Soy una mujer que cuenta historias.
¿Va a seguir contando historias escritas?
-Por supuesto. Siempre me rondan muchas ideas en la cabeza. Este programa me ha llevado cinco meses enteros, he recorrido España para buscar historias. No he podido empezar a escribir de nuevo mientras preparaba este formato. Una novela exige una disciplina muy férrea y Dime qué fue de ti era difícil de compaginar con una nueva historia escrita.
El año pasado fue presentadora de las mañanas de TVE...
-Y este estoy volcada en el programa de recuerdos. Si la televisión se me cruza y el proyecto me interesa, vuelvo; pero yo no tengo afán por el medio en sí. Lo que quiero este verano es que la gente vea el programa, que tiene un lenguaje muy especial, y disfrute con él.
No se esperaba que fuera un programa de madrugada, obliga a trasnochar la noche del lunes.
-Sí, pero lo que yo he hecho siempre son productos nocturnos y creo que en verano se puede. Creo que estamos en una buena época para emocionarnos, para trasnochar, para compartir historias, para echar la vista atrás. El verano da tiempo para pensar y volver a los recuerdos. Siempre digo que cada uno de nosotros tenemos en la cabeza a una persona a la que nos gustaría poder volver a mirar a los ojos y preguntarle: Dime qué fue de ti.
¿Ha pensado usted en alguien?
-Sí, pero mi caso tiene la particularidad de que la búsqueda es muy sencilla. A mí se acercan mis compañeros de colegio, compañeros de instituto, me pasó hace poco, en la Feria del Libro. Conmigo no vale jugar a ese juego. Cuando tienes cierta dimensión pública es muy sencillo que tengas las respuestas, siempre hay alguien que se pone en contacto contigo y te dice que en cierta época de tu vida fue tu compañero.
¿Algún encuentro especial?
-Sí, recuerdo que una profesora a la que tuve mucho cariño durante la carrera, Marta Portal, obtuvo uno de los primeros Premios Planeta, en cuanto que llegué a dirigir Interviú, me mandó una carta. La dificultad de búsqueda cuando tienes cierta popularidad es más sencilla.
¿Le ha llegado a molestar esa popularidad?
-No, yo soy de perfil bajo. Tengo un grado de pudor elevado, me incomoda la sobre exposición, me muero de vergüenza si aparezco en una revista del corazón.
Está acostumbrada a las entrevistas, ¿no?
-Sí, pero fíjese, lo que estamos haciendo ahora, la entrevista, me da mucha vergüenza. Puedo hablar de mi trabajo, pero hasta ahí llego. Casi no concedo entrevistas?
¿Se hace de rogar?
-Solo lo hago en casos como el de ahora, hablo de mi trabajo en televisión o hablo de un libro que he publicado, pero nada más. Si estuviera en una dinámica de exposición continua, a lo mejor me sentiría bien, pero no es mi caso.
¿Redes sociales?
-Uso una foto muy bonita que tengo y textos inspiracionales míos. Pero no cuento cuando me levanto o cuando me acuesto, eso me da mucha vergüenza.