DZHEZKAZGAN (KAZAJISTÁN). "Buenas noches desde la Estación Espacial", así terminaba cada día su jornada en Twitter, mensaje que solía acompañar con una fotografía de la Tierra, del Universo o de las espectaculares auroras boreales sobre la atmósfera terrestre que contemplaba desde su atalaya a 400 kilómetros del planeta.

En total 340 días, que el estadounidense ha compartido con el cosmonauta ruso Mikhail Kornienko, aunque la actividad en las redes sociales de Kelly disparó su popularidad frente a su colega.

Vestido de negro y verde oliva, calvo y con las gafas casi siempre sobre la frente, la imagen de Kelly se ha hecho habitual en internet, donde ha dejado ver su sentido del humor, ha contado curiosidades de la vida en la EEI y demostrado que allí se sigue de cerca lo que pasa en la Tierra.

"Cuenta atrás. Estamos listos para un despertar. Tierra. ¡Voy hacia ti mañana! Buenas noches desde la Estación Espacial Internacional", escribió horas antes de emprender el viaje de regreso, tras lo que publicó una serie de imágenes del último amanecer visto desde la instalación.

Hasta ese momento, no había parado de alimentar las redes sociales y de crear vínculos con los internautas, a los que contestó múltiples preguntas en el sistema Reddit y grabó vídeos de curiosidades para el canal YouTube de la NASA.

Convertido en uno de los astronautas más mediáticos, Kelly ha dado ruedas de prensa y entrado en directo en cadenas de televisión, siempre micrófono en mano mientras flotaba ligeramente por efecto de la falta de gravedad.

Aunque lo que más impresionó a su legión de seguidores fueron las mil fotografías compartidas en Twitter y varios cientos en Instagram. Con ellas ha mostrado imágenes del planeta que dejan sin habla por su belleza o por su rareza, que llevaría a pensar que fueron tomadas en un mundo lejano.

"Algunos lugares de nuestro mundo parecen fantasmales", escribió durante la noche de Halloween, junto a la imagen de un paisaje inquietante en tonos blancos fotografiado desde la EEI.

África es el continente que más juego ha dado al astronauta por sus increíbles imágenes, sobre todo del desierto. "Voy a echar de menos los colores de África", tuiteó la semana pasada, para añadir: "Echaré mucho de menos estas arenas, pero espero con ilusión las de la playa".

Sin embargo, su cámara no ha dejado casi ni un lugar por recorrer, desde el Himalaya a los

Andes, pasando por las grandes ciudades, de las que ha mostrado espectaculares imágenes nocturnas e incluso llegó a proponer juegos a los internautas para que adivinarán dónde estaban hechas.

A través del objetivo, mostró también la fragilidad de la Tierra, con imágenes sobre la desforestación, que "cambia la cara de los bosques tropicales del Amazonas", y otras de la sequía o los pavorosos incendios en California (EEUU) el pasado verano.

Selfis desde el espacio en algunos de sus paseos exteriores, ratos de distensión mientras veían la película "Marte" ("The Martian"), juegos de malabares con naranjas y limones ayudado por la gravedad cero o imágenes de la comida del día de Acción de Gracias.

Kelly no ha parado de sorprender desde la EEI, aunque el momento estelar, por divertido, fue cuando se puso un disfraz de gorila y persiguió a sus colegas, uno de los cuales huyó despavorido.

Durante doce meses ha ejercido de "científico, médico, oficinista, granjero y, en ocasiones, de fontanero", aseguró Kelly en un tuit.

Y entre los resultados de sus habilidades como granjero fue la foto de la primera flor crecida en la Estación Espacial Internacional, una zinnia, nacida en uno de los más de 400 experimentos que ha realizado.

Kelly estaba deseando regresar a la Tierra, según reconoció recientemente en un charla con periodistas, aunque no dudó en señalar que podría "quedarse otros cien días", incluso un año "si tuviera que hacerlo. Dependería de que lo que estuviera haciendo tuviera sentido".