GASTEIZ- Ángel Martín y Ricardo Castella han formado un dúo que afronta su segundo montaje teatral. Primero fue Nunca es tarde y en esta ocasión aterrizan en Bilbao -estarán hasta el domingo- con un curioso musical, Love pain love. Durante la entrevista, Martín habla de cómo se siente en el escenario, de cómo va a ser la nueva apuesta; también habla de televisión, el medio que le dio la fama en Sé lo que hiciste y ahora en La 2 con Órbita Laika. Es un artista multidisciplinal: escribe, compone, canta, presenta e interpreta. Él dice que todo lo hace a medias y que no es especialista en nada.

¿Tiene algo que ver ‘Love pain love’ con el espectáculo que presentaron Ricardo Castella y usted hace dos años, ‘Nunca es tarde’?

-Es el hermano mayor. El formato es parecido, en Nunca es tarde queríamos mostrar el capítulo piloto de una serie de televisión. Esto es una película romántica americana para Hollywood.

¿Qué es exactamente lo que pretenden?

Que el público pase un buen rato, eso es fundamental en teatro. La gente tiene que venir dispuesta a imaginar. No hay decorados y tampoco muchos actores. Ricardo y yo hacemos la banda sonora de la película, las canciones e interpretamos a todos los personajes de la película que desarrollamos en el teatro.

¿Cómo van a trasladar Nueva York, el lugar donde se escenifica, hasta un teatro?

-El traslado era un poco follón por el tema de permisos, no dejan mover Nueva York de Nueva York, una pena. La gente tiene que venir a imaginar, pero los espectadores que vinieron a vernos en Nunca es tarde saben cómo funcionan nuestros espectáculos. Es lo único que pedimos al público, imaginación.

Y que paguen la entrada, ¿no?

-Ja, ja, ja... Eso se supone, pero lo de la imaginación es fundamental.

Comenta que es una historia romántica y a usted no le pega mucho el romanticismo. ¿Cómo va a ser?

-¿Por qué no soy romántico? Eso es mucho decir. Esta es la historia de dos personas a las que siempre les dejan, son personas muy desafortunadas en el amor. Un chico y una chica a los que siempre les abandonan sus parejas. Están muy cansados de que les ocurra siempre lo mismo y deciden que van a recuperar la fe en el amor dejando a alguien que se enamore de ellos.

¡Qué cruel! Tiene que resultar agotador hacerlo todo dos personas.

-Es cansado y arriesgado. Hacemos las músicas en directo, no llevamos nada grabado. Las posibilidades de que algo falle son muchas. En cuanto entras con tecnología y cosas electrónicas, tienes muchas posibilidades de que algo se cuelgue. Hay mucha presión todo el rato y lo dos estamos todo el tiempo en escena.

Ricardo Castella y Ángel Martín, dos en el escenario, dos montando, dos ideando y escribiendo. Hay que llevarse muy bien para que salga el proyecto, ¿no?

-Lo dices como si fuera una locura el llevarse bien. Claro que nos llevamos bien, muy bien. De hecho, este es el segundo espectáculo que hacemos juntos, nos conocemos desde hace tiempo. ¿Por qué no nos tendríamos que llevar bien?

En la interpretación los egos y los protagonismos parecen elevarse a un grado superlativo.

-Creo que lo de los egos y los protagonismos tiene que ver más con la gente que con las profesiones. Ricardo y yo nos llevamos muy bien porque no tenemos nada de nada, así que tampoco podemos tener egos. Si fuéramos buenos en algo, pero somos lamentables en muchas parcelas; tener ego cuando eres lamentable sería muy gracioso.

¿Va a continuar en La 2 con el programa de ciencia?

-Sí, el 20 de septiembre comenzaremos una nueva temporada de Órbita Laika. Allí estaremos durante doce semanas.

Un programa muy curioso.

-La idea que tuvo José Antonio Pérez, el director, me llamó mucho la atención cuando me lo propusieron. Me pareció un programa muy novedoso y la acogida ha sido muy buena. Pero hay que reconocer que la propuesta era muy arriesgada, un late night de ciencia era muy complicado.

¿Fue difícil una vez que se puso en marcha?

No, José Antonio tenía las ideas muy claras y ha sido muy sencillo currar, ha estado todo muy medido.

Eso demuestra que la ciencia puede hasta divertida, ¿no?

-Sin ninguna duda, lo que se necesita para que algo sea divertido son buenos comunicadores?

O sea, usted.

-Ja, ja, ja? No he querido decir eso. Tenemos la suerte de que los colaboradores que tenemos son muy buenos. Clara Grima, José Cervera, Antonio Martínez Ron y América Valenzuela están muy acostumbrados a acercar la ciencia a la gente. La idea es utilizar un vocabulario que todos podamos entender.

¿Popularizar la ciencia?

-Exacto. Es mostrar a la gente que la ciencia no es una cosa aburrida, pesada e inaccesible. La idea de meter el humor fue una buena idea para no convertir el programa en algo sesudo. Cuando me lo contaron, me tiré de cabeza a este programa, fue muy interesante.

Aún hay mucha gente a la que le sorprende verle en un programa de ese corte.

-Espero que no haya sido decepcionante para la mayoría. Si la gente se ha reído y ha aprendido algo, misión cumplida.

¿Es fácil compaginar teatro y televisión?

-Sí, cuando tienes dos proyectos puedes negociar las fechas para que no se junten y puedas estar tranquilo en los dos medios. Órbita Laika está grabado y os aseguro que os lo vais a pasar muy bien. Espero que en el teatro también.