MADRID. Estas tarifas son las que cobran las operadoras a los consumidores cuando se encuentran fuera de su país de residencia, son superiores a las estatales, y el principal motivo por el que los europeos no usan el móvil en sus desplazamientos por otros países.
El Parlamento Europeo aprobó en abril de 2014 una resolución por la que se debían eliminar de forma progresiva las tarifas de roaming hasta su desaparición en diciembre de 2015.
Sin embargo, según subraya la OCU, la presidencia del Consejo de la UE ha propuesto que se retrase la desaparición total del roaming al menos hasta 2018.
Por todo ello, según la OCU, "una vez más, los Gobiernos de la UE, incluido el de España, se han plegado a las exigencias de las grandes operadoras en detrimento de los derechos de los consumidores".
Y ante esta situación, la organización de consumidores pedirá al Gobierno español que "asuma el compromiso del Parlamento y se oponga a la propuesta de la presidencia del Consejo".
Para los consumidores, "no hay ningún tipo de razón de costes para cobrar una tarifa diferente fuera del país, más allá de la voracidad recaudatoria de las compañías a costa del bolsillo de los consumidores".
La OCU también critica "la opacidad con la que las compañías informan a los consumidores de sus tarifas y las negativas consecuencias que esto tienen para ellos con facturas extremadamente altas".