madrid -Elena Sánchez agradece que confiaran en ella para un cargo de nueva creación durante estos seis años (2008-2014) en la oficina Defensora del Espectador. Además, reconoce que le ha permitido hacer algo que “las prisas y la urgencia” de la rutina diaria no permiten: reflexionar sobre la buena práctica periodística. Un “ejercicio sanísimo” que, a su juicio, tendrían que hacer todos los medios ya que ofrece una respuesta real y eficaz al público, con el que Sánchez ha compartido muchas apreciaciones que le han llevado a buscar sugerencias para la dirección con las que “en ocasiones” ha modificado rutinas o formas de hacer de la cadena.
¿Qué supuso poner en marcha la oficina? ¿Qué ha aportado a la corporación con vistas a la sociedad?
-Personalmente fue todo un desafío, de esas ofertas que no puedes rechazar porque creo firmemente que los medios de comunicación tenemos una responsabilidad social y, por tanto, también tenemos que rendir cuentas, dar explicaciones y reconocer errores. Somos falibles, somos seres humanos y nos pasamos el día pidiendo explicaciones a los demás, ¿por qué no vamos a estar sometidos a este escrutinio?. Creo que todos los medios, y no solo uno tan importante como RTVE, deberían ser capaces de dar explicaciones. Genera confianza en el público porque saben que estás atento a sus consideraciones, que las tienes en cuenta, que reflexionas sobre sus dudas... Es un generador de confianza que tiene muchas ventajas para el usuario, pero también hacia dentro porque contribuye a la excelencia, que es lo que deben buscar todos los medios.
¿Cree que esta figura da una respuesta real y eficaz al usuario?
-Creo que si, pero tal vez lo que busca el usuario es que le des la razón o renuncies a tu soberanía. Es decir, un medio de comunicación tiene derecho a tener su línea editorial y es soberano en la elección de sus contenidos. A veces tenía la sensación de que el espectador quería una televisión a la carta según sus necesidades, aunque hay muchas consideraciones que yo compartía. Por ejemplo, el tema de la racionalización de horarios porque nuestro prime time empieza muy tarde. He compartido muchas apreciaciones y he buscado sugerencias, alternativas para la dirección. Con la persistencia de tu trabajo, en ocasiones logras modificar rutinas o formas de hacer de la cadena. Pueden parecer cosas menores porque no hablamos del prime time de La 1, pero yo me sentía bastante satisfecha porque es ir haciendo cosas. Pero sí, sí se atienden nuestras sugerencias siempre que no vayan en detrimento de lo que la dirección tiene que gestionar, que es lograr la mejor gestión de los contenidos.
Tres décadas trabajando en TVE y los 6 últimos como Defensora, ¿con qué faceta se queda?
-La etapa de Defensora fue muy interesante y me permitió reflexionar sobre la buena práctica, algo que casi no haces cuando estás en la rutina diaria, y agradezco enormemente haber tenido ese tiempo para trabajar en ello. Pero a mi me gusta el ejercicio profesional, me gusta mucho la actualidad. Por eso, los 10 años que estuve en telediarios y en Informe Semanal fueron muy gratificantes.
¿Cómo ve el panorama televisivo actual?
-Ante la enorme oferta que existe, el panorama es mejor que nunca porque tienes los contenidos que a ti te interesan. A lo mejor deberíamos ser los espectadores los que hiciéramos un análisis de conciencia y no engañarnos diciendo que la tele está peor que nunca. Hay 5 canales generalistas pero hay muchísima oferta, y si sabes buscar, encuentras aquello de interés y calidad. Hay una televisión de enorme calidad frente a otra de consumo rápido; hay una televisión que ofrece los principios en los que yo me eduqué en este medio -informar, formar y entretener-, y hay lo que alguno ha denominado fast tv -en vez de televisión basura-, que es una televisión de consumo rápido.
El PP ha pedido que vuelva la publicidad a TVE. ¿Es compatible la calidad de la televisión pública con la financiación sin publicidad? ¿Debe volver a la publicidad?
-No me pareció adecuada esa ley de financiación de 2010 porque ya la ley de 2006 marcaba un descenso de la publicidad en la televisión pública. En 2010, el resto de cadenas estaban en 12 minutos más otros 5 de autopromoción por cada hora de emisión, y nosotros estábamos en 11 minutos por cada hora y además nuestra ley nos obligaba a ir reduciendo la publicidad cada año y a colocarla de una manera especial. De hecho, como defensora ya estaba trabajando por ejemplo en que el cine español no tuviera cortes publicitarios o que hubiera determinados contenidos -como Crónicas o En Portada- que por su interés y por el servicio público que tiene encomendado RTVE, se ofrecieran sin publicidad. Es decir, si no se hubiera tocado aquella ley de financiación de la televisión, hubiéramos llegado a un modelo bastante aceptable para el espectador: de ver contenidos sin la ruptura que supone la publicidad, sin el abuso que hay en otras cadenas, así que no sé por qué se tocó. Además, según he leído, la publicidad no volvería a La 1, sería a través de la web y del Canal Internacional, y no sé yo qué ingresos supondría eso. Además, los ingresos que traigamos de publicidad serán detraídos de lo que llega vía Presupuesto General del Estado y no hará que tengamos más ingresos. Así que no sé para que hacer tanto recorrido que no suponga unos ingresos que se vean reflejados en la programación para hacer un periodismo de calidad.
Recientemente 1.500 trabajadores de RTVE han firmado un manifiesto recientemente en el que denuncian manipulación y censura, ¿cómo se garantiza la independencia de la información en la televisión pública?
-Con un criterio profesional desde arriba y que se destile hacia la redacción. Y me parece que lo hemos conocido y lo hemos visto. El cambio por real decreto aprobado en 2012 para la elección del presidente de la corporación, acabó con un modelo. Es decir, la ley de 2006 de la radio y la televisión de titularidad estatal fue votada por el PSOE y PP y fueron ellos los que eligieron a dos presidentes de consenso porque se requería la mayoría cualificada del Parlamento. Nosotros nos debemos a lo que decida el Parlamento, la decisión unilateral del Gobierno mediante real decreto, con carácter de urgencia, para la elección del presidente, ya marcó una tendencia en el sentido de que se vuelve a una televisión gubernamental, de partido. ¿Cómo se garantiza la independencia? Cumpliendo la ley, no cambiándola, donde desde la cabeza -el presidente- se traslade que se haga una información de calidad, rigurosa, independiente y plural.