madrid - Sergio Martín ha trabajado con todo tipo de direcciones en la corporación pública, “en momentos históricos y políticos muy distintos”, y coloca “permanentemente” a RTVE en el centro del debate político.

¿Qué balance hace de esta temporada en el canal?

-La apuesta que hemos hecho este año era consolidar la que habíamos hecho la temporada anterior: información en directo por la mañana, en profundidad por la tarde y análisis y entrevistas por la noche. Pese a haber tenido dificultades en algunos tramos, el balance es muy bueno. La Noche en 24 suponía un cambio importante porque yo era nuevo para los espectadores y al principio costó que se adaptaran, pero ahora estamos todos encantados y estos dos últimos meses han sido extraordinarios en audiencia. Es un lujazo trabajar en un espacio así, en un lugar en el que se puede hablar y escuchar, me parece la auténtica joya de la corona.

¿Cómo se garantiza la independencia de la información en la televisión pública?

-La televisión pública tiene tantos niveles de control de calidad que yo no sé si esos controles van a garantizar al ciudadano alguna vez al 100 % la independencia de los medios públicos. Imagino que no porque la percepción de la gente nunca ha sido esa. RTVE tiene los controles de calidad habituales de cualquier redacción, pero además tiene los controles del propio Consejo de Informativos y de la comisión de control parlamentaria todos los meses. Más controles de calidad para garantizar la independencia no puede haber. Otra cosa es la percepción de los ciudadanos sobre si realmente la radiotelevisión pública es o no es independiente.

Yo te puedo asegurar que todos y cada uno de los profesionales con los que yo he trabajado en RTVE hacen cada día su trabajo con la mayor honestidad posible y se dejan la piel. Los profesionales del 24 horas hacen cada día milagros por llegar a tiempo a la información, y a veces llegamos, y a veces no llegamos; a veces contamos las noticias con mayor fortuna, y a veces estamos desafortunados en un titular o en un enfoque.

Que cualquier ciudadano que vea la televisión pública tenga la seguridad de que se hace con la mayor honestidad, porque es fácil despersonalizar la crítica y en la televisión pública hay trabajadores, hay personas, hay periodistas que todos los días pelean cada línea que escriben en todos sus frentes cuando están absolutamente convencidos de su información. Y a mi me encanta que se pelee cada titular, que haya debate con cada noticia, y eso sucede en esta redacción. Luego hay veces que te equivocas y veces que aciertas, pero normalmente es muchísimo más llamativo la equivocación que el acierto.

¿En una cadena pública se reciben más presiones?

-No lo creo. He trabajado toda mi vida en RTVE, con toda clase de direcciones, momentos históricos y políticos muy distintos, y creo que en este momento que vivimos ahora no hay ni más ni menos presiones que en otros, ni en la etapa anterior, ni en la anterior ni en la anterior. El problema no es tanto lo que hacen los propios trabajadores, sino si colocamos permanentemente a RTVE en el centro del debate político porque entonces a los ciudadanos se les despierta un interés especial por debatir, por ver, por mirar, por pensar en la televisión pública. Y no está mal, es bueno que pensemos en qué servicio público queremos, pero también que seamos conscientes de que siempre se coloca a RTVE en el ojo del huracán.

¿Debería volver la publicidad a TVE?

-No me atrevo a decirte si debería o no volver la publicidad porque desconozco si eso resolvería los problemas del modelo de financiación. Lo que sí que creo es que la radiotelevisión pública se merece la oportunidad de tener un modelo de financiación estable que permita su normal funcionamiento. No parece que ahora tengamos un modelo óptimo para la labor de servicio público encomendada (...) Además, el déficit no viene por una mala gestión, sino porque no llega el presupuesto pactado.

¿No cree que a la gente puede sorprenderle que se hable de la deuda que acumula RTVE y que por otro lado se gaste 39 millones en derechos de fútbol?

-Puedo entender que eso le chirríe a la gente desde fuera pero hay algo que tiene que quedar muy claro: para hacer buena televisión tienes que tener contenidos de calidad. Si quieres competir por audiencias, tienes que tener productos de calidad, salir al mercado e intentar optar por alguno. En este caso, es un contenido de los cientos que se reparten en el resto de canales. Se ha sacrificado mucho gastándose ese dinero en los derechos de la selección, pero a veces son muchísimo menos rentables productos más baratos y de menos calidad, que no te dan ningún rédito en términos de audiencia.

No se puede pedir a TVE que sea competitiva y que a la vez no compita en las mismas condiciones. Hace falta, al menos de vez en cuando, competir por productos de alta calidad porque si no nos convertiremos en algo absolutamente residual y sin ninguna capacidad de influencia. Imagino que en ese momento la televisión pública dejará de ser molesta para todo el mundo, pero no es ese el modelo que queremos.

¿Cree que las redes sociales están sustituyendo al periodismo profesional?

-¿Con un “smartphone” tienes la tecnología suficiente para transmitir? Sí. ¿Significa que eres un periodista? No. Cualquier ciudadano sale a la calle y se puede encontrar con una noticia, pero eso no te convierte en periodista porque el periodista sale a buscar noticias, tiene sus fuentes, contextualiza la información... Ese es el periodismo, el que se ha hecho siempre y ahora tenemos que esforzarnos por explicar a la gente que nosotros damos todo ese valor añadido. El problema no lo tienen ni las redes sociales, ni los aparatos para comunicar, sino los periodistas, que tenemos que aprovechar toda esa tecnología para ofrecer un producto mejor. - Efe