madrid - Ginés García Millán (Murcia, 1964) no había cumplido los veinte años en el 82 y se encontraba en Valladolid jugando al fútbol y estudiando Historia en la universidad. En el año del Mundial de Fútbol, su sueño no era convertirse en estrella del balompié, era convertirse en actor. Hoy ve con perspectiva ese tiempo que se refleja en Cuéntame cómo pasó y ve ciertos paralelismos con lo que él vivió, pero muchas diferencias.

Hablemos de su papel.

-Voy a aparecer como un fotógrafo en el negocio de Mercedes. Lucas, mi personaje, tiene algo en su pasado que hace que encuentre en ella algo de su vida anterior.

¿Era seguidor de 'Cuéntame'?

-La he visto cuando he podido, pero no siempre de seguido, lleva tantos años. Sí que he visto capítulos de alguna temporada más que otra y para mí esto es un orgullo estar en esta serie.

Se incorpora en un año, 1982, en el que hay Mundiales de Fútbol, el PSOE alcanza el poder?

-Es una época en la que empezábamos a vivir en una sociedad con muchos sueños, mucha energía y ganas de hacer cosas. Recuerdo esos años 80 con cariño y mucha nostalgia. Fueron tiempos muy bonitos, sobre todo de nuestra juventud, nuestra mejor juventud.

Usted no llegaba ni a los veinte años.

-En esa época, yo era una promesa futbolística. Estaba jugando al fútbol en Valladolid y en la universidad. Fue antes de irme a Madrid a la escuela de Arte Dramático.

El Mundial de Fútbol del 82 le venía al pelo, ¿no?

-Ja, ja, ja? Me gusta el fútbol y recuerdo que disfruté mucho ese evento.

Cambia su afición por el fútbol por la interpretación.

-De donde yo soy, un pueblo de Murcia, Puerto Lumbreras, pocas cosas podíamos hacer de niños que no fuera estar en la calle y jugar al fútbol y se me daba muy bien. Así que la vida me llevó a salir de mi pueblo y llegar a Valladolid. Pero mi vocación no era ser futbolista, era ser actor. Hice todo lo posible por poder vivir de esta profesión.

Ha sido un objetivo conseguido, ¿no?

-Sí, claro, no me puedo quejar por el momento sigo viviendo de ser actor y eso es lo más importante para mí.

¿Qué estudiaba?

-Cuando terminé el bachiller, empecé Historia, pero no terminé la carrera, me fui a Madrid a estudiar lo que realmente me gustaba Arte Dramático.

¿Identifica elementos de 'Cuéntame' con lo que era su vida en los 80?

-En rasgos generales sí. Hay cosas que nada tienen que ver con lo que le pasa a uno, pero los tiempos, las sensaciones, son fácilmente identificables.

Ha pasado por todas las series más prestigiosas de la televisión.

-Eso hay que tomárselo como una pequeña fortuna. Uno cuando empieza proyectos siempre intuye algo de lo que va a ser y puede elegir estar en determinados trabajos. Pero nunca sabes cómo va a salir, siempre es una aventura y tengo la suerte de que esa aventura en la mayoría de los casos ha salido bien. Estoy muy agradecido a todo lo que me ha dado la televisión.

Hay muchas ficciones que vuelven la vista atrás, ¿cree que se está abusando de este género?

-Vamos alternando. La temática es muy diversa y hay donde elegir. Se ha conseguido una empatía en televisión con el público. Supongo que hay espectadores que estarán muy interesados en las series de época, otros preferirán las actuales, hay donde elegir. Se están haciendo productos de buena calidad.

¿Actor a secas o actor de teatro?

-Actor a secas, para los que tenemos vocación de actor, interpretar es una necesidad basada en el teatro. El teatro sirve para hacerte crecer, pero no todos los actores tienen que pasar por este medio para ser buenos intérpretes.

Una serie que recuerde con especial cariño?

-Tengo muy buenos recuerdos de la mayoría de las series que he hecho, pero quizá la última que he hecho, Isabel, es la que mejor recuerdo guardo, sobre todo de mi personaje, Juan Pacheco.