MADRID. "En 'El Príncipe' nada es lo que parece", apunta González (Madrid, 1980) sobre este "ambicioso proyecto" al que llegó mediante "casting" para interpretar a Javier Morey, agente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que se hace cargo de la comisaría de El Príncipe, el conflictivo barrio ceutí que se ha convertido en "un personaje más de la serie".
Afrontó su papel con la dificultad de contar con escasas referencias sobre espías españoles, aunque enseguida se puso en situación sobre la conflictiva barriada ceutí, donde "aparentemente no pasa nada", pero donde pudo escuchar, ya en sus primeros días de rodaje, unos cuantos "tiroteos nocturnos".
El barrio de El Príncipe, donde viven 12.000 personas de origen musulmán y tiene un paro en torno al 80 por ciento, "ha dado mucho a la serie, no solo a nivel visual, por colorido y arquitectura, también en olores y sabores, que a veces parece que traspasen la pantalla", apunta el actor en un encuentro con un reducido grupo de periodistas.
"Antes de empezar a grabar no conocía nada de El Príncipe, es el gran desconocido y la situación que allí se vive me preocupaba personalmente, se llegó a hablar de cambiar el nombre a la serie para no estigmatizar al barrio, pero al final se ha visto que no era necesario", añade González.
No obstante, el actor solo ha estado dos semanas y media en Ceuta, ya que los nueve meses de rodaje de esta serie policial trufada de historias de amor se han desarrollado sobre todo en platós de Madrid, gracias a la recreación virtual de escenarios de Stargate Studios, la misma que se utiliza producciones como "The Walking Dead" o "Mad Men".
Un sistema de trabajo que el actor madrileño ya conocía de la película "X-Men: primera generación", uno de sus trabajos en el cine que en breve ampliará como parte del reparto de "Summer camp", ópera prima de Alberto Marini, productor de la saga de terror "REC".
En el rodaje de "El Príncipe" González ha sufrido, como su "solitario" personaje, el "deterioro" de su vida social, aunque ha aprendido que "al final no hay por qué elegir, puedes hacer tu trabajo muy bien y tener vida privada".
Y eso que el "no tan joven" actor, como él mismo señala sobre sus 33 años, es objetivo habitual de la prensa rosa por sus romances, el último de los cuales, ya concluido, fue con Adriana Ugarte, la protagonista de "El tiempo entre costuras".
"Intento vivir la fama con normalidad, pero no me acostumbro, porque al final la prensa, y la del corazón en particular, tiene mucho poder, todo lo que toca lo convierte en verdad, y me gustaría que se fuese más consecuente con eso, por el daño que se puede hacer a las personas", señala el protagonista de "Alacrán enamorado", cinta que se fue de vacío en los recientes premios Goya.
Por lo que toca a su trabajo, confía en haberse desprendido de la imagen de "sex symbol", aunque en el primer capítulo de "El Príncipe", que Telecinco emite los martes, apareciese ya sin camiseta.
"En la serie me la quito tres veces, y siempre justificadamente", señala el actor, quien apunta que "a cualquier actor joven le es complicado tener buenas críticas", y apunta, por ejemplo, a su colega Mario Casas, que no figuró en las nominaciones de este año "pese a tener tres trabajos destacables".
Él no descarta trabajar en Hollywood o en Latinoamérica, "porque desafortunadamente el cine en España tiende a desaparecer", concluye.